OPINIÓN

Obreros de Hiram Abiff: ¿De dónde surge la masonería? (IV)

por Mario Múnera Muñoz P.G.M. Mario Múnera Muñoz P.G.M.

Continuamos con el tema de “Dónde surge la masonería”, me voy a referir a los planteamientos históricos hechos por Herbert Ore Belsuzarri en su libro: Origen de la masonería sobre el inicio de su operatividad. Las Constituciones de Anderson de 1723 establecen de manera inequívoca que “la Masonería defiende el derecho de cada persona a tener sus individuales opiniones dentro del mutuo respeto entre personas rectas y honradas cualquiera que sea el credo o denominación que las distinga…” Con el crecimiento de las poblaciones y ciudades, los que ejercían oficios se organizaron en “gremios”. Muy novedoso para la época lo cual trajo reglamentos y monopolios comerciales, incluso llegaron a tener influencia en el ámbito político. En la unión está la fuerza y en el orden está el fruto del esfuerzo del trabajo. Debió ser muy difícil vivir en una sociedad de la Edad Media llena de prejuicios, tanto religiosos como sociales. Los “gremios” tuvieron su influencia desde el siglo XII hasta el XVII, claro está que fueron controlados por la administración municipal del momento. Hubo algo que la influencia tuvo su peso: Las caravanas comerciales, llamadas también “Gildas” (Alemania) y en algunas partes de Europa como “Caritas”, las cuales también tenían sus reglamentos, pero su campo de acción eran más amplios. El cumplimiento de las reglas los hacían participes de ganancias colectivas y expansión de sus comercios. A estas “Gildas “ se unieron también los artesanos, buscando mejoras en sus artes. Hay documentos de una “Gilda» del año 1292 donde se menciona, por primera vez, el término “Logia” del sitio de reunión. Se hicieron muy fuertes en las ciudades, incluso, los impuestas eran más altos a los no agremiados. De acuerdo a la cultura religiosa de la época, los “Gremios” estaban constituidos por “hombres”, y los de las “mujeres” eran pocos y las formaban los “Gremios” de bordado y tejido. Hubo un ritual de las “Tejedoras” donde los “Símbolos” eran los utilizados para el oficio y no de la construcción. Como toda regla tiene su excepción, los Gremios Masculinos, en casos especiales aceptaban a la “Mujer”: viudas y huérfanas, de miembros fallecidos. En algunas ciudades, Los artesanos, tuvieron su clasificación de acuerdo al conocimiento que tenían sobre el oficio: “Aprendiz-Compañero u Oficial y Maestro”. El Maestro era por lo regular el propietario del taller y tenía la cantidad de aprendices y oficiales de acuerdo a la producción que exigiera el taller. El taller era a la vez una escuela, y trabajaban exclusivos para el mismo. El Aprendiz no percibía pago por su trabajo, solo recibía comida y alojamiento, mientras duraba su aprendizaje. Los Oficiales, se organizaron en asociaciones, hacían protestas por los bajos pagos o sueldos, y se cree que esto fue un semillero para la creación de los “Sindicatos”. Lo positivo de los “Gremios de Artesanos”: precios únicos, salarios regulados, márgenes de utilidad controlada, horario laboral, descanso laboral los domingos, no se aceptaba el horario nocturno, cuidando la calidad del producto, prohibido el trabajo a domicilio, para evitar la competencia, control de calidad y productividad, Participaban en el poder político, así como lo hacen en la actualidad los Gremios Industriales y se les llama “Cámaras”. La decadencia de los “Gremios” se debió que llego el momento de aceptar miembros que no desempeñaban labores artesanales: como directores, supervisores, inversionistas, proveedores, médicos, abogados, ingenieros, contratistas etc., y se convirtieron en asociaciones económicas y entre ellos las de “Constructores” llamados “Masones”, quienes eran devotos de “San Juan”. Es importantes destacar que en la edad media, los gremios, por la cultura religiosa del momento, tenían su santo, para complacer a la Iglesia se colocaban bajo el amparo de un Rey o un Santo. Un ejemplo práctico de como operaban los “Gremios”, es Leonardo Da Vinci: a los trece años se incorporó como “Aprendiz”  en el Taller de Andrea del Berrocho (connotado artista florentino). Las funciones como “Aprendiz” de Leonardo era asear el Taller, preparar las tablas para pintar, preparar el barniz, moler la tierra, preparar el pigmento y labores mecánicas, ingeniería y arquitectura. En 1472 terminó su labor de Aprendiz y Oficio, y se inscribió como “Maestro” en la Corporación de Pintores de Florencia, ya estaba habilitado para montar su propio Taller. Una característica de los Gremios de “Constructores o Masones”, era la libertad para ejercer sus labores e incluso de traslado a otros lugares de la región: Franc-Masones. La historia de esta “Augusta Institución llamada Masonería” es muy interesante, pues sus origines, desde el punto de vista profano, no colinda con el objetivo de la misma. La Masonería tiene como base la razón, la moral y las buenas costumbres. Pero, su enseñanza parte de los “Símbolos”, los cuales nos transmiten lo “Espiritual” o “Iniciático”, que es trascender la “Razón” para ser “Libres”, sin dogmas, fanatismo y ambición desmedida.