A menos de dos meses de haber tomado posesión de la Presidencia de Panamá, el presidente José Raúl Mulino, viajaba al Uruguay a la 64 Cumbre del Mercosur y tramitaba el ingreso de Panamá a este proceso de integración económica para entrar como Miembro Asociado en la 65 Cumbre del fin de semana pasado. Este es un acontecimiento de gran importancia para la región por ser el primer país de Centroamérica que se integra al Sur del Continentes, pero también, la primera vez que Panamá mira hacia el Sur para ampliar su panorama político e integracionista, siguiendo la visión política del Libertador Simón Bolívar , que con los brazos abierto y el corazón interoceánico, extiende un puente entre Sudamérica, Centro y Norteamérica, paso éste que aún le faltaba a ese país istmeño y que Bolívar señalaba como el Corintio del Continente Americano.
En este nuevo orden internacional que se nos plantea, el multilateralismo toma un papel destacado reforzado por los procesos de cooperación e integración política y comercial, por lo que los acuerdos de libre comercio se convierten en palancas fundamentales para impulsar los desarrollos económicos internos en nuestros países, potenciar su comercialización e impulsar los procesos políticos democráticos.
Mercosur por sí solo es un espacio para fomentar el comercio que unido a los acuerdos firmados con la Unión Europea plantea un sin fin de oportunidades, si logramos adecuar nuestro desarrollo económico y aprovechamos las oportunidades que nos plantea dichas integraciones regionales, sobre todo, cuando es un mercado desarrollado como lo es el europeo.
Es importante destacar que Panamá es la primera vez que interactúa con un mercado de 290 millones de personas y 4,5 trillones de dólares de PIB y si a esto le unimos los recientes acuerdos de Mercosur firmado con la Unión Europea, que en 2023 se convirtió en el mayor socio comercial de éste, por detrás de China y por delante de Estados Unidos con una exportación de 59.000 millones de dólares y una importación del Mercosur a la UE de 56.684 millones de dólares, lo cual, abre una gran oportunidad al sector empresarial y comercial panameño.
Panamá tiene un gran potencial que ofrecer al Mercosur, aun cuando es un mercado pequeño, ofrece servicios de primer orden que lo hace complementario de las grandes economías y tiene un hub logístico que puede facilitar los productos del Mercosur a los mercados de Centroamérica y el Caribe y acuerdos comerciales con Estados Unidos lo que brinda acceso a mercados de altos volúmenes a través de preferencias arancelarias, el uso de la Zona Libre de Colón, la red de puertos y aeropuertos para almacenamiento, reexportación y comercialización, en fin, Panamá abre con el ingreso al Mercosur un mundo de posibilidades de desarrollo para el sector empresarial emprendedor panameño que no tenga temo a los desafíos de los procesos integracionistas.
Por último y de gran importancia en las actuales circunstancias que vive la región, destacar que con su ingreso al Mercosur asume Panamá también la responsabilidad del Protocolo de Ushuaia en “defensa y fortalecimiento de la democracia, el respeto a los derechos humanos y el Estado de derecho, mediante la plena vigencia de las instituciones democráticas como condición esencial para el desarrollo del proceso de integración”, protocolo que fue aplicado a Venezuela y suspendida del Mercosur el 5 de agosto de 2017.
En este sentido, Panamá se ha constituido en una verdadera democracia, segura y estable en donde la alternabilidad política ha sido la base fundamental de ella. Nunca un partido gobernante ha logrado la reelección en los 34 años de democracia. Es, sin duda alguna, este principio de la alternabilidad política el que le ha dado estabilidad política y fortaleza a la democracia panameña. Este convencimiento democrático es lo que hace que el gobierno del presidente Mulino, los sectores políticos y el pueblo panameño, sean solidarios con la lucha democrática venezolana.