OPINIÓN

Obreros de Hiram Abiff: La palabra y la transmisión iniciática

por Mario Múnera Muñoz P.G.M. Mario Múnera Muñoz P.G.M.

«En el principio era el verbo, y el verbo era con Dios, y el verbo era Dios» (Jn. 1: 1) Verbum (o Logos, Palabra, acción), o “En el principio la palabra existía, la palabra estaba con Dios y la palabra era un dios” (Juan 1:1) otra traducción. Una interpretación de este versículo, iniciático en su profundidad, el maestro Jesús, antes de su venida, el verbo o logos era su título, que significa también la transmisión del mensaje del Padre a la humanidad. La palabra o verbo era Dios, esto quiere decir, la naturaleza iluminada del maestro Jesús. No hay duda de que el verbo es poderoso, pues Dios creó todas las cosas por medio de él (Juan 1:3). Lo que sí es cierto es que en el principio existía la palabra y estaba con Dios. En este plano físico la palabra, el lenguaje, es la diferencia más esencial del ser humano sobre el reino animal. La función de la palabra es física, pero es más espiritual, pues nuestro ser se manifiesta por medio de ella en su comunicación e incluso en sus ritos dirigidos al Creador. Gracias a la palabra, el ser humano puede reordenar el mundo. Es su medio de comunicación más importante, con el lenguaje le permite conquistar el mundo. Gracias a la palabra el ser humano se identifica e identifica. No hay acontecimiento posible sin tomar el «poder de la palabra». En el sendero espiritual, la palabra es creadora, de su fluir es la materia del mundo, posee un intenso poder mágico en la iniciación. Es indispensable, para que exista una transmisión iniciática, estar vinculado a una organización tradicional regular y así se pueda efectuar la transmisión de una influencia espiritual. Esta continuidad de la transmisión iniciática, que viene de siglos atrás en forma ininterrumpida, es como una cadena de unión, que fuera de ella no se puede recibir. Y solo se recibe mediante un rito y maestros debidamente autorizados para estas actividades esotéricas. Un iniciador debe tener «cualificación» para ser un portador de esta transmisión y toma como soporte el rito para realizarlo. Y el rito debe poseer la tradición regular para que sea efectivo. El iniciador, como no es religioso, no necesita tener orden sacerdotal, solo haberlo recibido de maestros que recibieron esta transmisión de una organización iniciática tradicional. Al haber vinculación a una organización iniciática, el iniciador lo sella con el juramento de fidelidad. Hay ritos de orden inferior, que utilizan la «magia», donde solo intervienen influencias de «orden psíquico». Lo psíquico es todo lo que pertenece al dominio de los elementos sutiles de la individualidad humana. En el rito, para que opere una influencia espiritual de orden superior, metafísico, supra humano, es necesario que el iniciador lo haya recibido en una transmisión regular. La religión cristiana, en su ordenamiento sacerdotal, es algo parecido a lo iniciático, sigue una línea de tradición del apóstol Pedro, de la transmisión de una influencia espiritual. Su rito principal es la continuidad del mandato hecho por su iniciador: El maestro Jesús. En la Última Cena, «al partir el pan expresó: Este es mi cuerpo, y al tomar el vino: Esta es mi sangre», y lo compartió con sus apóstoles…»Haced esto en memoria mía».El rito del cristianismo es la emulación de una Cena Mística; dos símbolos incluyen este rito: el vino y el pan. En el rito del cristianismo, la misa, en el momento de la elevación de la hostia (pan) y el vino se realiza la parte más iniciática: *la transustanciación*… la unión de la sangre y el cuerpo, allí se funde la dualidad para convertirse en la vertical trascendente. No conozco un rito que realice este acto tan trascendental e iniciático. Las congregaciones religiosas son exotéricas, porque les comunica a sus feligreses parte de su conocimiento en general. Las organizaciones iniciáticas son esotéricas, porque solo se le comunica el conocimiento a un selecto número de miembros cualificados. «La iniciación tiene un origen no humano, por lo tanto los ritos no pueden relacionarse con autores humanos, para que tenga su efectividad, es más, no se le conoce autores, como tampoco se le conoce inventores a los símbolos, porque no es humanos en su origen y esencia, está más allá de lo físico». (R.Guenon), y es por eso que los ritos y símbolos tienen en su esencia uniones muy fuertes.»Transmisión es tradición» (en hebreo, la palabra gabhalah tiene el mismo sentido de transmisión en su parte esotérica e iniciática) y es de carácter trascendente. Ósculo de paz.