El año se acaba y con ello a todo el mundo le entra la sensación de dejar el pasado atrás y concentrarse en nuevas metas y en lo que está por venir. Aun así, para el peruano el 2022 será un año difícil de olvidar, y de seguro cuando tengamos un sistema educativo decente, será también un año para estudiar en todos los colegios. Por lo que me gustaría recopilar algunos de los eventos realizados por la izquierda, más denigrantes, de este año.

El 2022 lo empezamos a la grande, todos pegados al televisor viendo la entrevista del prosor a la CNN. Como olvidar cuando el ahora ex presidente afirmó que no sabía gobernar y que estaría dispuesto a darle salida al mar a Bolivia, si el pueblo lo aceptaba. Con esto, también vimos al cojudigno promedio y al típico caviar defendiéndolo y reafirmando que aún con estas declaraciones, seguirían votando por él.

Recordemos los más de 70 ministros que siempre eran apoyados por el sector zurdo en el Congreso. Incluyendo a un ministro de salud que promocionaba agua arracimada para solucionar problemas metabólicos. Una lástima que ningún congresista rojo o caviar asistiera al consultorio de Condori.

No hay que olvidarse cuando en abril nos trataron de aprisionar a todos en nuestras casas, con un toque de queda burdo e irracional por parte de Castillo. Elogiado por los caviares quienes la vieron como una medida centrada. Pero que el peruano no aceptó y decidió no solo ir en contra de esta, sino que decidió convocar una marcha y demostrarle a toda la izquierda que estaban hartos de sus disparates.

Ese mismo mes vimos cómo se paralizaron minas en Cuajone y las Bambas porque Castillo y los socialistas estaban en contra de la minería -así como del crecimiento del país-.

Recordarán que por meses se habló de la tesis plagiada del prosor, al punto que se volvió un tema cotidiano. Defendiendo lo indefendible, para variar los caviares lo victimizaban “pobre hombre lo acusan de todo”, mientras que había uno que otro rojete, que decía que, a la larga, lo de la tesis y los estudios no son un tema relevante ni importante para que cumpla su rol en el Estado.

No se olviden que en el 2022 la izquierda, el lápiz, decidió que el color blanquirrojo no nos representaba. ¡Al parecer nuestra bandera no era muy peruana! Los rojos realizaron un bosquejo horrendo, una copia demencial de la bandera boliviana, para decirnos que esa representaba más las diversidades étnicas y culturales que hay en el Perú.

Los caviares también trataron de asumir el poder. Fue en julio cuando presentaron la “propuesta ciudadana” que buscaba un adelanto de elecciones para “independizarse de los corruptos” de forma “apartidaria” a pesar de sus vínculos con Sagasti y por supuesto, el Partido Morado.

Internacionalmente vino la OEA con el progresismo de la Agenda 2030 a “solicitar” que incluyamos en la Constitución temas “de tolerancia” como la aceptación de matar bebés, es decir, la legalización del aborto y “reconocer” la identidad de género.

La izquierda también decidió ir al Vaticano a mentirle al Papa. Landa fue a Roma a contarle a Francisco que el gobierno socialista lo estaba haciendo de maravillas y que vivíamos en un país rico sin gente pobre.

Por último, la izquierda nos orquestó un golpe de Estado fallido que, tras la negativa de los militares para apoyarlo, se volcó en “manifestaciones”, es decir atentados terroristas por parte de gente repudiable que solo velaba por el caos. Con el fin de tener una asamblea constituyente que favorezca a su promotor, la izquierda.

Artículo publicado en el diario El Reporte de Perú


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