La situación actual que vivimos los venezolanos es aún más insostenible que cuando se inició el año. Se solapa la crisis sistémica que venimos padeciendo a la crisis mundial provocada por la pandemia de covid-19.
En Venezuela, los más vulnerables no tienen condiciones para asumir la cuarentena preventiva en el corto y mediano plazo. El colapso de servicios básicos, la crisis hiperinflacionaria y un contexto violatorio de los derechos humanos generado por el Estado, impiden el encuentro urgente y necesario de todos los factores de la sociedad para enfrentar en conjunto la pandemia.
Con la agudización de la crisis de combustible que viene produciéndose en las dos últimas semanas se pone en el peligro la producción, la distribución y el acceso a los alimentos, en medio de un repunte de la hiperinflación. Ya se registran imágenes dolorosas de disturbios por comida en poblados del país, que han sido reprimidos violentamente por fuerzas del Estado. Al igual que las protestas que se realizan diariamente en diversas comunidades de Venezuela, estos hechos son invisibilizados por la censura, la desinformación y la propaganda oficial.
Esta realidad la vemos en las diversas comunidades de Venezuela en las que hace vida Alimenta la Solidaridad. Durante la cuarentena ha aumentado de manera significativa el número de niños y personas de la tercera edad que acuden a los comedores pidiendo alimentos. Madres y líderes testimonian la reducción del acceso a insumos. Debido a la crisis de combustible, en comedores del estado Carabobo voluntarios distribuyen los almuerzos en bicicleta.
Estamos viviendo –en medio de una pandemia– la extrema vulnerabilidad a la que nos ha llevado el modelo dictatorial del régimen. Vulnerabilidad en la que todo el país está sumido: la encuesta nacional Impacto Covid-19 de la Comisión de Expertos de Salud arroja que solo 7,4% de los venezolanos dice tener ahorros o ingresos para cubrir entre una semana y un mes, y tan solo 1,2% dice poseer recursos para cubrir más de un mes. El informe 2019 del Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas señala que cerca de 50% de las personas que sufren crisis alimentaria en Latinoamérica son venezolanos.
Nos encontramos frente a un escenario de hambre y pandemia. Desde el movimiento Caracas Mi Convive reiteramos el llamado a abordar esta realidad adversa desde el encuentro real, la convivencia activa y la solidaridad plena, priorizando la seguridad y el bienestar de las personas.
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