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Nubes y oscuridad 

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Semanas de retos y grandes noticias abrazaron el corazón mientras se meditaba en unas pocas líneas que disparan los pensamientos abrigados con quietud. El salmo completo habla de lo grandioso que es el regente de los cielos, abre con la afirmación total de que él es quien reina, lo cual debe llenar los corazones de alegría; pero continúa diciendo que nubes y oscuridad hay en torno a Él. En tal sentido, el espíritu se ancló y fue totalmente inevitable cavilar, como quien deambula de día y de noche, en aquella pequeña frase que decía “nubes y oscuridad alrededor de él”.

Sin ánimo alguno de llegar a rigurosidades recordé las veces que ciertas cosas me resultaban oscuras a los ojos y el corazón, y solo por su gracia en este tiempo comprendo, así como quizás otras tantas siguen siendo muy opacas ante estos lentes imperfectos. En tal sentido, considero que de acuerdo con la temporada que se esté viviendo, algunas cosas son claras e iluminadas mientras otras no, sea por madurez o la falta de ella; pareciera que una constante puede ser la sensación de cosas poco divisables acerca del Creador. En nuestra finitud es minúsculo lo que podemos entender realmente de alguien eterno.

En una vida de preguntas y curiosidades engalana el espíritu si se logra alcanzar gracia para que algunas de ellas reciban una respuesta oportuna en la voluntad benigna de entender y querer aprender. Considero que hay dos o más actitudes con las cuales un corazón se inquieta al punto de preguntar; entre las más fuertes están: la primera que es una sed constante por aprender, comprender e interpretar aquello que cautiva nuestra atención, y la segunda probablemente sea una necesidad de contender, enfrentar o confrontar una situación o persona en particular. 

Todo aquello recrea la psiquis y la verdad a medias de que, en torno a la soberanía, poder y gloria del Padre hay algunas nubes y oscuridad asignadas por almas tendientes a esta última. Los corazones laten con lentitud cuando la desgracia se hace presente, pero evaden toda responsabilidad ante el deslizamiento voluntario en toboganes que conducen a maldad y que cada cual decide tomar. Percibo que aquellas nubes y oscuridad son adjudicadas más por un reflejo de la opacidad interna que se proyecta con soltura, cuando el corrupto bombeador del pecho no asiente con entendimiento frente a los designios divinos.

@alelinssey20

 

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