Desde la Universidad de Manchester, el investigador Steve Taylor señala que gran parte del mundo está en manos de gobernantes con trastornos de personalidad y patologías mentales. Define sus gobiernos como “patocracias” y a sus líderes como perfectos narcisistas, lo que los convierte en personas muy destructivas.
Nuestro psicópata principal reúne todos los rasgos de esta anomalía, de allí su capacidad para el mal, rodeándose de personas similares, conformando una estructura de delincuencia organizada, que hasta exportan a otros países.
En este grupo es común observar su conducta antisocial, reflejada por ejemplo en las torturas a los presos políticos y militares, demostrando ser personalidades crueles, sin remordimiento.
En un trabajo científico sobre el tratamiento de delincuentes organizados, los investigadores Demelsa Hernández y Mar Pastor asumen la definición de psicópatas como: “Individuos discrepantes y manipuladores, responsables de agresiones sistemáticas. Se muestran crueles, impulsivos, agresivos, insensatos, sin una vida emocional real y sin evidencias que demuestren el padecimiento de una enfermedad mental”.
Este grupo alrededor del tirano recibe sus órdenes sin contrapeso y la ejecutan satisfaciendo sus fantasías criminales.
El psicópata principal, escoge a sus colaboradores de idéntico perfil, con características clásicas, de manual:
1.- El doctor Simón Barón-Cohen, señaló que estos personajes “tienen empatía cognitiva, pero no emocional y por ello no les provoca malestar el sufrimiento de los demás”.
2.- Se creen superiores a todo el mundo. Su narcisismo es del tamaño de un océano.
3.- Pretenden ser encantadores, chistosos, seductores, mientras el odio circula por la sangre.
4.- Esconden el temor, el miedo, pero en realidad este es muy fuerte. Se notan los impulsos cada vez más claros a la violencia social.
5.- Sus actos son anárquicos. Odian la organización y la planificación. Presentan supuestos planes que son un decálogo de falsedades. Gran facilidad para ignorar lo que se dijo antes. De allí, un país sin rumbo cierto y sin saber que ocurrirá mañana.
6.- Evadir la realidad, arma favorita para la manipulación.
7.- No sienten culpabilidad por el daño causado. Desconocen el remordimiento.
Observando a este personaje, el profesor Taylor tendría material para varios tomos.