OPINIÓN

Panorama 2023, una década después de Hugo Chávez (legado perdido)

por Daniel Arias Alfonzo Daniel Arias Alfonzo

En medio de los actos conmemorativos de los 10 años del fallecimiento de Hugo Chávez, es una verdad innegable que Venezuela está muchísimo peor en su caracterización social y económica, en unos niveles inimaginables para quienes vivieron el último boom económico del segundo gobierno de Chávez. Y lo que separa a los venezolanos es solamente la definición de quién tiene la culpa de esta situación, que se decanta en 3 opciones, según quien sea la persona a la que se le pregunte:

  1. Nicolás Maduro.
  2. Hugo Chávez.
  3. El Imperio.

Para quienes no entienden a cuáles “situaciones negativas” me refiero, señalo lo siguiente:

  1. Contracción económica, que implicó pérdida del 60% o más del PIB.
  2. Migración masiva de millones de ciudadanos.
  3. Insolvencia financiera para pagar deuda externa.
  4. Sanciones internacionales.
  5. Cerco político y financiero occidental.
  6. Paso de benefactor humanitario internacional a receptor de ayuda humanitaria.
  7. Desaparición de subsidios económicos de décadas.
  8. Disolución del salario mínimo.
  9. Aparición de la hiperinflación.
  10. Ruptura de la legitimidad política partidista cotidiana.
  11. Inserción del país en lucha geopolítica entre Rusia, China y Estados Unidos.
  12. Reducción y debilitamiento peligroso de la industria petrolera.
  13. Sustitución informal del bolívar por el dólar estadounidense.
  14. Fracaso de las empresas expropiadas y devolución de muchas de ellas.
  15. Desconexión ideológica del gobierno nacional con las corrientes avanzadas del pensamiento político internacional.
  16. Creación de un marco tributario muy apretado, como ocurre con muchísimas alcaldías, que “infartan a los comerciantes” y otros mecanismos, impensable en época de Chávez, como los peajes.
  17. Destrucción operativa de la casi totalidad del Sistema Nacional de Salud.
  18. Destrucción de gran parte del Sistema Educativo Nacional.
  19. Colapso de los sistemas de abastecimiento alimenticio.
  20. Acusaciones de graves afectaciones en materia ambiental, especialmente en las zonas del sur de Venezuela.
  21. Fracaso en la aplicación de la propuesta de la Democracia Participativa y Protagónica, a través de los mecanismos e instituciones del denominado Poder Popular.
  22. Aplicación de medidas económicas que no se diferencian en nada a los paquetes del FMI, especialmente en materia de combustibles, postergación de contratos colectivos, aumento de los impuestos, ajustes de los servicios públicos, privatización parcial de muchas empresas públicas, reducción del crédito bancario, que terminan convenciendo a muchos de que más bien estamos en presencia de un gobierno “neoliberal”, que utiliza el discurso socialista, como una excusa o ropaje ideológico, o como se manifestará un conocido intelectual revolucionario, simplemente un “vector” para llegar a un propósito determinado.

Esta lista, que por razones de prudencia política y legal, está muy recortada, ya que pudiera ser más larga, permite fácilmente hacer hasta uno o varios artículos de cada uno de los 22 ítems planteados anteriormente, mas no es la intención de este espacio atormentar al lector con una serie interminable de asuntos que ya “padece” y que le torturan de forma cotidiana en su paso terrenal por este mundo.

Definir quién tiene la culpa de la aparición y la consistencia de cada variable negativa, tampoco es el objeto del presente escrito, por ser muchos de ellos, factores multivariables, que tienen diversos responsables políticos.

En este punto, ante la espantosa posibilidad, de que la situación empeore, mucho más, ante el anuncio de la empresa Datanálisis de que calcula una inflación de 4.000% para fines del año 2023, con un esquema salarial en la administración pública, que no puede seguir soportando la sufrida paciencia y solidaridad social de los empleados públicos, en claro peligro de muerte por inanición o “mengua”, de mantenerse estos sueldos, han comenzado en las últimas semanas a realizar manifestaciones pacíficas de protesta por dicha situación, es necesario hacer 2 cosas:

  1. Reconocer el estado de “desastre nacional” en que se encuentra Venezuela en todos los términos posibles, ya que seguir con la idea de que algunos o muchos sectores han mejorado es tan irresponsable como aquellos gobernadores y alcaldes que dicen tener la solución a todos los problemas y no tienen dinero para reparar hospitales y escuelas y a veces, ni para recoger la basura de forma semanal, pero sí son muy eficientes para organizar fiestas de todo tipo y actividades recreativas, para dar una imagen de “normalidad y prosperidad”, es una burla para quienes mueren en los centros de salud o fuera de ellos, por no tener dinero para operaciones quirúrgicas y medicinas, así que la sensación de emergencia nacional para salvar el país, debe ser unánime y sobre todo muy coherente, para que no se genere la sensación de que hay 2 Venezuela, una donde el gobierno tiene dinero para resolver los problemas y otra donde no lo tiene.
  2. Construir una agenda nacional de prioridades que atienda las necesidades e intereses de todos los actores políticos nacionales e internacionales involucrados en la crisis política en Venezuela, pues dejarlos afuera tendría como consecuencia la falta de colaboración, saboteo o inaplicabilidad de ciertas medidas, que solo son posibles de sustanciar con el pleno apoyo foráneo.

En este punto existen escritos muy detallados de la licenciada Indira Urbaneja, sobre la imposibilidad de resolver la crisis en Venezuela sin un acuerdo con el gobierno de Estados Unidos, en lo que ella denomina un “track two entre la Casa Blanca y Miraflores”, para luego finiquitar con la oposición un acuerdo final. Esto, en mi opinión, sería muy humillante para esta última, aparentando que solo hay un actor foráneo y que el gobierno nacional no depende para nada de Rusia, China, Cuba o Irán, por lo cual seguramente preferirá un acuerdo como el que llevó a la reunificación de Alemania en septiembre de 1990.

Dicho esquema (dos más cuatro) implica el gobierno y la oposición (DOS) y las 4 potencias principales que están interviniendo en la crisis nacional o sea Estados Unidos y la Unión Europea y la Federación Rusa y la República Popular China, advirtiendo que se estaría dejando por fuera a 2 actores históricos muy importantes de nuestra realidad política, como serian la República Islámica de Irán y la República Socialista de Cuba, que podrían  delegar sus intereses políticos y económicos en la representación de los aliados externos del gobierno de Maduro.

Ya se perdió el legado económico y material del gobierno de Hugo Chávez, o sea los frutos de boom petrolero, por lo cual lo importante es tratar de salvar la sustentabilidad histórica, social y económica de la República.