OPINIÓN

Pedro, aprende de Nadal

por Eduardo de Rivas Eduardo de Rivas

Escribir solo una columna a la semana tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Te permite el lujo de alejarte de la vorágine del día a día y tomar perspectiva de los temas, pero también a lo largo de siete días hay muchos asuntos de los que te gustaría escribir y tienes que acabar eligiendo. Hoy, por ejemplo, querría hablar de Rafael Nadal, de la retirada de un hombre que ha lucido con orgullo el nombre de España por todo el mundo. Un chico al que de joven diagnosticaron una lesión degenerativa que le impediría cualquier tipo de práctica deportiva y que, a base de raza, lucha y pundonor, ha demostrado que el esfuerzo es la única vía para lograr tus objetivos. Ganó 22 Grand Slams, 2 oros olímpicos y 103 títulos en su carrera (92 en individuales y 11 en dobles), y protagonizó una de las mayores rivalidades de la historia del deporte junto a Roger Federer. Una trayectoria inmaculada que no mereció ni siquiera un tuit del presidente del Gobierno el día que Nadal anunció su retirada. Tendrá el mayor de los homenajes en su último partido de Copa Davis en Málaga, donde deberían estar representadas todas las instituciones del deporte y del país. Pero no irá Sánchez, ya lo adelanto, a no ser que sea capaz de llenar el Martín Carpena de simpatizantes del PSOE que bailen el Pedro, Pedro, Pedro, Pedro, Pe a ritmo de mapache.

Hoy, podría hablar también del problema de la vivienda que sufren la mayoría de jóvenes de este país (y los no tan jóvenes), ya que este domingo hubo en Madrid una manifestación para pedir soluciones al alquiler. El precio en las grandes ciudades continúa en aumento, mientras la oferta sigue siendo escasa y el Gobierno se limita a echar la culpa a la herencia que les dejó Rajoy, por mucho que lleven seis años en Moncloa. Crear un Ministerio de Vivienda solo ha servido para colocar a más amigos mientras los jóvenes se dejan más del 50% de su sueldo en el alquiler o viven condenados a compartir piso.

Querría hablar de todo eso detenidamente y explicar que la idea de Sumar de topar los alquileres lo único que provocará será un hundimiento de la oferta, que, a la larga, llevará a un aumento de los precios. Ciudades como Bruselas, por ejemplo, combatieron los alquileres altos con leyes que favorecían a los propietarios y les incentivaban a poner sus pisos en el mercado, lo que conllevó un descenso de los precios. Pero para llevar a cabo algo similar en este país habría que dejar de estigmatizar a los propietarios por el simple hecho de serlo y perseguir la okupación en lugar de mirar para otro lado. Complicado.

A mí me gustaría hablar de eso, pero esta semana hemos descubierto que el digno heredero del señor X de los GAL está en Moncloa y que lo llaman el 1. Puede ser un antes y un después en el Gobierno de Pedro Sánchez, porque es la primera vez desde la época de Felipe González que un ministro está a un paso de ser imputado por actos cometidos durante su ejercicio. La cruz se le ha puesto a Ábalos como cabeza de turco, pero no hay que olvidar que el que fuera de ministro de Transportes no era otra cosa que la mano derecha del 1.

Con la mujer imputada por corrupción en los negocios y el hermano, investigado por prevaricación, malversación y tráfico de influencias, lo que le faltaba a Sánchez era que su antigua persona de confianza se sentara en el banquillo por beneficiarse de una trama corrupta vinculada con el Gobierno. De la cual, por supuesto, el presidente no sabía nada, igual que tampoco conocía la visita de Delcy Rodríguez a España en 798 de las 800 versiones que ha ofrecido el Ejecutivo sobre el caso. En la última, se anuló el viaje cuando Sánchez se enteró de las sanciones de la UE que pesaban sobre ella, acciones que se impusieron cuando él ya era presidente en ejercicio, así que algo ya debía saber.

Con todo este horizonte judicial abierto, solo queda coger palomitas y ver cómo se viene abajo el castillo de naipes que Sánchez tiene montado en Moncloa. A Pilar Alegría se le acaban los argumentos para mentir en las ruedas de prensa del Consejo de Ministros, así que no sería de extrañar un cambio de portavoz aprovechando la crisis de Gobierno por la marcha de Teresa Ribera. Será en ese momento cuando se ponga en marcha la maniobra para intentar convencer a ese 33% de españoles anestesiados que dice Tezanos que siguen votando al PSOE de que todo lo que ha salido son bulos, fango y un invento de los seudomedios.

Ánimo, Pedro, si nos ha enseñado algo Nadal es que con esfuerzo todo es posible. España lo sufrirá, pero al menos no gobernará la derecha.

Artículo publicado en el diario El Debate de España