OPINIÓN

Obreros de Hiram Abiff: Espiritualidad masónica (II)

por Mario Múnera Muñoz P.G.M. Mario Múnera Muñoz P.G.M.

“La masonería tiene un fin fundamental: iluminar al ser humano sobre su naturaleza, sobre su origen y sobre su destino”. (Jean Batiste Willermoz). Cuando el mason abre conciencia, en su interior comienza a comprender y a deslumbrar el camino a su Estado Primigenio, que es igual que regresar al Paraíso o al Nirvana. Claro, todo esto es posible partiendo desde el desprendimiento. El maestro Jesús dice: “El que no la tenga, venda su manto y compre una espada” (Lucas 22:36), esta frase explica muy bien que debemos desprendernos de todo y luchar a favor del mensaje de la verdad. Claro está, es un trabajo de constancia, de mucha voluntad para seguir el sendero iniciático por medio del arte real, con el cual develamos nuestro templo interior, los masones construimos un templo no hecho por la mano humana, un templo que está más allá de lo físico. La masonería, a diferencia de la religión, tiene un proceso, que consiste en transmutar la materia bruta en oro, su ego, sus bajas pasiones, su ambición desmedida, en seres humanos de oro. Se libera al ser humano en este plano, para cuando parta a los planos superiores, en su próxima encarnación, lleve un nivel espiritual más elevado. No pretendo explicar cómo se realiza la transmutación, es algo propio del espíritu, y el que lo ha logrado no lo ha revelado, solo nos da pautas para comprenderlo y esto se logra estando libre de dogmas y prejuicios.  Las religiones instruyen a sus feligreses en la práctica de una buena moral, para cuando pasen a los planos superiores, se encuentre con un reino de paz espiritual, o sea el Cielo, o al Infierno, o al Purgatorio dependiendo de sus pecados. Ahora bien, toda religión tiene buenas bases de sus creencias, y merecen el mayor respeto e incluso libertad total de sus cultos y ritos. Lo único que no apoyamos es que una religión considere infieles a los que no practiquen sus creencias y consideren que deben ser perseguidos. No tiene sentido: todas las religiones son dueñas de su verdad y no hay porque demostrarles si están en un error o no, simplemente todas tienen su verdad. Solo hay una verdad absoluta: hay un ser superior que todos llamamos: Dios, Allha, Yahvhe, Gran Arquitecto del Universo, Uno, El No Manifestado, Kali, Creador, Brahma, Vishnu, Shiva, Keisna, Bhagavan, Aton, etc., hay infinidad de dioses, tanto paganos como religiosos. Los nombres de Dios están asociados a la forma como se concibe la Divinidad. Las religiones y la mitología conciben a un Dios antropomorfo, que consiste en darle todas las cualidades humanas: buenas y malas e incluso emocionales. Spinoza, escribió: “Por Dios entiendo un ser absolutamente infinito, esto es, una substancia que consta de infinitos atributos, cada uno de los cuales expresa una esencia eterna e infinita”. La masonería basa sus conocimientos partiendo de la razón, porque mediante la razón, el ser humano es capaz de comprender el Universo y sus leyes, pero para comprender al creador, tiene que trascender la razón, o como es lo mismo trascender la dualidad, por medio del desprendimiento. El ser humano es libre y autónomo, con su libre albedrío busca su sendero espiritual o perderse en la razón. Pero todo depende de las leyes universales, que se sostienen por el centro que rige todo, como lo han llamado los científicos actuales: La Partícula de Dios. El objetivo del ser humano en este plano es tratar de vibrar a los niveles de la Gran Energía que controla el Universo. Dios no premia ni castiga, son las leyes del Universo  que obran. No podemos ser autómatas espirituales, el conocimiento nos libera, nos da la guía para seguir el sendero hacia la Luz o la Verdad. Dios no actúa en busca de un bien o un fin, no es justo o injusto, ni se molesta ni se alegra: la naturaleza, el Universo o Dios, son infinitos. Recordemos que nada se destruye, solo se transforma, en esta expresión está lo infinito de todo, por lo tanto nada es quietud, todo es movimiento, todo es energía. Dios existe necesariamente, y el Universo entero es expresión de Dios, en Dios y por Dios. Es la causa libre de si y de todo el Universo. Los masonería como la alquimia no son ciencias fáciles de comprender. El ser humano que conoce y comprende su esencia tiene un conocimiento de la esencia infinita del G.A.D.U. Está dentro de ti, no lo busques fuera.