Tengo la sensación de que la ayuda en armas a Ucrania va con cuentagotas y en cantidad insuficiente para que pueda ganar la guerra. Occidente tiene armas en exceso para que los ucranianos puedan expulsar al ejército de Putin fuera de su territorio incluyendo Donbás y la península de Crimea. Es cierto que Rusia, siendo infinitamente más débil que Occidente, al igual que algunos de sus socios tramposos y gamberros, pueden hacerle un cierto desaguisado al mundo. Ese no es el problema.
Si cualquiera de ellos lo hace, la principal víctima serán ellos. A no ser que dejemos que el mundo sea dominado y gobernado por la parte perversa de nuestro mundo. Hablamos de los liberticidas, dictatoriales, incumplidores de casi todos los derechos humanos, corruptos, criminales y ladrones de los activos económicos de su pueblo, son gente como Putin, Xi Jinping, Kim Jong-un, Díaz-Canel, Daniel Ortega, Aleksandr Lukashenko, Obiang Nguema, Robert Mugabe, Paul Biya, Fayez al-Sarraj, Pierre Nkurunziza, Gurbanguly Berdymukhamedov, Emomali Rahmon y otros amigos, todos ellos forman parte del grupo desestabilizador capitaneado por Putin y Xin Jinping.
Hay que actuar con equilibrio, sensatez, pero siempre avanzando algo, nunca retrocediendo. China, con sus prácticas totalitarias, costumbres alimentarias indebidas, oscurantismo, continuas mentiras y mínima colaboración con el mundo, generó una destructiva pandemia en el mundo con el COVID-19. Supongamos que ellos no son los culpables de su origen, lo que es mucho suponer, me refiero a su gobierno represor y totalitario. Pudiendo ayudar a detener la pandemia, cooperando con el mundo informando a tiempo, explicando el origen y lo que sabían y saben del virus, no lo han hecho ni piensan hacerlo.
Se aprovecharon de los problemas del mundo con la COVID-19 para sacar ventaja económica y política. Todos los países del clan de los tramposos y gamberros son máquinas de mentir permanentemente sobre cualquier cosa. Putin es un filonazi, imperialista, hipernacionalista simultáneamente filocomunista, de extrema derecha liderando países de extrema izquierda, como ya he manifestado anteriormente, esto, aunque extraño, es una lamentable realidad. Hipotéticamente, en el arco político ruso, el partido de Putin es de centro, pero no se puede ser de centro simultáneamente y ser represor, ultranacionalista, imperialista, liberticida y criminal de guerra. Tampoco, teóricamente, se puede ser comunista y ultracapitalista como China. Es el uso continuo de la mentira, la estafa ideológica, la práctica dictatorial, en el caso oportuno el falseamiento electoral como Rusia, Nicaragua o Venezuela y en todo caso el control de los medios de comunicación, el imperio del terror, las continuas amenazas, la acumulación de grandes fortunas para sus dirigentes, correligionarios, familiares y amigos.
Los gobiernos de China y Rusia son responsables de los dos grandes problemas con grave incidencia mundial desde 2019, la pandemia y la invasión de Ucrania. Dejarles a ellos y al resto de países dictatoriales, tramposos y gamberros hacer lo que quieran es un mal asunto y de grave daño para el futuro del mundo, las libertades, la democracia y los derechos humanos.
Un buen amigo que vive en Panamá, José María Ruiz, que fue hace años alcalde socialista de un pueblo español de Andalucía, después de leer mi artículo del “Diario político de la invasión”, me dijo: “No queda otra que ganar la guerra, si no Rusia será el avance firme de las ideologías totalitarias, el fin de las democracias occidentales”; así lo he manifestado varias veces, que Putin quería una invasión rápida y total de Ucrania con el asesinato de Zelenski y poner en su lugar un dirigente títere manejado por él al estilo de lo que hacía la URSS en Europa Oriental. En sentido contrario, la única posibilidad de que Zelenski y Ucrania ganen la guerra es con paciencia, tesón, tiempo, mucho esfuerzo y sufrimiento. Europa, occidente, la democracia, los valores, la libertad y el mundo necesitan que Ucrania gane la guerra. Lo otro sería “pan para hoy y hambre para mañana”. Posiblemente ni eso, sería mucho sufrimiento y daño económico con consecuencias en el mundo para hoy y mucho peor para el futuro. No debemos aceptar el chantaje permanente de los países dictatoriales, tramposos y gamberros. Echémosle paciencia a esta invasión, ayudemos con más armas a Ucrania y avancemos hacia un mejor mundo con más libertad, democracia y derechos humanos.
La lucha del pueblo ucraniano es la defensa heroica de un país, un ejemplo de valentía, en favor de la libertad y la democracia del mundo. Si les abandonamos seremos unos miserables y traidores de la razón, del pueblo ucraniano, de los valores democráticos y de la libertad. Nadie debe perdonar a quien cometa esta grave ignominia. Me refiero de manera más relevante a nuestros dirigentes de Europa y Estados Unidos, en el caso de que lo hagan, pero también de todos sus posibles colaboradores de esta posible traición.
La victoria de Ucrania es una obligación de todos, pero parece que a los líderes de Occidente les está costando entenderlo. ¿Alguien puede imaginar un mundo con una Rusia democrática y libre con la que soñó y trabajó para ello Gorbachov? China hizo lo más difícil, reorganizar su economía hacia la economía de mercado, aunque en la opción de capitalismo salvaje, está disfrutando de ese gran paso. Era normal darles un tiempo para que se adaptaran hacia un proceso de transición democrática hacia la libertad y el cumplimiento de los derechos humanos. Ya llevan 30 años desde la llamada “inspección del sur de Deng Xiaoping” con la que reanudaron el programa de “reformas y aperturas”. Lamentablemente este proceso no avanzó como pedía Xiaoping en la lucha contra la corrupción, ni con las reformas y aperturas políticas hacia la democracia. En la moda actual de los eufemismos, al capitalismo salvaje China lo llama socialismo de mercado, es una absoluta mentira, es un país sin Estado de bienestar y con gravísimas diferencias sociales y económicas. Por supuesto, dictadura de forma oficial, represiva, liberticida, ni atisbo de democracia ni cumplimiento mínimo de los derechos humanos. No hay sindicatos, ni derechos laborales ni sociales, ni controles de salubridad en el trabajo, ni los debidos controles higiénicos en todo el país. Un total oxímoron ideológico.
Hoy, día 53 de la invasión, parece que Rusia no tiene ningún interés de negociar la supuesta paz. Quiere la rendición más o menos de Ucrania, por supuesto quedarse con el este, posiblemente el sur, manteniendo Crimea. No creo que se les pase por la cabeza compensar a Ucrania por los daños infligidos de forma arbitraria e injusta en la criminal invasión, tampoco parece que vaya a aceptar un alto el fuego mientras se avance en las posibles negociaciones. Zelenski hace bien en pedir negociaciones, aunque creo que no haya una posibilidad de llegar a ningún acuerdo mínimamente aceptable para Ucrania. Putin ha venido a lo que ha venido. Después de fracasar con el intento fallido de conquistar Kiev no consigue culminar el asedio de Mariúpol. Según recoge el diario Infobae, “la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, pidió a los países del bloque acelerar la entrega de armas a Ucrania porque solo así podrá sobrevivir en su lucha definitiva contra Rusia, la guerra puede durar meses, incluso años”.
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