“El amor es el símbolo de la Eternidad; confunde toda noción de tiempo; borra toda memoria de un principio, todo temor de un fin”, Germaine De Stael. Nos dice Manly Palmer Hall: “La Sabiduría solo la recibe el hombre que está dispuesto a buscarla”, esta frase nos indica que debemos tener una predisposición y voluntad para abrir la puerta del conocimiento, sin la cual solo recibirás información sobre algo, sin leer detrás de la letra. En la primera frase, con la cual introduje este artículo, nos indica que el símbolo del amor es la fuerza más grande del Universo, porque toda acción realizada de corazón y con amor abre las puertas de la sabiduría. Sabiduría es comprensión, es ver más allá de donde ven los demás. Es metafísico, más allá de lo físico. El amor es un símbolo, hay que interpretarlo y meditarlo para ver su luz. Como el amor es un símbolo, y el ser humano tiene un estado de conciencia muy bajo, no le da su verdadera interpretación, y por este motivo, en el vocablo vulgar, el amor ha sido prostituido pues se le liga a lo material, se le condiciona e incluso se le da su valor. Se dice que han muerto más personas en nombre del amor, que en un aguerra.
Como este artículo no es para reflexionar sobre el amor, solo como símbolo, veamos el significado de la palabra “símbolo”: viene del latín “symbolum”, es un medio de expresión que nos manifiesta una idea, una semejanza real o imaginada con lo significado. Todas las instituciones de este plano en que habitamos utilizan signos y “símbolos”, uno para advertir sobre algo y el otro para transmitir un mensaje. El sendero espiritual se apoya en los “símbolos” para transmitir mensajes Iniciáticos y de sabiduría. El lenguaje del Iniciado son los símbolos, en ellos están contenidos las enseñanzas secretas que nos han dejado los Grandes Avatares que nos han visitado. El profano afirma que un símbolo es como un rompecabezas de diez mil unidades. Y al no poder interpretarlo siguen guardando el Misterio que contienen. Es la manifestación de una idea profunda que se expresa por medio de un lenguaje oculto, solo comprensible en un nivel sensible muy espiritual. El símbolo no interpreta ni define. Posibilita la búsqueda de la esencia por medio del conocimiento subjetivo. En la época del oscurantismo, sin medios de impresión en papel, los símbolos fueron y son de suma importancia: no cambian con el tiempo y el espacio. El símbolo fue un medio de difusión hermético entre los Iniciados. En el sendero Iniciático el símbolo es más importante que la palabra transmitida de labios a oído, que con el tiempo se puede distorsionar la idea. El símbolo tiene sus ventajas por el modo de conservar el mensaje, sin alterarlo. Es de mensaje lacónico y sobre todo es indestructible ante los enemigos de la Luz. Puede ser un objeto, imagen, figura o representación gráfica. Los símbolos contienen un lenguaje silencioso y efectivo difícil de surtirlo por explicaciones. El símbolo nos transmite mensajes que ni en palabras o escritos alcanzarían a explicarlo. El símbolo no explica, solo nos sirve de medio o arquetipo para elevarnos por medio de la meditación al conocimiento que está más allá de lo físico, pero depende de la cualificación que tengamos para interpretarlo. El símbolo es un aprendizaje activo, porque es directo a nuestro estado de conciencia, y constructivo porque nos permite directamente trabajar con la información profana y con la iniciática que tenemos almacenada en nuestro ser. El símbolo expresa un mensaje en misterio, algo que no se puede decir, en silencio, está prohibido conocer en lo profano, es un mensaje que no se discute, solo se medita, porque el mensaje esta más allá de lo físico, mas allá de la razón, que la misma jamás entendería. Es inexplicable y se contempla en silencio. Lo exotérico es la palabra exterior, y lo esotérico es el “verbo” o palabra interior en el silencio, es el mismo “símbolo”, que produce orden y comprensión.
Es importante hacer la siguiente observación al mundo profano: si nuestra Augusta Institución se le tilda de “misteriosos” es porque nuestras enseñanzas están contenidas en el “verbo de los símbolos”, solo accesibles a personas cualificadas. No somos nosotros los que calificamos la cualificación, es el mismo ser que se inicia en nuestros augustos Misterios, que al no comprender lo que ocurre, y solo ve la masonería como una institución fraternal y moralista, él mismo está calificando su cualificación. En la Masonería somos selectivos, no discriminamos. Cada quien demostrará su estado de conciencia en la forma de interpretar el lenguaje simbólico. El símbolo se revela a quien está cualificado espiritualmente. Comprender el verdadero mensaje Primigenio de los símbolos nos hacen verdaderos hijos de la Luz y de la Masonería.