El filósofo griego Aristóteles afirmaba: ”La esperanza es el sueño del hombre despierto”, como una visión utópica de algo en un futuro cercano, pero, sobre todo, de tu capacidad y determinación para alcanzar tus propios sueños e ilusiones. Considero que la esperanza es vista desde varios tópicos diferentes. Analicemos la “esperanza” desde tres puntos de vista: filosófico, psicológico y religioso. Colocare varias definiciones de la “esperanza” para tener una mayor comprensión: en filosofía se puede definir como una virtud por la cual el hombre pasa de “suceder a acontecer”. En psicología se define la “esperanza” como una emoción y estado mental que ayudan a encontrar caminos para alcanzar nuestras metas y nos da confianza en nuestra capacidad para lograrlas. En religión, la “esperanza” es una virtud teologal (Fe, Esperanza y Caridad) en la cual los fieles esperan una vida mejor en un reino metafísico llamado cielo, siempre y cuando sigan las reglas de su religión, de lo contrario caerán en pecado y serán castigados en el infierno (fuego eterno donde habitan los ángeles caídos). La concepción de la esperanza ha estado sujeta tradicionalmente a esperar un mundo mejor por obra y gracia de algo externo a nosotros (religión). Se puede decir que la esperanza son razones del corazón, que la razón no entiende. La filosofía ha planteado que la “esperanza” no tiene objetivo si no va a acompañada de una acción, no de contemplación, para esperar la reacción, que sería el resultado de la acción. Todos los seres humanos estamos capacitados para construir un mundo mejor. Una “esperanza” sin la “acción” primaria, sería una “utopía”. Es como considerar que todos los seres humanos en este planeta Tierra tienen que ser iguales, algo utópica, cada quien tiene un proceso y hay que respetarlo. La enseñanza en la filosofía sobre la “esperanza” es con el fin de que seamos más críticos, concretos y no subjetivos. La Masonería nos enseña a pensar bien, es darle el valor al pensamiento y al arte de pensar en el alcance ilimitado de la “razón”. Hay que tomar la filosofía como una crítica a la ideología (pensamiento que afirma que hay algo necesario en el mundo – conjunto de ideas que caracterizan a una persona). La filosofía de la “esperanza” contribuye a la formación de un ánimo más crítico, confiado y abierto a la existencia. La “esperanza” es el hambre de nacer del todo. Ernest Bloch (filósofo alemán), tiene la postura de pensar en una “esperanza” real, no de ilusiones y ficciones consoladoras. A toda “esperanza” le antecede una negación de una situación actual que se considera injusta o debe cambiar y se espera que en el futuro sea positivo. El filósofo Nietzsche se refiere a la “esperanza” como el peor de los males, pues prolonga el sufrimiento humano (la esperanza sin acción). La “esperanza” está relacionada con el concepto de religión, Carl Marx, cuando escribió que ”la religión es el opio del pueblo”, esta se basa en la esperanza de un mundo mejor mas allá del plano físico, y cuando hay escasés de algo se tiene el lema de que “Dios proveerá”. La esperanza para Marx está aplicada a la acción y luego sus resultados. La religión no tiene acción, sino contemplación, y se espera resultados espirituales y no materiales. No solamente Marx se refería a este concepto sobre la esperanza y la religión, otros grandes pensadores como Emanuel Kant, Ludwig también escribieron sobre este tema. Si la “esperanza» está regida por la religión es utópica, pero si está regida por la razón es realista. Cabe mencionar en este artículo lo importante que es el planteamiento de la masonería sobre la enseñanza religiosa.
El planteamiento es que en las escuelas no se imparta la religión como enseñanza, porque es una imposición de una creencia. En las escuelas se deben impartir es “orientación espiritual”, que es diferente, y a esto se le denomina “laicismo”. Si a los jóvenes se les imparte orientación espiritual, el mundo del joven sería mucho mejor, y su comprensión sobre la vida y la Creación serían diferentes. Y hay muchas instituciones que apoyan esta tesis. Es muy diferente hablar del pecado y sus consecuencias, que enseñar que las leyes del Universo no se pueden trasgredir por que recibes una reacción. Que la esperanza del ser humano “es conocerse a sí mismo”, y que la creación es un todo y somos parte de ella. El Kibalion en uno de sus principios lo dice: “Como es arriba, es abajo”. Somos un microcosmos del Gran Macrocosmos. El Maestro Jesús lo dijo muy claro: si quieres seguir mis pasos, despréndete de todo, toma tu cruz y sígueme. Lo que nos invita es a “conocernos a nosotros mismos”. La “esperanza” está dentro de nosotros, el Creador es nuestra Luz interna. Cuando te conoces a ti mismo, es abrir conciencia, es ver una esperanza clara y objetiva en todo, sin temores, prejuicios y dogmas. Y así si podemos afirmar las palabras de Aristóteles: “La esperanza es el sueño del hombre despierto”.