La Navidad, mes de paz, de reflexión cristiana, de encuentros familiares y compartir. Es un tiempo muy espiritual, es lamentable que se haya convertido en un tiempo comercial o material. Es el tiempo en que se celebra la venida de un Gran Avatar: el maestro Jesús, que nos dejó un mensaje muy profundo: El amor y el desprendimiento, ninguno de los dos son condicionados a los deseos. El maestro Buda nos dice: si deseas ser feliz, suprime los deseos y el maestro Jesús nos dice: ama a tu prójimo como a ti mismo, y si deseas seguirme: despréndete de todo. Pero, es importante, que le demos una mirada al origen real de esta fecha.
En la cultura persa e india se practicaba una religión pagana monoteísta, que le rendía culto a Mitra, “un dios solar”. Los romanos la adoptaron como una religión mistérica, así como en la actualidad es la institución masónica, para entrar en ella se hacía por medio de una iniciación, pasando por varias pruebas, estrictamente masculina, se juraba jamás revelar sus secretos. Se basaba en la honestidad, pureza y coraje.
Los romanos adoptaron esta práctica religiosa de rendirle culto al dios solar. Las fiestas la celebraban en honor a Saturno, dios del sol y del fuego, llamadas la Saturnalias. En Egipto lo llamaban Vulcano, los griegos Cronos, los babilonios Tamuz y para los druidas Maloc o Baal. Saturno es considerado padre de los dioses, y era devorador de niños, ¿Por qué?: el fuego purificaba los pecados y defectos que se transmitían de generación en generación, los niños se quemaban para evitar la transmisión genética.
En las fiestas saturnalias se intercambiaban regalos, es una tradición Mitraica. En el cristianismo, los Reyes Magos le presentaron regalos al Niño Jesús, que realmente así debe ser, regalos a los niños como una ofrenda a Cristo. En los tiempos antiguos de Roma, el 25 de diciembre se celebraba el nacimiento de Mitra, era también el dios de la justicia iraní. Esta fecha se escogió para el nacimiento de Jesús, para desplazar las festividades saturnalias o paganas que se celebraban del 17 al 23 de diciembre y el 25 se celebraba el nacimiento del nuevo Sol. Su ritual era un banquete, parecido a la religión cristiana.
Otra similitud: fe en la vida después de la muerte, en la resurrección y el juicio final. Posteriormente, el papa Julio I, en el año 350 propuso que se estableciera formalmente la fecha del 25 de diciembre y fue el papa Liberio quien la decreto y así se oficializaba la religión cristiana. Pero fue el papa Teodosio I en el año 391 el que decretó la ilegalidad del Mitraismo y otras prácticas paganas, sin persecuciones.
Las fiestas navideñas actuales están sometidas a la sociedad de consumo. Pero, no obstante el nacimiento del Avatar o el maestro Jesús no se empaña por esta historia. Un factor importante del cristianismo sobre el Mitraismo, es que el cristianismo permite a la mujer practicar el culto, cosa que la religión de Mitra lo prohibía. Mitra estaba asociado al sol, la luz, la verdad y la honestidad. Constantino en el año 313 d.C. convirtió el cristianismo en la religión del imperio y luego lo decretó el papa Teodosio en el siglo VI.
La Navidad y el fin de año se han convertido en una de las festividades más importantes del mundo. Aunque el maestro Jesús nació entre abril o mayo, por razones antes expuestas, se colocó el 25 de diciembre. El Concilio de Nicea, en el año 325, se declaró oficialmente la divinidad del maestro Jesús, ya que el Padre y el Hijo son lo mismo, fijando su nacimiento durante el Solsticio de Invierno, el cual coincidía con las fiestas paganas de adoración del sol y la luz.
Es importante resaltar que antes los cristianos celebraban la Pascua y Resurrección, pues desconocían la fecha del natalicio de Jesús, no era importante. Lo más importante de la actual Navidad es que es una época de reflexión del nacimiento de un Gran Avatar, de regalos, unión familiar, amor y sobre todo es una festividad hermosa para los niños.
El culto al árbol se llama dendrologia, y de aquí parte el culto al Árbol de la Navidad, que su historia se pierde en la noche de los tiempos y es más antiguo que el pesebre. El árbol de la Navidad se vino a establecer a partir del siglo XVIII y se consolida en Estrasburgo. Para unos es la Luz del Solsticio y para otros es La Luz Divina. La Navidad, simbólicamente, es la luz venciendo sobre la oscuridad.
El masón es libre de celebrar la Navidad. La masonería no celebra la Navidad, celebra el Solsticio de Invierno.