OPINIÓN

Nuestro voto define el futuro

por José Luis Centeno José Luis Centeno
Exigen que migrantes venezolanos puedan votar en unas eventuales elecciones

Exigen que migrantes venezolanos puedan votar en unas eventuales elecciones

El carácter secreto del voto: factor esencial hacia la transición democrática.

En Venezuela, el voto secreto es como el ingrediente esencial de una receta: todos saben que está ahí, pero algunos parecen querer olvidarlo. La Constitución, ese librito que está como pintado en la pared, dice claramente que el sufragio debe ser libre, universal, directo y secreto. En la parte in fine, es como si dijera: ¡Oye, no te olvides de la parte secreta!

¿Por qué es tan importante? Bueno, imagina que estás en una fiesta y alguien te dice: “Vota por mí o te quedarás sin torta”. Eso no es democracia, es chantaje. El voto secreto protege tu independencia y evita que te presionen como si fueras un limón en un exprimidor o, peor aún, un ciudadano bozaleado con la bolsa de comida y la bombona de gas.

Si eres de los que aún deshoja la margarita, ¿votar o no votar?, ¿sabrán o no por quién votaré?, pregúntate por qué nadie del régimen insiste en la confidencialidad del voto con la misma vehemencia exhibida al reiterar amenazas, incluso para anunciar la inminencia de un baño de sangre. Hacerlo sería mostrar un talante democrático, del cual carecen.

Y no es solo palabrería. Hay jurisprudencia que lo confirman. Por ejemplo, la Sala Electoral del TSJ, en sentencia del 24/10/2019, resalta que el carácter secreto del sufragio es fundamental para asegurar la libertad del elector y evitar coacciones. En otra sentencia del 30/07/2013, refuerza la idea de que el secreto al votar está relacionado con la independencia del elector y la decencia política. Decencia que esperamos prevalezca en este proceso.

Por si fuera poco, el carácter secreto del voto está consagrado en la Carta Magna, específicamente en su Artículo 63, que establece que el sufragio es un derecho que se ejercerá mediante votaciones libres, universales, directas y secretas. Principio fundamental para garantizar la libertad de elección de los ciudadanos, permitiendo que cada elector emita su voto sin coacción ni presión.

No promover el carácter secreto del voto conllevaría a una violación de la Constitución y reglamentos electorales, también al riesgo de coacción y presión sobre los votantes. Además, tendría un impacto negativo en la integridad del proceso electoral y en la responsabilidad institucional, por caso, del CNE. Sin embargo, en la práctica, parece que algunos prefieren hacer la vista gorda, como habría ocurrido en este proceso electoral.

La sentencia del 24 de octubre de 2019, antes referida, dice que el secreto del voto es crucial para que los electores puedan decidir sin miedo a represalias. Pero, ¿acaso eso ha cambiado algo en la realidad? No parece. En este punto, el análisis se torna interesante, habida cuenta del hostigamiento, entiéndase, crimen de persecución política, y las amenazas proferidas o materializadas por el oficialismo y sus adláteres.

En ese contexto de intimidación, inducido con recursos del Estado, cobra relevancia el carácter secreto del voto, ergo, el poder que tenemos de ejercer nuestro voto de manera libre y sin temor a represalias. Esto asusta a quienes aúpan o le hacen el juego al supuesto gallo y explica la narrativa pendenciera orientada a manipular el ejercicio del derecho al sufragio.

De ahí la relevancia de insistir en la confidencialidad del voto, primero, como un factor esencial para garantizar la integridad y la legitimidad de estas elecciones del 28J, y, en consecuencia, para blindar el proceso de transición hacia la democracia, superando manifiestos artificios y mutismos culposos en la promoción del carácter secreto del voto.

Desde esta perspectiva, votar implica ir más allá de las amenazas, intimidaciones o coacciones, porque el voto es una expresión de nuestra ciudadanía y una responsabilidad hacia la sociedad. Al votar de esta manera, generaremos un impacto significativo en la transición hacia la democracia.

La incidencia de votar con esta actitud radica en que al elegir a un presidente de la República que verdaderamente represente nuestros valores y aspiraciones, estaremos fortaleciendo las instituciones democráticas con la promoción de un gobierno más transparente y responsable, factor primordial para el funcionamiento de una sociedad democrática.

Entonces, es importante insistir en que el voto, secreto, es una herramienta poderosa para expresar nuestra voluntad y dar forma al futuro de nuestro país, representa no solo nuestra opinión individual, sino también nuestra responsabilidad como sociedad.

@jolcesal