Comisión Nacional de Primaria
Miembros de la Comisión Nacional de Primaria

La primaria causó un efecto de polarización hacia el factor que los votantes consideraron más radical ante lo que nos ocurre. Hacia lo percibido como más radical contra Maduro y lo que significa este régimen del terror. En una división que se da, según Teum van Dijk y su visión del análisis del discurso, entre un nosotros y un ellos. Mientras que el DRAE da entre sus definiciones al respecto: «Concentrar la atención o el ánimo en algo».  Sería, pues, una división grupal enfrentada y que surge naturalmente, cada vez que un grupo fija posición. Esto se manifestó así, como fenómeno, en las pasadas elecciones.

Pero, no nos equivoquemos. Esa medición tan significativa y halagüeña está lejos de ser definitiva en su marcación. Hay mucho trabajo político profundo por hacer. Veamos. Según Súmate, el registro electoral bajó a 21 millones y una minucia, al comparar una reciente Gaceta Electoral de mayo con la anterior. Esto quiere decir que de los inscritos, en el conteo del pasado domingo, participaron votantes por el orden del 10% de entre quienes tenían derecho de hacerlo. Una cifra muy significativa para una primaria en condiciones tan deplorables; en una situación generalizada de desaliento político, especialmente contra los partidos, en un panorama que se suponía desesperanzado.

La primaria ha vuelto a alborotar el interés político de los venezolanos, porque ese 10% podría generar una onda expansiva muy importante. De allí el profundo miedo del régimen contra esos resultados, tanto así que ha detonado persecuciones, amenazas, destemplados discursos y un interés por despertar la atención hacia un referéndum absurdo por el Esequibo, a fin de exacerbar el nacionalismo y la miradas sobre ellos. Lo digo de una vez: con el 10% no se le gana a Maduro, o al candidato del régimen que pongan. Se precisa un inmenso trabajo de convencimiento hacía ese faltante aproximado del 90% de los votantes, para incrementar en mucho la participación hacia la oposición el año próximo en las elecciones nacionales.

Se precisa reconocer la labor certera de la Plataforma Unitaria y de la, ahora perseguida y acosada, muy valiente, Comisión Nacional de Primaria. La primaria, a pesar de tantas dificultades y aves agoreras dentro y fuera, constituyó un  éxito político trascendente. Ha puesto a temblar al régimen con el apoyo exterior a ellas y al acuerdo de Barbados, el que ha estado en situación de guindajo por estos días, precisamente por los resultados inesperados de la elección. Lo que no puede ocurrir es la separación de la Plataforma, de ningún modo, en la creencia de que ya se logró todo de manera insuperable. Eso iría no sólo contra la unidad indispensable, sino contra un resultado favorable en las elecciones del largo año próximo.

Las acciones venideras, en medio de la incertidumbre generalizada, parecen obvias hoy: ir por el resto de los votantes en cada rincón, del mejor modo posible; inscribir a la inmensa cantidad de jóvenes en edad de participar electoralmente, modificar los lugares de votación de quienes han cambiado de residencia para facilitar el proceso electoral de 2025; construir una cada vez más sólida y amplia unidad política opositora. Esto último parece lo más complicado, dadas las tan difíciles circunstancias. El desafío está allí. Está bien celebrar y enaltecer por estos días. Pero para luego es muy tarde comenzar el arduo trabajo que nos espera a todos. Y todos debemos estar dispuesto a realizarlo, día a día.


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