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Nuevo Año de Propósitos

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«We know what we are, but know not what we may be» (WILLIAM SHAKESPEARE)

Escribe Miguel H. Otero un tweet en la red social más popular de estos tiempos sobre el significado mágico del año 2025 desglosado en cifras y operaciones matemáticas el último día del año que está a punto de finalizar. El número 2025 está formado por el cuadrado de la suma de todos los dígitos del sistema numérico decimal. También sucede con la suma de los cubos de los mismos dígitos. Nos recuerda el presidente editor de El Nacional -@ElNacionalWeb-, que el último año cuadrado perfecto fue 1936. A quien haya estudiado Historia de España o tenga conocimiento, esta coincidencia podría empezar a preocuparle, ejem.

Mientras escribo estas líneas todavía estoy viviendo en el cuadro de almanaque del martes, 31 de diciembre de 2024. Aprovecho para recordar qué hice durante este año, qué cosas pasé y qué propósitos del 31 de diciembre de 2023 cumplí.

Esta semana se hablaba en los medios de comunicación sobre el daño ocasionado por el tabaco*. Un equipo de investigadores de la University College de Londres se encargó de medir en tiempo la pérdida de vida de un individuo que fuma. El estudio concluye que un cigarrillo resta 20 minutos de vida al fumador; es decir, un paquete de 20 cigarrillos quita 6,66 horas de vida. Si uno consume dos paquetes al día, estaría quitándose 12 horas de vida diarias, vamos que estaría renunciando, aproximadamente, a la mitad de su vida, vendiendo su madurez a medio o largo plazo como un Dorian Gray esclavizado por el vicio del tabaco.

Este es un buen momento para pensar en mejorar  nuestro día a día. Mañana, 1 de enero de 2025, escribiremos en la agenda todas esas cosas que soñamos cambiar. Muchos coinciden en tres puntos: dejar de fumar, aprender inglés y ponerse en forma. Los tres propósitos suponen determinación y disciplina.

Cuando uno deja de ser fumador para convertirse en exfumador sabe que no volverá a someterse a esa droga. Es verdad que va a sufrir la carencia del aroma del tabaco, la estética del fumador -esos encendedores Zippo chulísimos, ciertas pitilleras elegantes- la sociabilidad cómplice de pedir fuego a quien te resulta atractivo, compartir una charla aparte con alguien especial, el humo del café reciente (espero que no le entren ganas de volver a fumar). La parte buena del asunto es que si deja el tabaco, se libera de una adicción, de una carga, y viajará más ligero de equipaje.

Aprender inglés es útil, aunque uno ya no sabría decir si también le resultaría práctico estudiar otras lenguas como el catalán y el euskera o francés y alemán. Yo creo que uno debe saber hablar y escribir correctamente su lengua materna y algún idioma extranjero para abrirse al mundo y que el mundo se nos abra a nosotros. Piense que hay gente que habla inglés y que el hecho de hablar la lengua de Shakespeare no implica ser mejor persona y no me obligue a poner ejemplos porque no quiero molestar a nadie.

En cuanto al tercer propósito, conozco a gente que se apunta a un gimnasio en enero para darse de baja en febrero. Y todos los años es la misma historia. Sería bueno plantearse pequeños cambios a corto plazo como dedicar tiempo a hacer ejercicio físico, elegir caminar en lugar de coger el coche, deshacerse del patinete eléctrico, subir y bajar escaleras, cuidar la dieta.  

A estos tres Propósitos de Año Nuevo yo añadiría  estos otros: tomarme las cosas con calma, escuchar más y hablar menos, caminar rápido y leer despacio.

*  https://www.elperiodico.com/es/sanidad/20241230/cigarrillo-tabaco-esperanza-vida-reduccion-113010581

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