Un año ha trascurrido desde que en la ciudad china de Wuhan apareciera el foco inicial del covid-19, un año en el que el mundo entero padeció la severidad de una enfermedad que hasta el momento ha sido imposible de controlar, un año en que todo cambió. Las empresas pueden también dar fe de ello: tuvieron que transformar sus procesos en el intento de hacerse más fuertes, más resilientes y más ágiles. Algunas lo lograron, otras no.
Las compañías a lo largo de estos 12 meses han centrado sus esfuerzos en evitar pérdidas financieras, mantenerse en funcionamiento, potenciar el comercio digital, conservar a los proveedores, centrarse en los nuevos consumidores y los nuevos patrones de consumo, garantizar la seguridad de los empleados y gestionar el teletrabajo. Y es en este último punto en el que me quiero concentrar.
En este panorama cambiante y volátil -para complicar más las cosas una nueva cepa del coronavirus SARS-CoV-2 se ha extendido rápidamente en el Reino Unido- no son pocos los que se preguntan si las oficinas son una especie en extinción o una reliquia del pasado.
Soy de los que cree que no se extinguirán. De hecho, el Chartered Institute of Personnel and Development, una asociación de recursos humanos con base en Londres, prevé que la mayoría de las empresas mantendrán sus oficinas físicas, tal como le indicó a BBC News Mundo en octubre.
Ahora, lo que sí ha cambiado definitivamente es el modelo tradicional de trabajar. El teletrabajo ha venido para quedarse o al menos es lo que desea un groso de los empleados. De acuerdo con un estudio de Cisco Systems, publicado en octubre por Reuters, casi nueve de cada diez trabajadores quieren poder elegir entre laborar desde casa o en la oficina una vez que las restricciones por el covid-19 se levanten.
Según la investigación, 87% de los empleados afirmaron que querían poder escoger dónde, cómo y cuándo trabajan, combinando días de oficina y turnos en teletrabajo. Es decir, desean redefinir la manera en la que laboran, donde los horarios rígidos no tendrían cabida.
Sin embargo, aún no está claro si los beneficios de trabajar desde casa pueden durar por tiempo prolongado o indefinidamente. Así que el debate está vivo: algunas empresas parecen estar relajadas ante un cambio doméstico y desean crear una “fuerza laboral más distribuida”, como es el caso de Pinterest; otras parecen estar en contra. Para muestra Bloomberg, que está ofreciendo hasta 75 dólares por día para que sus trabajadores regresen a su edificio en Londres.
Y si bien algunas compañías están tratando de crear oficinas más seguras, mientras exista el distanciamiento social no podrán funcionar a toda máquina. También están estudiando el impacto del trabajo desde el hogar sobre la productividad, la rentabilidad, los costos, la cultura corporativa y el rendimiento de los empleados, para determinar cómo podrían modificar sus prácticas en el futuro.
De manera que la pandemia está obligando a pensar de manera diferente a las empresas sobre la posibilidad de permitir a sus empleados trabajar de forma flexible. Y ese cambio pone, como nunca antes, a los trabajadores en el centro de decisiones estratégicas.
Esto implica para las compañías un desafío sin precedentes que, entre otras cosas, conllevará a que se imponga un modelo de evaluación de los empleados por objetivos, donde priven los criterios de eficiencia y productividad. Asimismo, apostar por un trabajo ágil y por proyectos.
Efectivamente estamos viviendo un momento de cambio en el mundo laboral, impulsado por la pandemia. El hábito de ir a trabajar todos los días a una oficina se ha visto alterado y, a cambio, se ha creado un nuevo un hábito, al extremo de que ya se habla de la oficina del futuro: desde la totalmente a distancia hasta aquella donde se alternan lo presencial con lo remoto.
En todo caso, queda de parte de las empresas definir cuál modalidad se adapta mejor a sus exigencias y cómo implementarla con éxito. El desafío, entonces, es encontrar formas de aumentar el rendimiento e incentivar la innovación y creatividad de los empleados, incluso cuando el trabajo desde casa se vuelve cada vez más común.
@DavidParedes861