Después de la Segunda Guerra Mundial, la rivalidad de poder, las diferencias ideológicas y la animosidad entre los Estados Unidos de América y la Unión Soviética llevaron al surgimiento de la Guerra Fría. La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) fue fundada durante el comienzo de la Guerra Fría el 4 de abril de 1949 por los Estados Unidos de América, Canadá y diez países de Europa Occidental: Reino Unido, Francia, Bélgica, Dinamarca, Islandia, Italia, Luxemburgo, los Países Bajos, Noruega y Portugal, que fueron los signatarios originales de la Carta de Washington, acta constitutiva de la OTAN. En 1952, Grecia y Turquía se unieron a la alianza atlántica; Alemania Occidental se unió también en 1955. El acuerdo de la OTAN era para la autodefensa colectiva. El Tratado tenía acuerdo en que “un ataque armado contra uno o más de ellos… será considerado un ataque contra todos ellos”. En caso de ataque, todos los aliados tomarían medidas, incluido el uso de las fuerzas armadas contra el agresor. Estados Unidos y los países de Europa Occidental sintieron inmediatamente su necesidad después de que el bloqueo de Berlín Occidental en 1948 por parte de la Unión Soviética apoyara a Berlín Oriental. De hecho, la creación de la OTAN después de la Segunda Guerra Mundial fue parte de un esfuerzo más amplio para servir a tres objetivos: (I) disuadir el expansionismo soviético, (II) prohibir el resurgimiento del militarismo nacionalista en Europa a través de una fuerte presencia norteamericana en el continente y, (III) fomentar la integración política europea. La Segunda Guerra Mundial había devastado a Europa, por otro lado la política agresiva de la Unión Soviética de derrocar a los gobiernos democráticos con su respaldo a las revoluciones comunistas había creado nuevas amenazas para la paz, las democracias, la libertad y la estabilidad dentro y fuera de Europa. Contra la OTAN, la Unión Soviética formó el Pacto de Varsovia con los Estados de Europa del Este en 1955 para crear un grupo de poder rival. Comenzaron intensas rivalidades de poder y animosidades entre la OTAN y los países del Pacto de Varsovia. Francia se retiró de la OTAN en 1966 pero se reincorporó en 2009. La OTAN siguió creciendo y, tras el colapso de la Unión Soviética en 1991, incluso algunos países del Pacto de Varsovia se unieron a la OTAN. Por ejemplo, en 1999, tres ex miembros de los países del Pacto de Varsovia, Hungría, la República Checa y Polonia, se unieron a la OTAN. En 2004, siete países de Europa del Este, incluidos Estonia, Letonia y Lituania, se unieron a la alianza atlántica. En la actualidad, la OTAN tiene 28 países como miembros.
Durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) las potencias europeas (Gran Bretaña, Francia, Alemania e Italia, etc.) fueron destruidas como grandes potencias. Ideológicamente, Estados Unidos y su bloque de la OTAN defendían la protección de las democracias y el liberalismo. La Unión Soviética y su bloque del Pacto de Varsovia eran países controlados por los comunistas que creían en un estricto control estatal bajo la filosofía comunista marxista. Ambos bloques de poder desarrollaron armamentos nucleares y convencionales a gran escala. Los dos bloques de poder desarrollaron y desplegaron bombas atómicas, bombarderos nucleares, misiles balísticos intercontinentales (ICBM), misiles balísticos lanzados desde submarinos (SLBM) y un gran número de ojivas nucleares que amenazaban la supervivencia del mundo. Aunque Estados Unidos y la Unión Soviética evitaron las guerras directas, se involucraron en guerras de poder. Apoyaron a países y fuerzas rebeldes opuestas al bloque rival en todo el mundo.
