Algunos amigos han solicitado el diseño de los escenarios posibles frente al acto de juramentación del presidente de la República para el nuevo periodo constitucional que se inicia el 10 de enero de 2025. Antes de iniciar el texto es bueno plantearse algunas inquietudes que pueden contextualizar el enfoque del tema.
Una canción rocolera de nuestros tiempos que remite a juramentos – el tema político de actúalidad en estos tiempos de Navidad y de fin de año en Venezuela – dice prospectiva en su primera estrofa « Si yo muero primero, es tu promesa, sobre de mi cadáver dejar caer, todo el llanto que brote de tu tristeza y que todos se enteren de tu querer.» Se trata de desarrollar que va primero y con mayor probabilidad de ocurrencia con esto del tema de jurar públicamente para el cargo de presidente de la república. Después de eso habrá un cadáver político y tristeza en el entorno.
También antes de hacer cualquier desarrollo que ponga a abultar el texto sobre el tema, es conveniente ilustrar históricamente como ha sido el acto de juramentación del nuevo presidente en la historia republicana de Venezuela en estos últimos años a partir del 23 de enero de 1958.
El inicio de la era democrática fue con el anuncio del contraalmirante Wolfgang Larrazabal como presidente de la Junta de Gobierno. Es probable que Larrazabal haya jurado el cargo ante algo o alguien, o simplemente como régimen de transición asumió el cargo en compañía de la junta sin pasar por esa formalidad de levantar la mano y jurar. Los tiempos políticos imponían en la urgencia darle continuidad al hilo burocrático del gobierno de manera perentoria. Luego está registrado también el juramento de los presidentes Rómulo Betancourt, Raúl Leoni, Rafael Caldera, Carlos Andrés Pérez, Luis Herrera, Jaime Lusinchi, Carlos Andrés Pérez, los breves períodos de transición encabezados por Octavio Lepage y Ramón J. Velasquez, nuevamente con Rafael Caldera, con Hugo Chávez Frías y con Nicolás Maduro. Eso es historia registrada que puede consultarse en Google y YouTube.
De todas ellas, la juramentación menos protocolar y hasta irrespetuosa, fue la del primer periodo de Chávez.
Estas juramentaciónes tuvieron un procedimiento que incluía la toma del juramento a cargo del presidente del congreso o asamblea nacional ahora, la imposición de la banda presidencial, la presencia del presidente saliente, de todos los senadores y diputados, de la representación de todos los poderes públicos, del cuerpo diplomático, de algunos invitados internacionales y del alto mando militar. Una agrupación de parada rendía los honores militares en la sede del parlamento.
Al finalizar el acto en el hemiciclo del palacio federal legislativo, el nuevo presidente de la República sale directo con su Casa Militar al paseo Los Próceres en Fuerte Tiuna donde la Fuerza Armada Nacional encabezada por el ministro de la defensa y el estado mayor superior con una agrupación de parada y desfile le hace el reconocimiento oficial y protocolar a su condición constitucional de Comandante en Jefe.
Esa es la estructura y la secuencia del acto de juramentación de un presidente de la república en la historia republicana reciente de Venezuela.
Vamos ahora a la petición del diseño de los escenarios para el 10 de enero de 2025
Con base a lo expuesto anteriormente solo hay para ese día dos escenarios y ambos son mutuamente excluyentes. Y aquí es donde se prende la rocola con Julio Jaramillo.
El primero: se juramenta Nicolás Maduro con todas las formalidades descritas anteriormente y el segundo: se juramenta Edmundo González Urrutia también con ese ambiente protocolar.
No existen otros diseños prospectivos frente a ese evento, con estas dos posibilidades.
La materialización de uno anula al otro. Alguien va a morir en posibilidades primero y se descargará todo el llanto de la tristeza en el otro sector.
La experiencia venezolana en este paréntesis republicano reseñado anteriormente ha tenido dos referencias en materia de juramentos presidenciales fuera del protocolo y ajenos a esos espacios históricos del palacio federal legislativo que han terminado en lamentables fracasos y amargas decepciones para la oposición.
La juramentación de Pedro Carmona Estanga el 11 de abril de 2002 autojuramentado en el palacio de Miraflores con una duración de 36 horas de ejercicio y la de Juan Guaidó también autojuramentado en la plaza Brion de Chacaito que inició el llamado gobierno interino el 23 de enero de 2019 y cuyo período se esfumó en las naderías políticas y las tonterías de figuración.
Creo que ya cumplí con la tarea de ilustrar los dos escenarios posibles para el próximo 10 de enero. El encargo de establecer cuál de los dos es el que tiene la mayor probabilidad de activarse y justificarlo puede formar parte de otro texto.
Pero una pregunta para ustedes con todo el contexto ilustrado y la representación desarrollada ¿Cuál de esos dos escenarios creen ustedes que tiene mayores probabilidades de materializarse según el histórico que existe?
Finalmente, y aunque no forma parte del pedido, si debo decir que la solución al problema del cambio político para hacer realidad los resultados electorales del pasado 28 de julio no está en una juramentacion convencional a la manera protocolar de los otros presidentes anteriores; y si en una convocatoria para una movilización indefinida de la gente en la calle que presione la salida de todo el régimen, que provoque nuevas autoridades en los poderes públicos ante las cuales juramentarse el presidente electo Edmundo Gonzalez Urrutia y que haga viable el futuro de la nueva Venezuela.
Seguir insistiendo en el 10E como un objetivo fundamental en una fecha que juega por completo a favor del régimen, por encima del 28J – el día específico del golpe de estado – es asignar de manera errónea una prioridad política y estratégica inconveniente y asumir planes en la dirección incorrecta. Ese dia una de las dos opciones políticas va a languidecer hasta morir y a partir de allí la rocola agarrará volumen « Si tú mueres primero, yo te prometo, escribiré la historia de nuestro amor. Con toda el alma llena de sentimiento, la escribiré con sangre, con tinta sangre del corazón »
Noticias Relacionadas
El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!
Apoya a El Nacional