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Obreros de Hiram Abiff: La hipocresía y la masonería 

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«Simulación de buenos sentimientos y loables intenciones con la finalidad de engañar a alguien» (Zingarelli, 2000: 949). El masón se define como una persona “libre y de buena costumbres”, pero el factor más importante es el de ser “libre”, el cual significa que no tiene apego, esta desprendido de todo, para poder aceptar y comprender las enseñanzas y mensajes que nos presentan nuestra simbología. Nos dedicamos al estudio de las ciencias, y la lucha principal es contra los tres enemigos fundamentales de la masonería: el fanatismo, la ambición desmedida y la “hipocresía”. Juramos luchar contra los “tiranos y la tiranía”, esto quiere decir, contra las pasiones bajas del ser humano. Aquí está la mala interpretación y hemos sufrido persecuciones extremas por parte de los regímenes gubernamentales y de algunas iglesias. La “hipocresía” es un tema de suma importancia en el ser humano, porque esta intrínseco en su ser, y no tiene raza y clase social. No pretendo compararlo con la “diplomacia”, la “tolerancia” y la “traición”, pero tienen similitud. La mentira y la hipocresía van de la mano: el ser humano miente a diario y es hipócrita también, claro está todo depende de las circunstancias que le obliguen a comportarse así. Mientes al justificar un incumplimiento en las labores diarias y eres hipócrita cuando expresas estar de acuerdo con algo, y sabes que te molesta, o dices que estas cómodo, y de verdad es lo contario. La hipocresía es una expresión que está presente en todos los estamentos sociales y actividades diarias. El origen etimológico del término descansa en el verbo griego “hypokrinesthai”, el cual, entre sus varios significados, el que mejor se ajusta es el de «representar un personaje», con dos caras, como en el teatro. El hipócrita, es decir, aquél que quiere «parecer lo que no es» (Quevedo, 1972: 165), que quiere parecer «mejor» (Ottonello, 2009: 26), simulando una conducta diferente de lo normal. Mientras más se muestra el exterior, mejor se oculta el interior, y aquí el interior es una miseria, porque vive una fantasía. Hay una frase iniciática que me encanta predicarla: vístase primero de blanco en tu interior, antes de vestir de blanco tu exterior. Esto se basa en las palabras del Maestro Jesús cuando se expresaba sobre los escribas y fariseos: “27En aquel tiempo, Jesús dijo a los escribas y fariseos: ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos “hipócritas”, porque son semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera parecen hermosos, pero por dentro están llenos de huesos y podredumbre! 28Así también ustedes: por fuera parecen justos, pero por dentro están llenos de hipocresía y de maldad”. (Mateo 23:27-28). Es lamentable que la “hipocresía” y la “mentira” sean parte del ser humano, y esta es la causa de su sufrimiento, acompañado de los “deseos”, como lo dice el Maestro Buda en los nobles cuatro enunciados y el óctuple camino. Las guerras que en estos momentos están sucediendo en algunas regiones del mundo, son a causas de la “hipocresía”, y esto me lo certifica escuchando los diferentes analices de las personas que entienden las causas de las mismas, porque no es lo que parece, hay oscuros intereses que no se exteriorizan de algunos países. El Maestro Jesús dijo también: “Asimismo cuando oréis, no habéis de ser como los “hipócritas”, que de propósito se ponen orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres. Cuando ayunéis, no os pongáis cari tristes como los “hipócritas”: que desfiguran sus rostros, para mostrar a los hombres que ayunan. (Mateo, 6: 2-5-16). Estas citas Bíblicas nos ilustran la anterior definición de “Hipocresía”, sobre la simulación para alcanzar el objetivo deseado. La “hipocresía” es la calle del mundo, por donde transitamos todos, con sus causas y efectos. Requisito indispensable para ser “hipócrita”, conocer la verdad para después ocultarla para beneficio propio. En el mundo político, la “hipocresía” es el recurso más evidente para la conquista de los electores, a esto se le llama también diplomacia, y se practica para evitar males mayores entre unos y otros, aquí la hipocresía es útil y sirve para un fin. La hipocresía y la Mentira en la política, van de la mano, porque confunden la verdad con la mentira. La palabra griega “hipócrita”, traducida al latín por “simulator”, significa a aquel que, malo por dentro, se hace pasar externamente por bueno. En la vida diaria, quien aparenta voluntariamente lo que no es, es un “hipócrita”, y el mismo hace juicios falsos. “Donde no hay virtud hay jactancia e hipocresía, y donde hay hipocresía hay mentira”. (San Agustín, Réplica a Juliano, 2.8.29). Juan Granados Valdez, (Dr. en Arte, profesor U.A. Querétaro – México) escribió un artículo titulado: “Del mal de la hipocresía”, donde dice que el hipócrita tiene un perfil psicológico de ocho características, a saber: “1- Su moralismo es explícito, pero inconsistente. 2- La falsa afabilidad. El hipócrita finge un interés por la vida de los otros. 3- Contacto social mínimo hasta que llega el favor. El hipócrita tiene amistades para aprovecharse de ellas. 4- hacer gestos de amabilidad inútiles. El hipócrita busca seducir a los otros con gestos inútiles, como querer pagar una cuenta cuando ya lo ha sido por otro. 5- Es la doble cara o el enmascaramiento, es la más común. 6- Desaparece cuando se toca fondo. 7- El hipócrita está presente cuando todo va bien, pero, cuando no, desaparece. 8- El hipócrita es (o puede ser), además, arrogante, déspota y controlador. Menosprecia, abusa, y maneja bien los marcos mentales”. Y para concluir, una cita de San Agustín sobre la “hipocresía”: “La hipocresía es la ficción que se pavonea de la propia dignidad, pero esconde la fealdad interior. El hipócrita, por tanto, ambiciona los honores, pero consigue una gloria totalmente vacía, pues no se debe a lo que es, sino a lo que pretende ser”. (San Agustín, Sermón de la montaña, 1. 7. 18).

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