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La seguridad no deja de ser clave para la vida del hombre. Los especialistas en seguridad y los analistas de riesgos se han hecho muy populares estos últimos años, además, cada vez van teniendo mucha más vigencia e importancia sus recomendaciones.
¿A qué se debe esto?
La respuesta tal vez puede que sea: intuición. Solo bastaría hacer un repaso de las noticias más impactantes de 2020, para darnos cuenta de que la seguridad ha sido la gran ausente, y el eslabón débil, la falta de suficiente prevención.
Al final de cada año, por lo general, los gobiernos presentan sus balances en materia de seguridad, y por ende, las estimaciones para el siguiente período. En el caso de Venezuela, lo difuso de las declaraciones oficiales y la prevalencia de políticas de censura por parte de las instituciones del Estado son elementos auspiciadores de sesgos y de parcialidad que nublan la objetividad en los pronósticos.
Pero lo que sí es una verdad irrefutable es la letalidad de la pandemia, su continuidad con nuevos casos o cepas descubiertas, y lo vulnerables que somos ante la enfermedad.
La seguridad cambió, mas no el hombre. Una cosa es la sensación o lo que se piensa sobre la situación, y otra muy distinta lo que se hace. Son realidades que ameritan cambiar. La combinación de pobreza, corrupción y violación de los derechos humanos crea condiciones que hacen más potentes los riesgos en todos los espacios de la sociedad venezolana.
2021 será un nuevo período que pinta pésimo. El fatalismo no es la tendencia, tampoco el apocalipsis, pues es una proyección conservadora. Tener que apreciar que un muestreo de tan poco tiempo no es valor determinante para hacer cálculos o predicciones, más que ingenuo es iluso no creerlo.
El país está a la puerta de un colapso sin precedentes en la historia, tanto vieja como contemporánea. La activación de mecanismos multilaterales de ayuda internacional, la resiliencia social interna y la reacción de las fuerzas operadoras del poder forman un triángulo de sustentación alrededor de la tan anhelada seguridad.
Tal vez, la crisis no se percibe todavía. Apenas estuvimos observando el preludio de lo que se avecina. El panorama de la seguridad en Venezuela, como en otras latitudes, ya se nota comprometido. 2021 será un año para evitar errores, para emplear la prevención como única herramienta efectiva contra todo lo que hace daño o amenaza nuestra existencia.
@menteprotectiva
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