OPINIÓN

Obreros de Hiram Abiff: ¿la masonería forma líderes sociales?

por Mario Múnera Muñoz P.G.M. Mario Múnera Muñoz P.G.M.

La masonería, en el transcurso de su extensa historia, es una las instituciones menos comprendida, y más perseguida.

Tal parece que los regímenes políticos autoritarios no la soportan y en el campo religioso  ocurre algo igual. ¿Cuál es la falta grave de esta noble y extraordinaria institución?

Enseñar al  ser humano a pensar bien y a ser libres. Lo primero en lo filosófico y lo segundo en el sendero iniciático (no religioso). Esta es la conspiración más grande que hay. Y en lo religioso, no soportan que el ser humano use la razón y el conocimiento para comprender mejor al Creador, no creer en Él, es comprenderlo y sentirlo dentro de nuestro ser. Si somos creados a imagen y semejanza de Él, es por esto que el soporte más grande que tiene la masonería es: conócete a ti mismo, y conocerás al universo, sus leyes y su Creador. Solo la verdad os hará libres, dice el maestro Jesús. Ya la dijo el filósofo Platón una vez: “nadie es más odiado como el que dice la verdad”. Base primordial de la masonería: “La luz y la verdad”.

Una definición de qué es la masonería: es una institución de carácter filosófico – iniciático – simbólico – selectivo y humanista. La definición de un masón: hombre libre y de buenas costumbres. Hay que tener en cuenta que la masonería no es moralista, como pretenden muchos masones en calificarla. Tampoco pretendemos hacer hombres buenos.

Cuando es aceptado un profano para ser iniciado en nuestros Augustos Misterios, hay un proceso de investigación y debe llenar las condiciones de un ser de “buenas costumbres”. La formación moral se la dejamos a las religiones y la familia, que muy buen papel hacen en este aspecto, y lo aplaudo de todo corazón. La masonería es para “abrir conciencia”, para ordenar el caos dentro de nuestro ser: entre la razón y lo espiritual. La masonería, en los 33 grados de comprensión, su conocimiento es para unir lo disperso, y  “cuando se logra esta unión es lo que reflejamos en el mundo profano”. El equilibrio, estar en el centro, unir lo disperso en el plano profano: la justicia social, sin discriminación. Un verdadero masón comprende la escuadra: la materia, los 90 grados, es el equilibrio entre las dos fuerzas, la vertical y la horizontal, y el poder del compás, el espíritu, dominando la materia, “lo justo”. Un aspecto importante en el masón: “no tomar nada de lo que oiga, se diga y mire a nivel personal”, esto se refiere que no debe ser una persona que haga “juicios”, es el lastre más pesado de un ser humano. El “juicio” te hace discriminar: entre lo que te conviene y no te conviene.

Si un masón no comprende estas cosas es como una “piedra cúbica” que no encaja en el muro, porque no tiene la medida exacta, por lo tanto, el muro no es seguro. Al no estar cualificado, desestabiliza la logia. Igual le pasaría en el mundo profano, solo sirve para desunir y formar caos. Los ejemplos sobran en el mundo profano.

En la masonería muy pocos abren conciencia y lo que desarrollan es una “capacidad de poder impresionante”. Después de la definición anterior de un masón, la característica primordial de uno que abre conciencia es: su disposición al servicio, su desprendimiento, y son estos los masones que transforman una sociedad y la llevan al progreso.

La masonería no es una fábrica de líderes sociales. La masonería es una institución cuyo objetivo es que seas líder de ti mismo, que te ames, que progreses: intelectualmente y espiritualmente, para convertirte en un ser servicial en el mundo profano, y estamos seguros de que serás un buen guía. Un masón no lidera, ni dirige, solo es un buen guía, porque sus principios se basan en el servicio. Unos son guías en la sociedad y otros solo son un buen ejemplo. Un buen masón siempre será una buena piedra cúbica que se ensamblará en la construcción del edificio de la sociedad, y sabe que en el colectivo, en la unión, en equipo, estará el triunfo de esa construcción social basada en la justicia social, que consiste en la no discriminación, en la igualdad de derechos y sobre todo en una buena educación del ser humano: escuelas, colegios, universidades y sobre todo la buena inversión donde se abren las buenas oportunidades de trabajo. El respeto a la propiedad y las inversiones, esto quiere decir, un buen Estado de Derecho.

En conclusión: un buen masón es un guía en la sociedad o un buen ejemplo en su comportamiento.