OPINIÓN

Otro 23 de enero

por Omar González Omar González

La mañana de aquel 23 de enero de 1958 toda Venezuela se llenó de júbilo ante la noticia que el dictador se había ido en su “Vaca Sagrada” rumbo al exilio; en ese momento Venezuela retomó el camino de la libertad.

Ese día se coronaron con el éxito todos los sacrificios que la resistencia democrática había asumido con gallardía para hacerle frente a un régimen de terror y opresión.

Miles de venezolanos salieron a festejar el fin de un modelo político que reprimía los anhelos de libertad de la sociedad venezolana; en ese momento se le dijo adiós a lo que encarnaba la Seguridad Nacional y todas las tropelías que había cometido.

Aquellos festejos de liberación fueron contundentes; pues dejamos atrás una década de tiranía política, de manos manchadas por la sangre de mártires libertarios.

Ahora, imagínense cómo será el día que el socialismo sea derrotado y desalojado del Palacio de Miraflores; la algarabía de felicidad será mil veces mayor, pues este modelo ha sido 1 millón de veces peor que el encabezado por Marcos Pérez Jiménez.

La dictadura de los años cincuenta fue de carácter político, un régimen apoyado por las armas que cercenó derechos humanos y derechos políticos; sin embargo, hoy todavía algunos le reconocen la estabilidad económica que se vivió y el crecimiento en materia de infraestructura (para mí sobrevalorado en muchos casos); en conclusión, fue un período oscuro, pero no tan devastador de todo como el actual.

El modelo socialista ha sido una opresión no solo política, sino social, económica y hasta cultural. Este sistema ha sido el más cruel de la historia, ha sido un modelo que generó una crisis económica sin igual y una emergencia social de niveles catastróficos.

Es decir, la tiranía chavista-madurista ha sido la peor desgracia que ha tenido la nación. Es por ello, que la liberación de ahora será más celebrada, más eufórica y más contundente si la comparamos con la del 23 de enero del 58.

Cuando derrotemos al socialismo –y esto será pronto bajo el liderazgo de María Corina Machado– no solo celebraremos en las calles de Venezuela, sino que la diáspora festejará alrededor del mundo, la emoción será global y contagiante, pues todos los demócratas de América, Europa, Asia y África celebrarán al lado de los venezolanos.

No obstante, este sueño solo se hará posible en la medida que todos los venezolanos luchemos cívicamente en procura de alcanzar la meta.

Lo lograremos al elegir a María Corina Machado como la conductora de la oposición y, posteriormente, la presidente de la República de Venezuela.

Solo así haremos que ese sueño de libertad sea efectivo, solo así haremos que millones de venezolanos celebremos la libertad como la celebraron aquellos venezolanos protagonistas del 23 de enero de 1958.

Esta es la única forma de hacerlo y sé que juntos lo haremos realidad.

Cuando derrotemos al socialismo, Venezuela volverá a retomar su democracia plena, y los venezolanos podremos trabajar para que el país vuelva a ser lo que siempre fue, ejemplo de progreso, de bienestar y desarrollo para toda América del Sur.

Sin más que agregar, nos leemos la próxima semana.