OPINIÓN

Obreros de Hiram Abiff. La Conciencia y el Juramento

por Mario Múnera Muñoz P.G.M. Mario Múnera Muñoz P.G.M.

La Conciencia es la mente objetiva, pero del mundo externo, una realidad que existe más allá de nosotros, y es percibida a través de los sentidos. La “Mente y la Conciencia” no son sinónimos, la Mente Objetiva es conocida por el profano como la integridad, la unidad de facultades mentales con la Conciencia: imaginación, percepción, razón y la memoria, aunque no son tan objetivas, porque filosóficamente hablando son subjetivas. El razonamiento tiene su base en lo percibido. Esta integridad realmente es subjetiva, porque caen dentro de la misma mente consciente, pero está dentro del mismo nivel objetivo de la Conciencia. Lo subjetivo no quiere decir Inconsciente: soñar despierto es tan activo como un objeto en movimiento. Los filósofos desde la antigüedad han sustentado que los pensamientos a veces son tan reales como los objetos que percibimos. Lo subjetivo es también un estado consciente. La Consciencia es Objetiva o Subjetiva dependiendo de su estado o frecuencia vibratoria, es como una balanza. Lo anterior es una reflexión-resumen Rosacruz.

La Consciencia es la facultad de darse cuenta de algo: familia, tradición, edad, emociones, sexo, etc. la Consciencia no debe ser confundida con la inteligencia o intelecto y tiene la facultad de conocerse a sí mismos. Nos da un conocimiento total  de lo que es, en donde está, lo que sabe e ignora. Es muy excepcional ver una Consciencia abierta, todos en este plano transitamos con la Consciencia dormida, velados para conocer y comprender los planos Superiores. Cuando se admite que se tiene la Consciencia dormida, es señas de que está empezando a despertar. El despertar siempre es un proceso largo, todo depende del nivel de Consciencia que se posea. La Consciencia siempre será el gran misterio del hombre. Friedrich Von Licht (economista austriaco – Premio Nobel de Economía 1974) dice: “Si en nuestra mente está el fundamento de todas las cosas, ¿no será nuestra mente la piedra fundamental y angular en la cual se basa todo el arte hermético?, pero aun así somos limitados para comprender. La meditación tiene como finalidad expandir la Consciencia hacia los mundos Divinos. El poder mora dentro de nosotros somos Templo, Altar, Víctima y Sacerdote: somos hijos del Creador. Solo el respeto a la vida de cada uno de los elementos de la naturaleza y las personas puede llevar a la armonía y al equilibrio en el Universo.

Los Masones nos reconocemos como Hermanos, pero más importante es que la humanidad nos reconozca como seres más evolucionados tanto intelectualmente como moralmente, que amamos la verdad y la justicia. La Orden Masónica induce a sus adeptos a la práctica de las virtudes, ser rectos, para proyectarlas hacia el mundo profano, orientándolos hacia la búsqueda de la verdad por medio de los Símbolos. Mahatma Gandhi decía: “La virtud moral es la conformidad con nosotros mismos”. Todo ser humano tiene la facultad de reconocer entre el bien y el mal. La Masonería, se puede decir que es una asociación ética y libre de los constructores de su Templo interior (esotérico) y de una humanidad perfeccionada (exotérico). La Ética masónica es un compromiso entre él y la sociedad. Para la Augusta Institución, su esencia está en el trabajo individual de cada adepto para ser Libre de dogmas y fanatismo para encontrarse consigo mismo. Dentro del tema de la Consciencia, una reflexión sobre el juramento del Masón al ingresar a nuestra Augusta Institución. Oswald Wirth (suizo – 1860-1943- tarotista-masón), decía: “El verdadero juramento es el que compromete al Iniciado sincero consigo mismo en la búsqueda de su propio perfeccionamiento. Un sentimiento que debería proceder y conducir a la promesa formal ritualizada”. Este juramento nos permite comenzar un proceso de auto constructor de nuestro Templo interior, como Aprendiz, y perfeccionándolo con el conocimiento que nos transmite los Símbolos en su tres grados. Juramos, sin saber leer ni escribir, pero confiando en la guía de los Maestros.

Hay que tener vocación consciente para semejante compromiso. Se le guía en un sendero “laicista” para que se “conozca a sí mismo” y llegar a ser un ser “Libre” y es compatible con todas las creencias, las cuales las puede reafirmar con un conocimiento más profundo. El Mason con su juramento hace alarde de su palabra de honor, silencio ante los secretos de la orden, cumplir con las reglas y el mayor compromiso es su construcción de su Templo Interior. Es el acto más solemne de la Iniciación masónica, es una obligación voluntaria de por vida consigo mismo. El juramento compromete al Masón a tener una integridad humana y un compromiso consiente de sí mismo. Es el lazo que une al adepto con nuestra Augusta Institución, es la prueba del valor moral y el sello de su honor. Es la síntesis del honor individual y el deber, con las virtudes, lo acercan al G.A.D.U. El Jurar, es emblema de: Verdad, Fidelidad y de la razón. En síntesis, y lo más importante  del juramento es: “El juramento de un Masón se hace ante el Altar de su Conciencia”, no ante la divinidad, ni ante sus Hermanos, el juramento es su compromiso individual de la construcción de su Templo Interior basado en el conocimiento y las virtudes.