En esta oportunidad se va a discernir sobre los ODS y su relación con la crisis mundial, como mejor se conocen por sus siglas, es decir, los 17 Objetivos de la Agenda 2030 de Desarrollo, los cuales impulsan los 193 países miembros de la Asamblea General de la ONU, a sabiendas de que dicho impulso requiere el uso del erario público de las naciones, para promover las políticas globales que la agenda plantea, como método de desarrollo sostenible para el mundo.
Sin embargo, a pesar de todo lo que se dice de parte de los Expertos en Desarrollo Sostenible y medios en general, en términos prácticos, no resultan ser nada positivos, ni tampoco sostenibles para las poblaciones; por ejemplo, la transición de energías minerales, provenientes del petróleo, a energías “limpias” vienen generando mayores daños ecológicos, que los mismos combustibles minerales del procesamiento del petróleo.
Eso sin mencionar, las desventajas, en horas de autonomía en los vehículos que aportan estas supuestas energías limpias.
Por otra parte, pensar en extender como un objetivo de desarrollo la migración, es un absurdo, cuando la cuestión es evitar la eclosión de las mismas, a través de las políticas, en el sentido que, las poblaciones no se vean obligadas por parte de las políticas económicas, abandonar sus naciones de orígenes, teniendo que soportar las innumerables trabas, que se convierten en verdad en una tragedia, o no de la migración forzada, que es más bien en la realidad, la expulsión de los nacionales.
Otro ejemplo, en ese contexto, se suele hablar de más de 200.000 chilenos que huyeron, más bien obligados a migrar por la dictadura cívico militar de Pinochet, como una auténtica tragedia, pero no se dice tanto de las cifras de más de 7.000.000, existiendo datos extraoficiales de las principales agencias en materia de migración que reflejan que la migración venezolana ronda más de los 10.000.000 de venezolanos, huyendo de las crueles políticas económicas que pesan sobre toda la nación, por parte de la democracia participativa y protagónica, desarrollada por las políticas anticapitalistas y antilibre mercado en Venezuela, generando una verdadera catástrofe para los venezolanos y naciones todas dentro del territorio y fuera de él, pudiendo ser comparable con la guerra de Ucrania y Siria, con incluso más exiliados que esos países, eso sin mencionar los presos políticos y los muertos en manos de la revolución socialista.
En ese contexto, el régimen antilibre mercado, anticapitalistas, instalado en Venezuela como satélite del globalismo comunista, ha entendido, muy bien, que las mejores estrategias para el control de la población y evitar cualquier punto de inflexión para la libertad, es el hambre, la intimidación y la vigilancia permanente, eso ha impulsado la tragedia del exilio dejando todas las familias venezolanas rotas, en los que no escapan ni los mismos afectos o beneficiarios en poco o mucho por el régimen globalista en Venezuela.
Otro punto que viene causando estupor en todas las naciones es el asunto de quién financia tales objetivos del milenio, cuando son las mismas poblaciones a través de grandes cuotas de sacrificios, frente a políticas fiscales, o incluso la misma inflación, que encarece de forma inmediata la alimentación y las necesidades básicas, factores determinantes para impulsar el caos, la corrupción, dentro de las naciones; obligando a las poblaciones al éxodo, o la expulsión, casi de forma inmediata, como resultado de las políticas económicas hacia los connacionales.
Si se hace un bosquejo de los objetivos del milenio, en términos de resultados, se puede apreciar que cada uno de ellos son contraproducentes para la paz y la salud de las naciones, contrarios de promover el desarrollo, van en otra dirección de control, y opresión; en favor más bien del hambre, la corrupción, el caos, el cercenamiento de los derechos y libertades ciudadanas con el control absoluto de las personas, a través de un órgano central del cual los gobiernos son sólo apéndices de un proyecto mundial.
Para terminar, se ha observado que existe una estrecha relación entre el NSSM200 (siglas en inglés del Memorándum de Estudio de Seguridad Nacional para los Territorios de Ultramar, desclasificado en 1974) y el comienzo de la tragedia en Venezuela con las siglas del MBR200, Movimiento Bolivariano Revolucionario 200; el primero mejor conocido como el Informe Kissinger, el segundo un metapartido o atrapatodo que se encargó de amalgamar el descontento y así darle entrada a la peor tragedia de Venezuela.
En ese sentido específico, cuando este informe describe que serían los mismos Estados que suscriban tales programas los que van a financiar el plan para el control de la natalidad, al que paralelamente con el desarrollo de la ciencia se presentan nuevos mecanismos de cooperación para dicho control poblacional, que se puede traducir en la reducción de la población mundial, siendo básicamente este el leitmotiv de todo el informe.