Una nueva categoría de los premios Nobel sale a concurso: Antisemitismo, en esta oportunidad los nominados son: António Guterres; la Corte Internacional de Justicia y la Agencia para los Refugiados Palestinos (UNRWA).
Estas nominaciones ya acordadas de antemano son una aberración, es la legitimación del odio traducido en antisemitismo. Además, es parte del “plan”, que se han propuesto globalitas y algunos milmillonarios para someter a las masas e imponer un nuevo sistema de vida.
Todo pasa por generar desinformación, una mala calidad de educación, la erradicación de la meritocracia, el ataque a la fe, a la familia y a los valores tradicionales, la promoción del aborto, privilegiar a las minorías, etc.
Hay que cumplir las pautas antes de que se produzcan cambios en la política internacional, por eso y a pasos agigantados se nombran en los cargos más importantes de entes multilaterales e internacionales a personas obedientes, se les otorgan premios Nobel de la Paz a piratas y guerrilleros para lavar su pasado; el Vaticano está en la ecuación.
Me da mucha vergüenza con Shimon Peres, María Teresa de Calcuta, Mahatma Gandhi, Malala Yousafzai, Al Gore, Kofi Annan, Elie Wiesel, Lech Walesa, Menachem Begin, Muhammad Anwar Al-Sadat. Todos ellos sí que se curraron ese premio, cambiando el destino de muchos para bien, salvando millones de vidas.
No creo que haga mucha falta destacar las cualidades de los postulados, pero todos tienen un denominador común: el odio al pueblo hebreo, a los hermanos mayores como bien lo señalaba su santidad Juan Pablo II. Hay suficientes pruebas que demuestran esa animadversión por Israel y su gente. Sobre la URNWA, se ha demostrado cómo algunos de sus funcionarios están directamente involucrados con los terroristas de Hamás, cómo se utiliza la logística de ellos con los logos de Naciones Unidas para traficar armas y participar en actividades absolutamente ilícitas; además, recientemente, cuando el ejército de Israel dio muerte al terrorista jefe de Hamás Yahya Sinwar, en sus pertenencias se consiguió un pasaporte con identidad falsa que lo señalaba como profesor de la UNRWA.
Después de este tropezón, de la degradación de ese premio, de pronto en algún momento se premiará al presidente de Siria, o crean el Nobel en categoría post mortem para recordar a Sadam Husein, Bin Laden, Fidel Castro, el Che Guevara; no lo sé.
Esto además del hedor que hay alrededor de quienes nominan a los Nobel, es un síntoma más de que estamos viviendo en el mundo al revés. No se comprende el hecho de que habiendo tantas personas con méritos para recibir una distinción como esa, se conceda un regalo de protección a quienes han infundido la maldad y no aportaron nada a la humanidad. Los Nobel se han convertido en billetes falsos.
“El carnaval del mundo engaña tanto que aquí aprendemos a reír con llantos y a llorar con carcajadas” .
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