OPINIÓN

Obreros de Hiram Abiff: La religión natural y el deísmo (IX)

por Mario Múnera Muñoz P.G.M. Mario Múnera Muñoz P.G.M.

 

El sijismo: Continúo con el propósito de dar a conocer a los lectores de esta columna sobre las diferentes religiones que no es habitual ver información ni noticias. De una cosa sí estamos seguros, todos los movimientos religiosos, el budismo, el cristianismo, el islamismo, el hinduismo, el judaísmo, etc., tienen el mismo objetivo en medio de sus culturas, llegar a tener contacto con la Gran Energía Universal que sostiene el Universo o Creación, al cual le damos diferentes nombres, pero esto no importa, lo importante es el objetivo. El sendero espiritual tiene, en este plano, y de acuerdo a nuestro estado de conciencia, cientos de caminos y senderos, unos más complicados que otros, porque no hay un ser más complicado en la Creación como el ser humano. Todos estamos inmersos y perdidos en la Razón, pero esto no es lo malo, lo malo está en que no trascendemos la Razón para comprender las tres interrogantes que nos hacemos: de dónde venimos, qué hacemos aquí y a hacia dónde vamos. Esta es la razón por la que existen tantas religiones y grupos espirituales. El día en que el ser humano “comprenda” que la religión más grande y profunda es la que se basa en el “amor”, este plano sería un paraíso de paz. Divagamos, escribimos libros, conferencias, inventamos formulas espirituales, formas de vestir, formas de comer, ayunos, inventamos el pecado, etc. de cómo llegar al “Todo”, pero pocos comprenden que “El Todo” está dentro de nuestro interior, esa chispa del Creador esta en cada uno de nosotros, y lo velamos, no lo dejamos que se manifieste por nuestra ignorancia: el objetivo de venir a este plano es abrir conciencia para correr el velo que cubre a la Verdad. La práctica de la Meditación es un medio para vibrar a los niveles de las energías Superiores. Al abrir consciencia todo lo que nos rodea lo vemos tal como es, no como una ilusión, y aquí opera lo más hermoso del sendero iniciático: el no apego y desprendimiento. Lo rodeara una halo de Luz imperceptible que las personas con altos niveles de conciencia lo perciben: se refleja en la Humildad y la Bondad. En esta oportunidad vamos a dar una mirada a una religión, considerada la quinta en el mundo por el número de devotos: quinientos millones en el mundo. Es el sijismo un sistema filosófico religioso hindú, monoteísta fundada por el “Gurú NanaK” y los diez Gurús Sijs, y surgió como una síntesis del hinduismo y el sufismo islámico en el siglo XVI, niega los sistemas de castas y el sacerdocio. En su proceso fueron guerreros, pero su base es ser pacifistas. Surgió en la región de Punyab. Su libro sagrado es considerado como un Gurú, el undécimo, llamado: “Gurú Granth Sahib Ji”. Tiene dos principios fundamentales: centrarse en Dios a través de la meditación y ganarse la vida honestamente. Sus Templos se les conocen con el nombre de “Gurdwaras”. En la ciudad de Amritsar, el estado Indio de Punjab se encuentra el principal Templo llamado “El Templo Dorado”. Practican las virtudes de la Caridad, la amabilidad y las virtudes contra la gula, ira y la lujuria. Practican la igualdad, por lo tanto va en contra de las castas. Algo muy curioso de los devotos del Sijismo: los hombre llevan el apellido “Singh” (león) y la rama femenina el apellido “Kuar” (princesa). Son de pensamientos positivos y optimistas. No poseen sacerdotes, solo guardianes del libro Sagrado. Son muy hospitalarios cuando se visitan sus Templos, donde se ofrece comidas gratuitas sin importar la creencia religiosa del visitante. El “Khana” es el emblema del Sijs. Sus creencias no se basan en un Cielo o Infierno, solo se predica la unión espiritual con Dios, que es la salvación. Hay cinco males contra los que lucha el “sijismo”: egocentrismo, lujuria, rabia, ira y avaricia. El efecto de estos cinco males es la separación de Dios y la salvación se consigue con meditación, la devoción a Dios, el amor y la compasión por la humanidad. Un “Siji” se reconoce por la práctica de: Dios estará siempre en su mente y corazón. Vive honestamente. No es adultero. No fuma y consume licores. No disfruta de la hipocresía, calumnias y la falsedad. Los sijs siguen los preceptos rigurosamente de su libro sagrado. Un “siji” se le reconoce, en su apariencia, por estas características: “KesH”: No se pueden cortar el cabello ni la barba. “Kangha”: Es un peine de madera. Se peina y se lavan el cabello todos los días, y cuando enrollan el cabello sobre la cabeza colocan alli el peine, y a la vez lleva un turbante que representa la disciplina. “Kara”: es un brazalete de hierro que lleva en la muñeca derecha y significa, dios es eterno e infinito, el circulo es unidad y eternidad, y también la unidad entre los Sijs y Dios. “Kachera”: pantalón corto utilizado como ropa interior y significa, símbolo de pureza, castidad moral y fidelidad (no sexo fuera del matrimonio y antes del matrimonio). “Kirpan”: puñal corto curvado, significa vigilia y defiende la verdad, es un símbolo de valentía y fe en Dios y vegetariano. El libro sagrado “Gurú Granth Sahib” es la autoridad suprema espiritual y tratado con máximo respeto y reverencia cuando se está frente a él, debe descalzarse y cubrirse la cabeza. Un visitante cuando llega frente al libro sagrado debe descalzarse y saluda al libro colocando su frente en el piso como muestra de respeto y hace una ofrenda de comida. Cuando nace un bebe, se abre el libro sagrado en una página al azar y con la primera letra de la primera palabra comienza su nombre. No hay ídolos, imágenes religiosas, no hay velas, incienso, campanas, y Dios para ellos no tiene ninguna forma. En el libro sagrado hay cuatro puertas que simbolizan: la paz, la vida, el aprendizaje y la gracia. Son bienvenidas todas las personas de las diferentes castas de la India. Khanda, símbolo siji, compuesto de: una espada de doble filo, que simboliza conocimiento divino, fe y justicia; chacra circular, que simboliza la eternidad; y la espada de un solo filo que simboliza el poder de Dios. Son muy interesantes los principios de esta religión.