La imprenta se establece en Venezuela en 1808, una de las últimas colonias de España en poseerla y el 24 de octubre de ese mismo ve la luz la Gaceta de Caracas, el primer periódico nacional. En su editorial, invitaba a participar a todas las personas interesadas en “la instrucción pública y en la amena literatura con producciones en verso o prosa, prometiéndose retribuir las colaboraciones”. Aquí, en este momento originario, puede encontrarse el inicio de la prensa de arte en el país.
La Gaceta de Caracas nació con un objetivo: “Estará dedicada a la política, la agricultura, el comercio y las letras…”. Su primer redactor fue el poeta y pensador Andrés Bello, quien se desempeñaba como funcionario de la Capitanía General de Venezuela. A quien se convertiría en gloria de las letras de América Latina, se le considera el primer periodista venezolano.
La Gaceta en sus distintas etapas, el Correo del Orinoco, el Boletín del Ejército Libertador de Venezuela, fundado por Simón Bolívar, que constituía la voz del país en el ámbito internacional, y el Fanal de Venezuela, semanario que apareció en Caracas en 1820 y trataba, además de política, sobre literatura, artes y variedades, así como otros medios informativos de corta vida, reflejaron el espíritu y las circunstancias de los momentos históricos que se vivían, convirtiéndose en voceros monárquicos o, por el contrario, en defensores de la causa republicana.
Proyectos editoriales efímeros tales como El Lucero, promovido también por Andrés Bello y el Mercurio Venezolano, inspirado en la mejor tradición de los Mercurios europeos y americanos, señalaron rumbos hacia una prensa cultural en la apenas naciente república.
A partir de 1830 comienza en Venezuela el desarrollo del periodismo literario. La política del presidente José Antonio Páez en la época de la Oligarquía Conservadora, hizo posible la libertad de prensa. Ya los periódicos no son hojas contentivas de proclamas de guerra, sino órganos que se interesan por los autores clásicos. Un aire humanístico se respira en la prensa de ese estrato social. Se trata de un periodismo de eruditos. Se hacen conocidos los títulos de las primeras revistas literarias comunes a toda Hispanoamérica: La Guirnalda, La Lira, El Álbum y El Liceo.
La prensa deja de tener una circulación semanal, mensual o bimensual y se hace diaria. El desasosiego producto de la situación política y social producida por la Guerra Federal, tiene su expresión popular en la caricatura, el panfleto y el periodismo de humor.
El ejercicio de la prensa artística, de viñetas y alegorías, según el gusto de la época, llenan las páginas de El Zulia Ilustrado y El Cojo Ilustrado, revista esta última que enfatizaba en la divulgación del arte venezolano y universal, a través de la publicación de artículos sobre la especialidad, así como de grabados y fotografías de manera profusa.
Durante los primeros años del siglo XX, Venezuela sustituye progresivamente su condición de país rural por la de nación petrolera. Durante esos años iniciales de la nueva centuria nacen medios de información y opinión llamados a ser emblemas del periodismo venezolano.
En 1909 circula por primera vez El Universal, fundado por el poeta Andrés Mata, junto con Andrés Vigas, en un principio vinculado con el gobierno gomecista, que reúne a un cuerpo de redactores y columnistas que contribuyeron, al decir de Humberto Cuenca, “al estudio y la valoración de la literatura nacional con sus crónicas y artículos”. Este diario incorporó en 1937 el Índice Literario, suplemento que se transformaría en las Páginas Culturales a partir de los años setenta.
En 1943, durante el ejercicio gubernamental de Isaías Medina Angarita, nace El Nacional por iniciativa de Henrique Otero Vizcarrondo y Miguel Otero Silva, diario de alta y consecuente orientación hacia las manifestaciones culturales, que desde sus inicios publica el Papel Literario, suplemento especializado que durante sus primeras épocas tuvo como como directores, entre otros, a los intelectuales Juan Liscano, Guillermo Meneses, Mariano Picón Salas, Arturo Uslar Pietri y José Ramón Medina. En 1951 se crea la Página de Arte como un espacio para reportajes de carácter cultural, hasta convertirse en una sección especializada permanente, que durante sus primeros tiempos publicó la columna “Letra y solfa”, escrita durante varios años por Alejo Carpentier.
Otros diarios venezolanos han hecho del arte y la cultura una fuente periodística con diversidad de tratamientos. Últimas Noticias, fundado en 1941, desde sus inicios publicó el reputado Suplemento Cultural; el vespertino El Mundo, en circulación a partir de 1958, con el tiempo incorporaría también una sección de cultura; El Diario de Caracas, editado a partir de 1979, tabloide orientado por la corriente del periodismo interpretativo, y Economía Hoy, ambos con sus tratamientos de los temas culturales marcaron pauta; además delos diarios de provincia, entre ellos, Panorama de Maracaibo, El Carabobeño de Valencia y El Impulso de Barquisimeto.
Entre la Gaceta de Caracas, el periódico venezolano de la época colonial, y los actuales medios digitales de la era tecnológica, no solo ha transcurrido el tiempo. También se ha cumplido un drástico proceso de transformación que abrió brechas y también ha producido inéditos acercamientos entre el hecho cultural ―siempre esencial― sus creadores, comunicadores y públicos.