Masonería es una palabra que en el mundo profano está cargada de incógnitas, misterios e incluso está bañada de cosas ocultas y tenebrosas para algunos. Muchos profanos tratan de definirla, los adeptos a la misma dan explicaciones desde el punto de vista de su comprensión, pero muy limitado para transmitir lo que encierra esta palabra: masonería.
Es difícil de explicarla por qué no está enmarcada en un círculo cerrado. Es muy vasta la enseñanza que encierra dentro de sí. Sus estudios son infinitos. No tiene libros, guías específicos, solo sus símbolos y ritos, de donde emana su conocimiento y sabiduría, develados solo por personas muy cualificadas. Ejemplo: un símbolo masónico expresa doble mensaje: moral e iniciático. Si la razón te domina, te quedas en lo moral, pero si tu espíritu es inquieto por la verdad, comprenderás la parte iniciática, que está más allá de lo físico. Las grandes organizaciones iniciáticas siempre han enseñado Los Augustos Misterios, pero para tal fin son preparados primero los candidatos, sobre todo para observar su cualificación para poder recibir la luz de la verdad emanada de los símbolos y los rituales.
La finalidad de las Escuelas de Misterios es liberar al ser de la esclavitud de los sentidos, abrir conciencia, para poder recibir la luz de las grandes verdades. Las instituciones iniciáticas son una fuerza poderosa, que por medio de sus adeptos pueden transformar el medio en que vivimos, por medio del conocimiento y la sabiduría. Cuando se corre el velo que cubre tu ser, abres conciencia, empiezas a comprender el sendero iniciático y la misión en este plano. La voluntad y la constancia, son soportes indispensables para abrir conciencia. Los iniciados en nuestros Augustos Misterios son nuestro hermanos y protectores de la humanidad: educándola y llenándolas de luz.
La ambición humana produce tiranos y la aspiración divina produce adeptos. La misión del iniciado consiste en establecer la relación de lo manifiesto con lo no manifestado. La Filosofía es la ciencia de la indiferencia absoluta entre lo ideal y lo real (Von Schelling), trata temas abstractos como la cosmogonía, la teología, pero de todas formas decía Platón: que es el mayor bien que la divinidad le ha concedido al ser humano. Es importante destacar que lo que determina al ser humano es la calidad de su pensamiento. La masonería te enseña a pensar bien. El que eleva su intelecto a las realidades divinas es como un semidiós. En la Cábala, el Árbol de la Vida, tiene tres columnas: La de Rigor, La de la Misericordia y la del centro que es el equilibrio.
La logia se sostiene en tres columnas: la Sabiduría (dirige las acciones), la Fuerza (impulsa y sustenta en momentos de pruebas los trabajos) y la Belleza (le da perfección y adorna nuestras vidas). Representan estas columnas al: Rey Salomón, Hiram Abiff y al Rey de Tiro, quienes intervinieron para que la construcción del Templo de Salomón se realizara. También representan a: Minerva, Hércules y Venus. La construcción de mi templo interno, es un esfuerzo espiritual o iniciático y a la vez está la parte moral, que es la construcción social, los masones, con el conocimiento y sabiduría, son también base de cualquier sociedad. Son dos arquitecturas: Social y Espiritual. Y esto nos exige tener sabiduría, fuerza y belleza, sin las cuales no hay construcción.
Hay tres requisitos para una buena labor: conocimiento de sí mismo, dominio de sí mismo y ennoblecimiento de sí mismo. La sabiduría, fuerza y belleza son virtudes con las cuales el masón combate: la hipocresía, la ignorancia y las bajas pasiones. Estas tres virtudes también significan: la fuerza; aplicación de lo físico o moral, es el poder que debe ejercer sobre uno mismo. La sabiduría: conducta prudente en la vida. Es saber ejercer la fuerza de forma correcta, respetando los valores morales propios y de los demás, es decir, ser prudente. La belleza: es una propiedad que tienen las cosas o personas que inspiran a “amarlas” y dan deleite espiritual.
Esto quiere decir que debemos actuar con amor para realizar nuestros actos y sean atractivos y fructíferos para con nuestros congéneres.
Todo en bien de la humanidad. Con la sabiduría, la fuerza y la belleza se construye el templo a la virtud. El templo es nuestro propio cuerpo, donde se trabaja en la búsqueda de la verdad, de la luz y expandir conciencia.