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Obreros de Hiram Abiff: Cristo y los siete principios herméticos (I)

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 “Los labios de la sabiduría permanecen cerrados, excepto para el oído capaz de comprender”. (El Kibalion).

El libro Psicología trascendental de Cristo fue escrito por el profesor Pablo Trinidad Zavarce en el año 1985. Es un libro de psicología, donde se analiza las parábolas del maestro Jesús desde este punto de vista. Me llama profundamente la atención, es que el analices lo hace orientado desde las Siete Leyes o Principios Herméticos atribuidas a Hermes Trismegisto, contenidas en el libro del Kibalion.

Tratare en esta reflexión de hacer un resumen del contenido del libro en varios artículos. Dice el autor: “El libro estudia la dualidad mental del ser humano: consciente y subconsciente para una mejor comprensión. ‘El pensamiento y el sentimiento’, estudio que se hace a través de la dualidad mental, de los Siete Principios o Leyes Mentales Superiores que nos rigen, logrando la unidad de la Dualidad Mental, para concientizar al yo o voluntad del ser humano, para que gobierne  y dirija su propia energía de vida. Somos creados a imagen y semejanza del Creador (Conciencia Mental Superior). El pensamiento y el sentimiento  son los poderes creadores más grandes en el Universo y en el ser humano, los cuales debemos aprender a gobernar y dirigir con nuestra voluntad inteligente, es decir: conscientemente”.

La facultad de sentir y pensar es don especial que nos eleva por encima de las demás criaturas de la naturaleza. “En el fuego sagrado  o espíritu se encuentran los Siete Grandes Principios o Leyes del Universo que nos rigen”. Principio de mentalismo: todo es mente, es la realidad sustancial que se oculta detrás de todas las cosas creadas. Todo es un estado de conciencia mental. Todo lo que está hecho en el mundo físico fue hecho de lo que no se ve, o sea, de los pensamientos y sentimientos. “La verdad absoluta es un estado de conciencia mental de infinita perfección, el Universo es pura energía que es la vida, pura, divina y perfecta”. De aquí se deriva la premisa: “Los poderes más grandes del Universo y en el individuo son los pensamientos y sentimientos”, que se expresan en nuestra dualidad mental a través de la ley. Lo que “sientes y piensas” lo obligas a venir a tu conciencia.

Las palabras son el “sentimiento y pensamiento” hablado. Por esto el maestro Jesús nos enseña: “Mas YO os digo: que de toda palabra ociosa que hablaren los hombres, darán cuenta en el día del juicio. Porque por tus palabras serás justificado y por tus palabras serás condenado” (Mateo 12:37). Este versículo se refiere al Principio de mentalismo dentro de la conciencia mental de cada ser humano, gobernada por la presencia de la mente universal de Dios Padre. El versículo nos enseña que las Leyes o Mandamientos (Trascendentes) que nos fueron dados por el Creador, por el libre albedrío, escogencia o selección, pueden ser usadas para el bien o para el mal por medio de nuestros pensamientos-sentimientos y palabras. La sentencia es: “Más le valdría no haber nacido” (Mateo 26:24).

El maestro Jesús nos enseña: “Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos”, porque esta es la ley  y los profetas (Mateo 7:12), este es el reino del pensamiento-sentimiento (palabras). “Por sus frutos os reconoceréis” (Mateo 6:16-20), con odios y resentimientos que lo expresan por sus palabras, pasan sus vidas llenas de miserias. Hay que obedecer a Ley Mental Superior. “No es lo que entra por la boca lo que envenena, más lo que sale de la boca, esto es lo que contamina al hombre” (Mateo 15:11). Los insultos, palabras discordantes, la miseria espiritual, se reflejan en lo que expresan, reflejan su bajo estado de conciencia. Los que moran en el maestro Jesús llevarán frutos del Espíritu, E.G.A.D.U. comenzó su obra y en nosotros la completará. En este versículo, Ley de Mentalismo, nos enseña que la comida o bebida siempre que se haga en equilibrio, no envenena al YO personal, si no lo que sale de su boca, y ¿qué sale de su boca? La palabra, que contamina la conciencia mental, que es el pensamiento y sentimiento hablado.

Concluyo este principio con una cita del Libro de la Sabiduria: “Si la inteligencia es activa, ¿quién más activo que la sabiduría, artífice de cuanto existe? Los frutos de la sabiduría son las virtudes, porque ella enseña la templanza y la prudencia, la justicia y la fortaleza, las virtudes más provechosas para los hombres en la vida” (Sabiduría VIII: 6-7).

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