Para 1991 la situación política había cambiado totalmente debido al final de la Guerra Fría. Las reformas y disolución de la Unión Soviética y el Pacto de Varsovia allanaron el camino. El gobierno comunista terminó en la Unión Soviética. El mundo esperaba que la amargura ideológica de larga data y la rivalidad militar entre el bloque de la OTAN liderado por Estados Unidos y los países del Pacto de Varsovia liderados por la Unión Soviética desde el final de la Segunda Guerra Mundial llegaría a su fin después de la política de Perestroika del presidente soviético Mikhail Gorbachov desde mediados de la década de 1980 en adelante. Por la Perestroika, Gorbachov inició un proceso de importantes reformas políticas y económicas en la Unión Soviética hacia la liberalización. Adoptó la política de Glasnost para traer apertura y cambio en las políticas exteriores y así poner fin a la Guerra Fría. En este esfuerzo, Estados Unidos también amplió la cooperación con Gorbachov para poner fin a la Guerra Fría. Ambas potencias firmaron cuatro importantes tratados de desarme. En 1987, se firmó el Tratado de Fuerza Nuclear de Alcance Intermedio (INF) para eliminar los misiles nucleares de alcance intermedio y corto de la Unión Soviética y Estados Unidos que van desde 500 a 5.500 kilómetros de alcance. También requirió la destrucción de sus lanzadores, estructuras de apoyo asociadas y equipos de apoyo dentro de los tres años siguientes a la entrada en vigor del tratado. Después de esto, se firmó el Tratado sobre Fuerzas Armadas Convencionales en Europa (el Tratado CFE) en 1990. Este tratado fijó el límite máximo de armas principales para las organizaciones de la OTAN y el Pacto de Varsovia sobre la base de la paridad. En este tratado, se acordó limitar el número de tanques a 40.000, vehículos blindados de combate a 60.000, cañones de artillería a 40.000, aviones de combate a 13.000 y helicópteros de ataque a 4.000, dentro de las áreas de ambos grupos. Para que cada grupo pudiera conservar solo la mitad de estos elementos de defensa; más tarde, incluso se acordó en este tratado un límite máximo para la mano de obra militar. El tercer acuerdo importante firmado entre Estados Unidos y la Unión Soviética fue el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START-I). El presidente de los Estados Unidos, George Bush, y el presidente de la Unión Soviética, Gorbachov, firmaron START-I, el primer Tratado de Reducción de Armas Estratégicas el 31 de Julio de 1991 destinado a limitar los misiles balísticos nucleares. En ese momento, Estados Unidos y la Unión Soviética tenían el 98 % de todas las cabezas nucleares de mundo que eran armas de destrucción masiva y podían destruir el mundo entero. Bajo el acuerdo START-I, tanto EE.UU. como la Unión Soviética acordaron la reducción de armas nucleares estratégicas en igualdad de condiciones, que debía llevarse a cabo en tres fases durante siete años, a partir de la fecha de entrada en vigor del tratado. Según este acuerdo, tanto Estados Unidos como la Unión Soviética tenían que limitar sus armas nucleares estratégicas para que cada uno no tuviera más de (I) 1600 vehículos de lanzadores nucleares estratégicos (SNDV), incluidos misiles balísticos lanzados desde submarinos (SLBM), Misiles Balísticos Intercontinentales (ICBM) y bombarderos estratégicos; y (II) 6000 ojivas nucleares. El presidente de Estados Unidos, George Bush, ordenó retirar las armas cubiertas por START-I de la instalación activa. Se retiraron 400 misiles Tomahawk de los barcos y el presidente de la Unión Soviética, Gorbachov, puso fin a la cobertura de defensa activa de 24 horas y ordenó la reducción de la producción de armas nucleares y la mano de obra armada en su país. Ordenó la eliminación de misiles nucleares de las instalaciones activas. El 3 de Enero de 1993, el presidente estadounidense George Bush y el presidente ruso Boris Yeltsin firmaron el START-II para lograr una reducción de dos tercios en misiles estratégicos nucleares (ICBM, SLBM) y bombarderos desde el nivel anterior al START. Después que se completaran las reducciones en 2001, del lado de la Unión Soviética, Bielorrusia, Kazajistán y Ucrania no tendrían fuerzas nucleares estratégicas. Al finalizar, los arsenales estratégicos de Estados Unidos y la antigua Unión Soviética (Rusia) se habrían reducido en 30%-40%.
