“Desde su sepultura, cada hombre debe pelear su propia guerra a muerte para emanciparse del cementerio donde fue obligado llevar una quietud miserable porque nunca será descanso eterno”
En uso de mi derecho a expresarme, atributos de mayor de edad con habilidades físico-psíquicas, sin numeración de esclavo marcada en mi piel, pero individuo correspondiente de la Legión de Libertarios del Mundo, y en nombre de la autoridad que me confiere ser una persona nacida para combatir o aplicar abominaciones, declaro, a quienes pueda interesar, que, según mi opinión, todos los socialistas son terroristas y urge eliminarlos por cuanto solo buscan blindar su estirpe de escorias de la humanidad.
Considerando que no tengo armas de guerra, pero sí estoy dotado de razón suficiente, impelo a mis paisanos a retomar el control de la república destruida por una banda de sujetos criminalmente organizados. Para tal fin, sugiero nos levantemos vivos de nuestros sepulcros y caminemos hacia la patria ultrajada. No debemos continuar sempiternamente fallecidos. Es necesario reconstruir al país con astucia, determinación, firmeza e inteligencia distanciada de una tolerancia equívoca que devino en permisividad jurídicamente insostenible.
Que cada ciudadano resucite por su cuenta y riesgo, sin rogarle a enviados de falsas divinidades, camine muerto hacia la existencia colectiva arrebatada, retome sus facultades mentales y enfrente a sus victimarios hasta su segunda muerte porque ello es necesario para triunfar. Es baladí rogar a dioses de milenaria fábula, suplicar intervenciones espirituales a caciques de tribus aborígenes o jefes de imperios mundiales con capacidad letal. Ningún forastero aliado nos libertará. Los nacidos en territorio de oportunidades y riquezas estamos conminados a restituir lo que fue, no serán los falsos profetas que ofertan milagros ni el azar cósmico. Impaciente, la Violencia Legítima Convencional aguarda.
Llamo a todos los muertos de nuestra también extinta institucionalidad republicana para que asumamos nuestras responsabilidades cadavéricas, porque en casos de extrema urgencia mortuoria el deber nos reclama no resignar. Para los que fuimos obligados a permanecer sepultos, la guerra es redentora. Salgamos, caminemos sin tomarnos de las manos como pacifistas del idiotismo, asustemos a nuestros enemigos, hablémosle como insepultos, con voces de ultratumba.
@JUREscritor