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Obreros de Hiram Abiff: Teoría del Conocimiento (V)

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Licurgo (siglo VI y IX a. C.), hijo de Eunomo, rey de Esparta y hermano de Polidecto, quien reinó después de su padre. La viuda de Polidecto ofreció a Licurgo se casara con ella y así gobernarían juntos, pero rehusó y solo se dedicó a su sobrino, como tutor de Carilao, hasta que cumplió la edad de subir al trono (por los años de 870 a. C.). Licurgo, filósofo, legislador, griego, se le considera el fundador de Esparta con todas sus leyes. Se le conoce más como un legislador, y transformó a Esparta en una institución militar poderosa de la antigua Grecia. Tal parece que no existen datos de su existencia y escritos de él, según los historiadores. Es más un mito y un Dios, y creen que la vida rígida, y sobre todo militar de los espartanos se debe a cambios y diseños evolutivos en el tiempo, y no obra de un individuo.

Algunos historiadores sí creen en la existencia del filósofo Licurgo, e incluso, consideran que su nombre significa: hábil e inteligente. Se considera que el Oráculo de Delfos lo guió para hacer de Esparta una sociedad basada en la austeridad, igualdad y militar (Retro). Esparta sobresalió más en el campo militar, pero también es importante destacar, que la disciplina militar, es orden y lealtad, e hizo de Esparta uno de los ejércitos más eficaces de Grecia en su época. Licurgo, un gran filósofo, pero fue más conocido como legislador. Pero como todo en este plano, toda obra o acción tiene sus detractores, y el que hace algo será siempre criticado. Por muy buena que sea una obra o acción, también hay personas que se perjudican. Pero como lo dice nuestro Q.H. José Martí, cubano: “Dicen que triste cosa es no tener amigos, pero más triste es no tener enemigos. Porque quien enemigos no tenga, es señal de que no tiene, ni talento que haga sombra, no bienes que se le codicien, ni carácter que impresione, ni valor temido, ni honra de la que se murmure, ni ninguna cosa que se le envidie”, ni quien lo critique, porque no ha hecho nada.

Plutarco escribió sobre Licurgo que cuando nació su sobrino, considerando que podía ser emperador de Esparta, prefirió aislarse para no tener desavenencias, decidió exiliarse. Viajó primero a Creta, donde estudió sus leyes y la estructura de su gobierno, e hizo  amistad con el filósofo Tales de Mileto. Pasó luego por Asia, donde también observó las leyes, costumbres y su disciplina. En Jonia también hizo sus estudios e investigaciones sobre la forma de vida y costumbres, que le sirvieran para realizar las leyes de su país de origen. Aprovechó también para escudriñar las obras de Homero, llenas de moral y lecciones de Estado. Cuando pasó por las tierras de Egipto, observó bien su sistema de gobierno, separación del Ejército del Estado y esta modalidad la llevó a Esparta. Regresó luego a Esparta donde comenzó su tarea de “Legislar”, y hacer de Esparta un glorioso país militar y buenas leyes para el pueblo. La sociedad espartana, liderada por Licurgo, moldeó una nación basada en tres principios: austeridad, igualdad y poder militar. Es bueno recalcar que, bajo estas nuevas leyes, Esparta se convirtió en enemiga de Atenas. Algunos cambios relevantes del legislador Licurgo son los siguientes: obligación de la sobriedad en la vida, buena educación, menosprecio a la riqueza y amor a la patria. Estructura social moldeada en lo militar. Igualdad de condiciones, distribución de las tierras, con aprobación de los terratenientes, recogió todo el oro y la plata y los convirtió en monedas. No se podía viajar fuera del país, las mujeres eran preparadas en las acciones militares al igual que los hombres, el concepto de una mujer de buen físico, salen hijos fuertes. Al nacer, los niños se presentan y los debiluchos, malformados, eran arrojados por un desfiladero. Son cargas para el Estado y la familia. Este era el concepto. Todas estas medidas hicieron que Esparta se quedara sin orfebres, trata de blancas, no había filósofos, el lujo desapareció, etc. Todos los espartanos debían alimentarse en comunidad.

El objetivo de Licurgo era hacer un Estado libre de arrogancia, lujo, envidias, corrupción. Un espartano no debía realizar ningún trabajo de agricultura, ganadería, artesanía, no era digno, esto estaba destinado a ciudadanos de bajo nivel llamados ilotas (esclavos sin derechos). A los niños se les sacaba de su casa a los 7 años para empezar a formarlos hasta los 13 años. Las cualidades para ser un buen espartano eran: la astucia y la audacia.  Estaba dedicada al Estado toda su vida. Antes de Licurgo, todo estaba gobernado por la nobleza, que quería siempre más poder, llena de intrigas, envidias y discordias. Licurgo hizo de Esparta un experimento social, comunitario y militarista, todos los bienes privados eran de interés público. Se instituyó la “Eumonia” (igualdad de todos ante la ley), para garantizar la subsistencia y eliminar los descontentos derivados de los privilegios. Jenofonte (Grecia, 431 a.C. – 354 a.C., historiador, militar y filósofo) dijo:Él no imitó a las otras ciudades, sino que concibió cosas incluso opuestas respecto a la mayoría de ellas: así hizo a su ciudad particularmente afortunada”. Su pensamiento era militar y comunal.

Las reformas constitucionales de Esparta por Licurgo, se dice, fueron dictadas por el Oráculo de Delfos, de origen divino, es llamado la “Retra” (significa Gran Dicho o Proclamación). El sistema legislativo de Licurgo era un gobierno totalitario, pues regulaba todos los aspectos de la vida de las personas. El Estado determina si un bebé al nacer vive o no. La educación de los niños la decide el Estado, no los padres. La educación se basaba en cultivar el cuerpo, disciplina en las artes de la guerra, soportar castigos fuertes y un lenguaje parco y austero. Se endurecía el cuerpo y la mente. Todo espartano pertenecía al Estado y cada quien hacía algo para el Estado. Epicuro afirmaba que: “Todo niño debe ser formado desde un principio para ser parte de la élite espartana; así que: nada de pañales, nada de lloriqueos, ni siquiera zapatos; todo espartano debía tener buen comportamiento y debe demostrar carácter y valía desde su nacimiento”. Pero Licurgo decía: “A un espartano no se le castiga por el delito de robar, puesto que, si no es capaz de robarle dos panes a un campesino, cómo podría entrar en un campamento enemigo”. Se le atribuye el pensamiento de que «lo importante de las leyes no es que sean buenas o malas, sino que sean coherentes. Solo así servirán a su propósito».

Para concluir: Esparta es la primera experiencia comunista de la historia: todos los ciudadanos eran iguales en derechos y deberes, desde el nacimiento hasta la vejez. Sus vidas están regidas por el Estado, con libertad limitada. El trabajo diario lo realizaban los iliotas, siervos propiedad del Estado. El sistema funcionó perfecto y convirtió a Esparta en Estado de ejército permanente. Ósculo de paz.

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