El más grave problema que tendrá que enfrentar el próximo gobierno será el de la pobreza. La mayoría de los venezolanos vive en situación de pobreza o de pobreza extrema. La terrible realidad de la diáspora, la emigración de millones de venezolanos aventados al exilio por el hambre y la miseria es un escándalo que golpea la conciencia de la actual generación de venezolanos.
¿Y qué será lo que tenemos que hacer? Por lo pronto, acabar con los pleitos inútiles y buscar la manera de unir a los venezolanos en una tarea de solidaridad y de búsqueda de soluciones. Se trata de hacer realidad los postulados consagrados en la Constitución Nacional. Por ejemplo, el artículo 75 de la Constitución establece: “El Estado protegerá a la familia como asociación natural de la sociedad y como el espacio fundamental para el desarrollo integral de las personas. Las relaciones familiares se basan en la igualdad de derechos y deberes, la solidaridad, el esfuerzo común, la comprensión mutua y el respeto recíproco entre sus integrantes. El Estado garantizará protección a la madre, al padre o a quienes ejerzan la jefatura de la familia. Los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a vivir, ser criados y a desarrollarse en el seno de su familia de origen”.
Por cierto, el Centro Internacional de Formación y de Políticas Públicas Arístides Calvani (Ifedec) viene adelantando un programa en defensa de la familia bajo la dirección de Pedro Pablo Fernández, director general de la institución. Defender a la familia, a los niños, niñas y adolescentes contra disparates como la llamada “ideología de género”, es una labor de patria que nos obliga y compromete a todos los venezolanos.
Reconstruir a Venezuela implica fortalecer la institución familiar, defender a nuestros niños y también proveer para su educación y su salud.
Seguiremos conversando.