El Instituto de Ciencia Política Hernán Echavarría Olózaga acaba de presentar su primera encuesta nacional “Sabemos”, realizada por YanHaas en las 5 más importantes ciudades de Colombia. Los hallazgos son dicientes porque ella evalúa la posición y el sentimiento de los nacionales sobre el gobierno de Gustavo Petro justo en el momento en que este llega la mitad de su periodo presidencial.
Apenas 30% de los encuestados tiene una opinión favorable de la gestión de su presidente, pero resulta interesante entrar dentro del detalle de la valoración de la administración actual, pues es allí donde la ciudadanía se expresa con mayor precisión. Según la medición, 58% de los ciudadanos piensa que las reformas del presidente Gustavo Petro empeorarán su bienestar, pero es la capital de Antioquia la ciudad en la que una mayor porción de participantes (70%) manifestó esa percepción negativa.
Una de las áreas en la que el gobierno es peor valorado y que alimenta más el pesimismo es la que tiene que ver con la seguridad, una de las mas imperativas necesidades del país. Dos de cada tres colombianos desaprueban de manera tajante la manera en que este importante tema está siendo manejado desde la Casa de Nariño y estiman que en su propio barrio la calidad de vida en este terreno se ha estado deteriorando. Uno de cada tres reportó haber sido víctima de un delito en los pasados seis meses. Este es uno de los elementos que mas afecta la ciudadana y contribuye a crear una brecha entre gobernantes y gobernados al alimentar la inestabilidad social. A pesar de que el gobierno asegura estar poniendo lo mejor de su esfuerzo por desactivar la violencia, no solo las cifras de inseguridad castigan a la administración petrista sino que existe una percepción marcada de invalidez de parte del ciudadano frente al delito, toda vez que 80% de la población vive a diario con el fantasma de la posibilidad de agredido. Ello lo que nos dice es que los grupos armados y criminales han conseguido profundizar su control social.
El descontento de la ciudadanía se expresa también de manera inequívoca al referirse al comportamiento del empleo: 61% considera que la situación del empleo ha venido degradándose durante el presente gobierno.
En definitiva, lo que es claro en esta primera encuesta es que existe desconfianza en que la administración actual pueda sacar al país de las dificultades que el país atraviesa. Tres cuartas partes de la ciudadanía se expresó en desfavor de una eventual reelección y dos tercios de la misma no se siente inclinada a confiar en un cambio de la Constitución para mejorar la vida de la población.
Con cifras tan erosivas y en plena mitad de su presidencia, levantar la confianza del electorado resulta ser una tarea titánica para el gobierno del cordobés. El divorcio de su pensamiento antiempresa privada con el de sus administrados es muy elocuente, toda vez que quien se lleva la palma a favor en esta encuesta es el empresariado. 61% de los colombianos tiene una muy visión positiva de la iniciativa particular debido al aporte que ésta hace en el campo de la oferta de bienes y servicios que pone a disposición de la colectividad.
Así pues, le llega la hora al mandatario de efectuar una concienzuda revisión de estrategias y metas. Estos números lo que denotan es una crisis de confianza en quien lleva las riendas del país. A Gustavo Petro le resultará cuesta arriba, en lo sucesivo, proponer y adelantar iniciativas que cuenten con respaldo ciudadano.
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