Tal como es tradición, hace un par de semanas se dieron a conocer los resultados del informe sobre el futuro del empleo del Foro Económico Social (World Economic Forum), en donde se detallan las 10 habilidades más demandadas por las organizaciones para este año.
El pensamiento crítico y el creativo encabezan la lista, seguidos de tres competencias técnicas de autoeficacia: resiliencia, flexibilidad y agilidad; motivación y autoconciencia; y curiosidad y aprendizaje permanente.
Le siguen la competencia tecnológica, la confiabilidad, la atención al detalle, la empatía, la escucha activa, el liderazgo, la influencia social y el control de calidad.
Según este informe, que aglutina los resultados de 803 empresas conformadas por 11,3 millones de trabajadores de 27 grupos industriales y 45 economías de todas las regiones del mundo, las competencias relacionadas con tecnología (así como inteligencia artificial) tienen una tendencia al alza que marcará el futuro de la empleabilidad.
Sin embargo, tomando en cuenta la importancia del pensamiento creativo, una de las recomendaciones tiene que ver con la meditación y el mindfulness como herramientas para conectar con el aquí y el ahora e incentivar la creatividad en los colaboradores.
No en vano en muchas empresas están implementando espacios o salones para meditar e incentivando la adopción de esta práctica milenaria con excelentes resultados.
Pero hay un dato que no puede pasar desapercibido y es la importancia de la inversión en formación que sigue estando presente cada vez que se habla de habilidades y competencias.
Pensando en ello, justamente estamos reactivando nuestra “Escala Corporativa” (División de soluciones gerenciales) para atender a todas esas necesidades de formación que hay en el entorno y a las que le podemos dar respuesta con nuestras experiencias de capacitación.
Septiembre es un mes maravilloso para planificar de forma estratégica lo que deseas alcanzar a nivel de formación con tu equipo de trabajo.
Que el 2024 no te tome desprevenido(a) en la consecución de metas y objetivos, entendiendo que todos estos se logran no sólo poniendo el foco en las necesidades del negocio, sino también en la formación del equipo desde el punto de vista integral.
Más allá de las competencias técnicas, no perdamos de vista las habilidades blandas que son precisamente las que hacen la diferencia brindando ventajas competitivas difíciles de superar por la competencia.
Invertir en la formación de tu equipo siempre será el mejor negocio.
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