Nuestra nación atraviesa una preocupante y compleja situación política tras las elecciones presidenciales del pasado 28 de julio. En lugar de generar un ambiente de satisfacción por haber culminado la jornada electoral, lo que hemos presenciado es una mayor confrontación entre los actores políticos, quienes han manifestado posiciones antagónicas respecto a los resultados presentados por el Consejo Nacional Electoral.
Las palabras que la mayoría de los venezolanos esperaban escuchar, como «paz» y «unión», han sido relegadas; mientras que las expresiones populares en apoyo a los candidatos han derivado en situaciones de conflicto, lamentablemente acompañadas de violencia. Estos enfrentamientos han resultado en pérdidas humanas, heridos y un número considerable de detenidos que serán procesados penalmente, dificultando aún más el camino hacia la tan necesaria paz para nuestra nación.
Las posibilidades de unión, que parecían alcanzables a pesar de lo tensa que fue la campaña política, han desaparecido ante una insalvable confrontación que alcanza niveles preocupantes de potenciales conflictos, no deseados por la gran mayoría de los ciudadanos.
Afortunadamente, han surgido propuestas y soluciones por parte de gobiernos de otros países, que buscan facilitar los acuerdos necesarios para sortear la situación política que amenaza la paz social.
Expreso mi firme deseo de paz y unión para la nación venezolana, confiando en que la moderación y la necesaria armonía prevalecerán en estos tiempos complejos y de destino incierto.