Estos cuatro acuerdos trajeron un enorme alivio al mundo en su intento de poner fin a las hostilidades de la Guerra Fría y reducir los armamentos nucleares de destrucción masiva. El régimen comunista terminó en la Unión Soviética y muchas de sus regiones se independizaron. Rusia se convirtió en el principal heredero de la estructura de poder y la economía de la antigua Unión Soviética. En Rusia, el régimen poscomunista incluso disolvió el Pacto de Varsovia el 1 de Julio de 1991, lo que puso fin al bloque de poder soviético de 36 años basado en la ideología comunista. Rusia también cooperó con la OTAN en operaciones de mantenimiento de la paz en Bosnia-Herzegovina en Europa en 1995-1996. Rusia tuvo que perder el control de un tercio del territorio soviético ya que muchas regiones de la antigua Unión Soviética se independizaron formando quince nuevos países. Lituania, Estonia y Letonia, los tres Estados bálticos después de independizarse de la Unión Soviética, se unieron a la Unión Europea y la OTAN. Los otros doce Estados independientes de la Unión Soviética, a saber, Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Turkmenistán, Uzbekistán, Bielorrusia, Moldavia, Ucrania, Armenia, Azerbaiyán, Georgia y Rusia formaron la Comunidad de Estados Independientes (CEI), aunque más tarde Georgia y Ucrania se retiraron de la CEI en 2008. Por otro lado, la crisis económica imperante en Rusia la debilitó al ponerla en una década de profundos problemas económicos que se arrastraban desde las dos últimas décadas del período soviético.
Después de la disolución de la Unión Soviética y el Pacto de Varsovia, no hubo relevancia para que continuara el bloque militar de la OTAN liderado por Estados Unidos. Fue creada principalmente como una organización de defensa anticomunista, antisoviética en 1949. En tal situación, Estados Unidos y Occidente deberían haber disuelto su alianza militar. Por el contrario, posteriormente la OTAN comenzó a desempeñar un papel muy dominante en la política mundial como una poderosa alianza militar suprema indiscutible. Desempeñó un papel preponderante en muchos países y conflictos, especialmente en los Balcanes, Irak, Afganistán y Siria. La guerra de la OTAN contra los secesionistas en Kosovo (1999) molestó al gobierno y a las FFAA rusas. Después de la independencia de Kosovo, Rusia se retiró de su posición de socio de la OTAN, tras los acuerdos de cooperación militar con Rusia que se habían formado desde 1994. Rusia se había unido al Consejo de Cooperación del Atlántico Norte en 1991 para iniciar un proceso de cooperación militar con la OTAN. En 1994, la OTAN y Rusia firmaron el Programa de Asociación para la Paz. En 2002 se formó el Consejo OTAN-Rusia para servir como foro de consulta sobre cuestiones de seguridad y cooperación. Rusia se retiró de START-II el 14 de Junio de 2002, que había sido ratificado tanto por Estados Unidos como por Rusia, pero no implementado hasta entonces, en respuesta a la retirada de Estados Unidos del Tratado ABM (SORT) el 24 de mayo de 2002 para reducir las armas estratégicas hasta el 31 de diciembre de 2012. En virtud de este tratado, cada parte acordó limitar sus arsenales nucleares entre 1700 y 2200 ojivas desplegadas operativamente.
Nueva Guerra Fría
La situación se deterioró debido a la acción militar de Rusia en Georgia en agosto de 2008. Condujo a la suspensión del SORT. Rusia intervino militarmente en Ucrania durante la guerra civil de 2014-2016. Rusia ocupó Crimea en marzo de 2014. Como reacción, la OTAN decidió suspender la cooperación práctica con Rusia el 1 de abril de 2014. El presidente estadounidense, Barack Obama, condenó la ocupación rusa de Crimea. Estados Unidos y otras potencias occidentales expulsaron a Rusia del Grupo G8. Comenzó una nueva Guerra Fría entre la OTAN y Rusia. Las fuerzas de la OTAN se han desplegado en los países cercanos a Rusia. Los ejercicios militares de la OTAN se organizaron en Polonia, cerca de Rusia. Estados Unidos lanzó un sistema de defensa antimisiles en Rumania. También está construyendo otro sistema de defensa antimisiles en Polonia. Por otro lado, Rusia ha adoptado sus propias contramedidas.
La próxima semana conversaremos sobre los “nuevos” y viejos conflictos y rivalidades que reviven la Guerra Fría.
@J__Benavides