OPINIÓN

Olimpiadas de golpe

por Antonio Guevara Antonio Guevara
El general Abdourahmane Tchiani, que lideró el golpe de Estado, se ha declarado a sí mismo nuevo jefe de Estado de Níger. AFP

El general Abdourahmane Tchiani lideró el golpe de Estado en Níger / Foto AFP

Está caliente aún la pólvora del reciente golpe de estado en Níger. El pasado 26 de julio de 2023 soldados de la guardia presidencial retuvieron en el palacio de gobierno de la capital Niamey al presidente Mohamed Bazoum. Otras unidades rodearon las sedes de los ministerios. En respuesta, el Ejército y la Guardia Nacional declararon estar listos para rescatar al presidente después de desplegar unidades militares en los lugares estratégicos más importantes del país. Al final, el presidente Bazoum fue depuesto y en su lugar se estableció una Junta Militar presidida por el general de brigada Abdourahamane Tchiani (también conocido como Omar Tchiani) con una figura denominada Consejo Nacional para la salvaguardia de la Patria. El jefe del golpe, Omar Tchiani, fue jefe de la guardia de honor presidencial, uno de los hombres de más confianza del depuesto mandatario y miembro del entorno del palacio de gobierno. Lo que hizo más expedito y preciso el golpe.

Como si hiciéramos una analogía desde Níger hasta Venezuela. Un buen día el general Iván Hernández Dala, jefe de la Guardia de Honor presidencial –hombre de confianza del régimen-, retiene a Nicolás Maduro en Miraflores. Previamente algunas de sus unidades cercan el Ministerio de Relaciones Interiores, el Sebin y la DGCIM y la sede del PSUV. En tanto desde Fuerte Tiuna y El Paraíso, otras unidades del Ejército y de la Guardia Nacional se despliegan en todo el país, cierran las fronteras y anulan todas las señales de los más importantes medios de comunicación social, y toman importantes objetivos estratégicos para neutralizar a las milicias nacionales y a los colectivos paramilitares; y con el aguaje de defender a Nicolás y a la revolución bolivariana esperan el momento oportuno para dar un brinco de talanquera de récord con cronómetro en mano, que le da el golpe de gracia al régimen rojo rojito. Al final todos los esfuerzos militares se unen concertadamente y deponen al usurpador e instalan un Consejo Nacional para Salvaguardia de la Patria similar al de Níger con una Junta Militar presidida por algún general que esté en uno de los dos quinto piso en Conejo Blanco o el mismo Hernández. Las rejas de Miraflores han amarrado más de un caballo de un general venezolano con ambiciones de poder.

Níger es un país africano, una antigua colonia de Francia que logró su independencia en 1960. Cuando eso ocurría ya el general Jesús María Castro León se había rebelado, en uno de los numerosos golpes de Estado que han sucedido desde su independencia en 1811, como ministro de la Defensa a la Junta de Gobierno presidida por el contralmirante Wolfgang Larrazábal y había invadido a Venezuela por el estado Táchira en el gobierno del señor Rómulo Betancourt.

Los vecinos de Níger son Mali, Chad, Nigeria, Burkina Faso y Argelia. Con esos países Venezuela compite desde el año 1998 en los primeros lugares, en índices como inseguridad alimentaria y de salud. Además, arrasa en el primer lugar en migraciones con más de 7 millones de su población haciendo diáspora alrededor del mundo. La superficie de Níger es de 1.267.000 kilómetros cuadrados y tiene una población de 27.202.843 habitantes. Más que la que pudiera tener Venezuela si le restamos a quienes se fueron a hacer diáspora. Los nigerinos se independizaron de Francia en 1960 y en 63 años de vida republicana han tenido 5 golpes de Estado. Venezuela desde el 5 de julio de 1811 a la fecha ha tenido al menos 35 episodios entre golpes de Estado, insurrecciones, invasiones y pronunciamientos militares. Hay una asociación de cada Constitución Nacional venezolana puesta en vigencia en la punta de un Mauser con un cartucho alojado en la recámara de disparo y el dedo índice metido en el disparador. Desde la separación de la Gran Colombia en 1830, la revolución de las reformas, el golpe al Congreso de la república en 1848, la guerra federal hasta 1863 y la invasión de los 60 en 1899, más la Revolución Libertadora en 1902 y la invasión del Falke en 1929, el golpe de 1945 y luego el de 1948; hay toda una biblioteca de Alejandría en materia de golpes de Estado y conspiraciones. Y en los 40 años de la democracia surgida a partir del 23 de enero de 1958 iniciamos el score con la rebelión del general Jesús María Castro León en 1958 y luego la invasión en 1960, después anotamos carrera con el Barcelonazo (26 de junio de 1961), el Carupanazo (4 de mayo de 1962) y el Porteñazo (2 de junio de 1962). Abultamos más las anotaciones con los 10 años de la guerrilla castrocomunista y cerramos el inning del siglo con los golpes de Estado del 4F y el 27N. De manera que proporcionalmente arrasamos contra Níger en esa olimpiada del golpe de Estado de una manera igual.

Los 63 años de vida republicana e independiente de Níger contra los 222 de Venezuela nos dan una abrumadora experiencia en ese ranking de golpear a la democracia y a sus instituciones, y llevar a una esquina al texto fundamental hasta que el tercer hombre en el ring para el combate y se impone en el gobierno a un hombre de botas y de espada, frente a otro de pluma. O a un hombre de pluma respaldado por otro de botas y de cachucha. Con ese palmarés venezolano de numerosos knockouts a cualquier Constitución Nacional vigente que se ponga en frente, expresados en igual número de cartas magnas, ¿qué puede pasar con un golpe más o un golpe menos en Venezuela? De todas maneras tenemos peores situaciones políticas, económicas, sociales y militares que Níger.

La humareda de la pólvora y su inconfundible olor aún permanece en el ambiente, la tropa todavía está desplegada en la capital Niamey con la bayoneta calada listos para apretar el disparador y escalar la situación a favor del nuevo régimen. En el palacio de gobierno el nuevo hombre fuerte, el general Tchiani, termina de consolidar sus posiciones mientras las inútiles condenas de los organismos multilaterales encabezados por la ONU y los regionales en África hacen los llamados para exigir la libertad del depuesto presidente Bazoum. Así es la historia de todo golpe de Estado. Y así hubiese sido en Venezuela si el equivalente al Tchani de Níger en Venezuela en la última experiencia de coup d’etat, el general Vásquez Velasco se hubiera leído algo de la historia militar de Venezuela o algún capítulo de Curzio Malaparte o de Maquiavelo; pero…

De manera que estamos obligados a defender la medalla de oro y el histórico average que mantiene la institución armada venezolana en un lugar de honor en esa competencia de golpes desde los tiempos de la independencia, mientras el liderazgo político, los indicadores económicos y la grave división social que tiene a la patria al borde de la desaparición como nación, nos mantenga en las estadísticas negativas por encima de muchos países del continente africano. Como con Níger.

Tiene la palabra el jefe de la guardia de honor venezolana y los dos inquilinos de los quintos pisos en Fuerte Tiuna.