OPINIÓN

Oscuros acuerdos

por Omar González Omar González

La imagen de un grupo de parlamentarios de la oposición, reuniéndose con los diputados CLAP y con los integrantes del llamado Bloque de la Patria, para negociar un Comité de Postulaciones del CNE con miras a unas supuestas elecciones, desdice mucho del objetivo de la lucha que se libra en Venezuela por conquistar la libertad.

Afortunadamente el partido político Vente Venezuela, así como las demás agrupaciones que hacen vida en la Fracción 16 de Julio, dejaron bien claro que nunca se prestarán a oscuros acuerdos que vulneren las aspiraciones de genuina emancipación de los venezolanos ante la coalición de bandas criminales y terroristas que asaltaron el poder.

Respetan la línea trazada el pasado 23 de enero de 2019, que fue muy clara: cese de la usurpación, transición y elecciones libres, en ese orden establecido. Por ende, es inaudito que se esté hablando de realizar elecciones por debajo de la mesa cuando la usurpación no ha cesado y el gobierno de transición no se ha consolidado en el país.

Cuando hablamos de condiciones para las elecciones no solo nos referimos a sacar a las cinco rectores del CNE y sus respectivos diez suplentes, sino que Maduro y su camarilla estén fuera del Palacio de Miraflores y demás dependencias oficiales; cuando nos referimos a elecciones libres hablamos de unos comicios en los que la ciudadanía se exprese libremente y que su voz sea oída, acatada y respetada.

Además, las elecciones a las cuales vociferan quienes acuerdan debajo de la mesa, al parecer ni siquiera son presidenciales sino para una nueva Asamblea Nacional, cuando todos aquí saben que los pasados comicios presidenciales fueron una farsa, que no tienen validez alguna y por eso la ilegitimidad e ilegalidad de Maduro en la Presidencia de la República.

Quienes se sentaron con los diputados CLAP y con los ex diputados del PSUV deberían aclarar ante la opinión pública los detalles de esas conversaciones y que determinen si las elecciones de las cuales hablan son para una nuevo Parlamento o para elegir un nuevo presidente constitucional de Venezuela con suficientes garantías.

Quienes optan por la Ruta del Coraje jamás le harán comparsa a traidores ni usurpadores, jamás van a ceder en la lucha por la libertad.

Mucho ha sido el sacrificio de los venezolanos, demasiados los jóvenes caídos y los ciudadanos secuestrados por la usurpación para salir ahora con elecciones legislativas, ¡no!

Las opciones que los venezolanos aceptarían son: elecciones presidenciales o elecciones generales, sin Maduro usurpando el poder, nunca unos comicios parlamentarios que no ayudan en nada a la solución de los problemas venezolanos ni menos a terminar con la crisis institucional.

Hablar de elecciones legislativas es caer en la jugada trazada desde La Habana, que implica desmovilizar a la oposición, convocar a parlamentarias chimbas, «ganarlas» con ventajismo, trampa y manipulación, y así sostener el parapeto de régimen que Nicolás Maduro encabeza por algún tiempo más.

La negativa es mayoritaria; los venezolanos nunca van a permitir que se cambie la libertad de todo un país por un puñado de asientos en la Asamblea Nacional. Y, entiéndanlo, jamás olvidarían a aquellos que se presten a semejante atrocidad e inmoralidad.

Como dice María Corina Machado, lo primero es lo primero, debemos salir de Nicolás Maduro, consolidar la transición nacional y después, solo después, emprender el camino hacia unas elecciones justas y transparentes para que el país retorne a la democracia.

Pensar en ir a un evento comicial con Maduro en el poder es un suicidio político, sería un acto de masoquismo. Es olvidarse del dolor ciudadano, de lo que sufren los venezolanos en este momento en los cuatro puntos cardinales.

Estas son las definiciones que Venezuela necesita, estas son las explicaciones que nuestros aliados en el exterior esperan de nosotros. Aunque es verdad que solos no podemos, no es menos cierto que el primer empuje por la libertad debe salir de nosotros mismos, por ende es tan necesario minimizar a los traidores y sobreponerse a las posiciones tibias.

Sin cese de la usurpación no hay elección posible; y mientras existe el usurpador, el camino para nosotros es el coraje.