Hemos llegado al cierre del año 2019, Nicolás y aún no existe una política de Estado destinada a la recuperación sostenida y coherente de nuestra economía, aún no existe una auténtica autocrítica en torno a los graves errores cometidos en los diversos aspectos de la administración pública durante tu gobierno, faltas que hicieron posible la catástrofe social y política de la implosión productiva, con sus dramáticos efectos de empobrecimiento, represión y migración masiva de nuestros ciudadanos.
Hasta el presente, ninguna de las medidas económicas organizadas y practicadas por tu gobierno ha resuelto los trágicos problemas del desempleo masivo existente y de los salarios miserables que reciben los venezolanos, porque las soluciones no se encuentran en las regalías indicadoras de la generosidad del presidente, que como un San Nicolás de medio pelo tercermundista reparte bondadosamente de sus bolsillos regalos a su familia, no porque los recursos que el gobierno distribuye son de la nación y a ellos tienen derecho absoluto nuestros compatriotas, pero además ese no es el camino para resolver nuestra pobreza.
El efectivo abordaje a nuestro atraso económico, social y político demanda la superación de la ignorancia, exige de los dirigentes civiles y militares presentes hoy en la dirección del Estado claros y efectivos conocimientos sobre nuestra realidad, porque ni con el corazón, los testículos, los ovarios o las bayonetas, se puede dirigir una comunidad, una sociedad o un país, solo mediante la conducción racional y real de los instrumentos económicos es posible producir más y mejor para todos los habitantes de la nación.
No podemos, ni debemos continuar disfrazando la ignorancia de las élites dirigentes de la Venezuela de las últimas décadas, cuya conducta aventurera los ha llevado a la hipoteca y ruina de la nación que asumieron como cuerpo conductor, extraordinaria y perversa limitación escondida en la complicidad colectiva del establecimiento y en el atraso cultural de nuestra comunidad, comportamiento enmascarado en la maltratada ideologización de las diversas organizaciones participantes del asalto al patrimonio nacional.
Tanto liberales, como socialistas y también cristianos han sido partícipes y siguen siéndolo del segundo pecado capital venezolano la corrupción, factor que explica el asombroso proceso de involución que ha vivido la República de los últimos 40 años, fenómeno identificado con unos cuantos años de anterioridad, ya para la década de los setenta el doctor Juan Pablo Pérez Alfonzo lo señalaba.
Y además nuestro investigador y hombre público advertía con mucha convicción sobre sus orígenes petroleros, porque sobraba conque seducir y corromper, aspecto en el cual tampoco funciona la “ideología”, es solo un disfraz para engañar porque los dólares carecen de ideología y de frontera, son un extraordinario instrumento del capitalismo a escala universal, permiten hacer negocios o darse la gran vida en cualquier parte del planeta.
Así que estimados lectores, el abordaje de las soluciones es más sencillo de lo que pareciera, pero demanda comprender la naturaleza del conflicto, porque solo entendiendo el porqué del pleito podemos intentar abordarlo con soluciones posibles y efectivas, de utilidad para todos, tanto para el capital como para el trabajo y los conocimientos.
Avanzando sobre la tercera década del segundo milenio en Iberoamérica, las demandas de crecimiento económico sustentable son cada dia mayores y exigentes, han sido muy claras las manifestaciones que se han producido recientemente, acompañadas por igual de una mayor demanda de democracia política efectiva, en la cual se advierte el rechazo a las pretensiones hegemónicas, continuistas y clientelares.
Vivir mejor en sociedades en las cuales el ciudadano tenga mayor poder de decisión, descansando en economías sustentables y prósperas, son aspectos novedosos de la vida iberoamericana; las soluciones autoritarias que durante años descansaron en las instituciones militares han perdido espacio político en la comunidad e incluso en universo económico empresarial y terrateniente, que durante décadas los utilizó para imponer sus aspiraciones de riqueza.
Las soluciones económico-políticas inspiradas en el castrismo o el pinochetismo no solo son cosas del pasado, sino que han demostrado sus profundas limitaciones, además de estancarse en las exigencias productivas, sus países se convirtieron en una auténtica regresión en las condiciones de vida de sus pueblos, paz en el silencio y la miseria
Por lo que hoy la exigencia es armonizar la propiedad privada con el interés social, la creación individual con la utilidad pública, bajo la conducción de un Estado que acuerde los intereses del capital con los del trabajo y el conocimiento.