OPINIÓN

Política y fantasía

por Luis Velázquez Alvaray Luis Velázquez Alvaray

Foto: EFE

Concluidos estos episodios electorales, tortura, sin consideración alguna como seres humanos, despojados de nuestros derechos fundamentales, en una Venezuela arrasada por el pillaje multinacional, dependiendo de la miseria hecha Estado, sobreviviendo, chantajeados, robada la libertad sin escrúpulos, bajo una rancia ola de injusticia, sufriendo el dolor intenso de ver una patria masacrada, tomemos algunos momentos para reflexionar.
El canibalismo usurpador proyecta mensajes desesperanzadores: “Todo está perdido, fueron engañados, no hay salida posible”. Conviene repetir cuál es la situación hoy en la lucha por la libertad y nos daremos cuenta del glorioso historial construido, a base de un esfuerzo de la casi unanimidad del país.
Las expectativas sobre la transformación que el país necesita son muchas, pero como señaló Dostoyevski, “hasta la misma fantasía tiene sus límites”. No podemos hacer del paso siguiente especulaciones pesimistas. El proyecto va y va bien, todos tenemos un rol por cumplir y no puede ser dislocado. Si nuestros luchadores independentistas hubiesen mostrado pesimismo, no fuéramos hoy la esencia de lucha heredada; es nuestro legado, lo he dicho muchas veces: somos hijos de libertadores.
Ese recorrido también nos demuestra que esta no es una cuestión de fantasías, sueños imposibles o premios de la lotería. Es un compartir heroico, con sufrimiento y valentía de sobra. Cuando María Corina ganó las primarias con semejante ventaja, muchas fueron las caras de sorpresa, ante aquella avalancha humana imparable.
Perseguidos los dirigentes, incluida la líder y el candidato, en el simulacro de campaña que montó la tiranía, se logró un triunfo apabullante -4 millones de votos de ventaja-, nuevamente se demostró que la política es la realidad, hecha planes para el momento histórico.
El atraco anunciado por el tirano tuvo una respuesta contundente, no por buena suerte ni por hechos fortuitos, fue una grandiosa maquinaria organizada, para demostrar al mundo los votos que se lograron con sus actas respectivas. Es organización- acción y fueron sorprendidos los roba votos, los ladrones, gente que sufre esa curiosa enfermedad que consiste en apropiarse de todo lo que les pase cerca.
Ahora hemos llegado a otra etapa de la lucha política, en la que millones de venezolanos, víctimas de la pobreza, el destierro y en general de la exclusión social, desesperados, requieren encontrar pronto el cambio prometido.
Suele suceder cuando el liderazgo está viciado por traicionar la voluntad del pueblo, por la inexistencia de un plan concreto y creíble de cambio y ese no es el caso que nos ocupa. Esta opción cuenta con la gente para vencer estas calamidades palpitantes y además incorporar el país a la senda del desarrollo y al impulso científico y tecnológico, perdido en estos 25 años de retroceso hacia las cenizas de la hoguera del crimen y el narcotráfico. Por primera vez se presenta un proyecto y sus medios para realizarlo, desde lo real y no desde una quimera danzante.
Los momentos políticos hay que interpretarlos y cambiar cuando sea necesario, para preservar el objetivo principal. Era insólito que el presidente legítimo viniera al país, cuando lo esperaban para asesinarlo. El riesgo de María Corina tocó un extremo peligroso, cuando más la necesitamos, para dirigir este proceso de la cual es artífice. Los deseos fantasiosos están lejos de la política, constituyen un despropósito, un acto irracional, un disparate para la acción ciudadana requerida. ¿Significa que por eso se ha fracasado? Vistos los logros reseñados anteriormente y conociendo la confianza de la población en sus líderes, con casi 80% de aceptación, demuestra que el cambio está allí latente y ante la nueva realidad se construyen las acciones futuras.
Estas son de variado tipo y todas deben considerarse; he señalado que comparto la visión de los presidentes Uribe y Duque, que consiste en la convocatoria por el presidente legítimo de una intervención humanitaria.
Es una propuesta, existen otras opciones, en discusión y valederas. La fusión de elementos de las distintas alternativas también puede estructurarse. El comando político central estudia las distintas alternativas. Debemos tener paciencia