Apóyanos

Política como inteligencia constitutiva

    • X
    • Facebook
    • Whatsapp
    • Telegram
    • Linkedin
    • Email
  • X
  • Facebook
  • Whatsapp
  • Telegram
  • Linkedin
  • Email

Crédito: Ing. Jesús Valoz

Uno de los libros sobre Los Siete Sabios de la Grecia Clásica, escrito de manera lúcida por Carlos García Gual, apunta a un ángulo de reflexión sobre el cual no me había percatado. Dice en sus primeras páginas que todos ellos vivieron en el tiempo durante el cual se hizo necesario concebir una nueva “inteligencia  política” para constituir a las polis griegas de un modo acorde a las exigencias democráticas. La política es, entonces, la inteligencia constitutiva dirigida a concebir la convivencia en todas sus dimensiones relevantes. Para ello, debe ser capaz de desplegar, no solo las concepciones requeridas por una sociedad en un momento clave de su historia; sino el correlativo obrar constitutivo para llevar la concepción al plano de lo realizable, para que la reflexión se transforme en la conformación de esa sociedad en un plano más acabado, más integrado y más inclusivo.

Esta reflexión dirigida por la inteligencia constitutiva plantea la íntima articulación pensar-obrar realizable que distingue a la política de otras ciencias sociales. Platón utiliza el verbo praxo (saber-hacer) para describir la acción del gobernante sabio en Politeia, texto traducido por Cicerón como “República”; Aristóteles clasifica a la política como una ciencia de la praxis, distinguiéndola de la filosofía que es una ciencia teórica. Ambos asumen esa dicotomía esencial pensar-obrar realizable desde una mirada que enfatizaba más la dimensión reflexiva (partir de la naturaleza del ser humano, tanto en el plano personal como colectivo) que de la transitiva (mirar hacia afuera, hacia lo Otro). Este punto requiere de una explicación adicional.

En los últimos tres años de su vida, Michel Foucault constata que había asumido la estructura constitutiva de la Modernidad, al estudiar la emergencia de las instituciones propias de la sociedad contemporánea, en una primera etapa de su producción intelectual, y luego las estructuras y mecanismos del poder en una segunda etapa de su obra. Al asumir esa perspectiva, dice en Hermenéutica del sujeto, había dejado atrás lo fundamental, a saber, la estructura cognoscitiva constitutiva del Occidente que emerge de Grecia. Así, desde una lectura del diálogo platónico Apología de Sócrates, el filósofo francés reflexiona cómo la ciencia moderna enfatiza la epistemología fundamentada en la transitividad (mirar hacia el mundo, constituir un objeto de estudio claramente delimitado), mientras que Sócrates concibe la política a partir del cuido-de-sí, convirtiendo al genuino político en aquella persona que vela por el cuido del alma de cada ciudadano y del éthos social (cultura pública).

Ese ángulo reflexivo para abordar la política inaugura en Platón la imbricación política-paideia, continuada por Aristóteles. El Académico concibe un currículum desde la temprana edad hasta la educación universitaria, el Estagirita plasma la esencia de la educación cívica capaz de sostener la capacidad de autogobierno de una sociedad. En ello radica la clave para la realizabilidad sustentable

El obrar constitutivo connota, no solo una preocupación de actuación y resolución en el presente, sino que supone considerar un horizonte de temporalidad futura y, en consecuencia, la responsabilidad política exige de los esfuerzos dirigidos hacia la sustentabilidad y la permanencia respecto a un orden político legítimo.

Por tanto es la relación saber-hacer realizable/cultura pública lo que demanda la inteligencia constitutiva venezolana y, por tanto, es el propósito de este espacio de opinión.

Cada uno de los artículos que propondremos a los lectores considera el pensar (autores y perspectivas) desarrollado en la filosofía y ciencias sociales, así como en las magníficas líneas argumentativas de nuestros coetáneos de los siglos XIX y XX, cuyas reflexiones son dejadas de lado para el gran público, reduciéndose su estudio a círculos especializados. No compartimos la postura del conocimiento reducido a un grupo mínimo de expertos: ello denota una comprensión oligárquica del saber que impide comprender, con mayor profundidad, los elementos constitutivos de nuestro entorno y de nuestras experiencias que son clave para identificar cuáles son las lecciones pendientes que nos toca poner en práctica como país.

Dijo Mariano Picón Salas atinadamente: “La política es –o debe aspirar- a una ordenación y descubrimiento del destino nacional. En toda alta política se hace práctica  una concepción filosófica del mundo. Esta es la atingencia y relación que existe entre las palabras ‘filosofía’, ‘política’, ‘educación’…” (Notas sobre el problema de nuestra cultura, 1941).

Hay soluciones para los problemas que nos aquejan hoy. Ellas requieren de la asunción de la contemporaneidad, signada por los aportes de la Física y Matemáticas. De la primera, la revolución acerca de la temporalidad y la complejidad que dejó atrás el sueño del determinismo de Laplace y la dificultad respecto al supuesto de control; la fractalidad matemática ha demostrado que el todo está contenido en cada parte. Por ello, Henri Bergson afirma que nuestra percepción del mundo está configurada por nuestras memorias, por una parte, y por lo que percibimos podemos hacer: abordar la temporalidad futura es un acto creador, aquel propio de la inteligencia constitutiva. ¿En qué consiste el ejercicio de esta inteligencia? Primero, exige comprender un particular ‘locus’ político en sus requerimientos (demandas, retos, expectativas, necesidades); segundo, requiere actos reflexivos heurístico-fractales sobre lo propio de ese ‘locus’ y su articulación a una situación total; tercero, necesita concebir la resolución de la problemática esencial ponderando la cultura pública, la competencia de los actores (saberes, voluntad y ética) y los esfuerzos para institucionalizar los cambios identificados (principios, estructuras, procesos, relaciones y ejecución).

[email protected]

@ juliaalcibiades

 

 

Noticias Relacionadas

El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!

Apoya a El Nacional