No recuerdo a quién en los últimos tiempos le escuché decir esa frase. Si recuerdo la frase que escribió en la prensa el articulista de muchos años en El Nacional, justo al momento cuando Hugo Rafael aceptó someterse al referéndum revocatorio. “Arránquenle el brazo a Chávez con esa propuesta”. Fausto fue el pitoniso de nuestro presente. Bendita sea mi memoria.
En los gobiernos democráticos con elecciones directas, existe la libertad de votar por quienes queramos. También existe el riesgo de elegir a alguien que no quiera respetar la alternabilidad democrática y utilice el poder del gobierno para eternizarse en el poder. Si por casualidad “eso” les recuerda algo, es porque a veces la realidad
supera la ficción y porque ustedes que no han leído, no se han instruido y no saben un carajo de política, podría parecerles una coincidencia. No es así.
¿Qué ganamos con volver a la abstención? Guillermo Ramón Aveledo.
Quien llame a la abstención esta vez, se va a arrepentir el resto de su vida. José Guerra.
“El poder no es un medio, sino un fin en sí mismo. No se establece una dictadura para salvaguardar una revolución; se hace una revolución para establecer una dictadura” George Orwell.
¿Qué sentido tiene rendirse cuando estás ganando? La lucha es hasta el final ¿o no? Es que el final solo se circunscribía a ganar una elección para acceder al Poder Ejecutivo Nacional.
Los estados, los municipios, las parroquias y los ciudadanos; ¿nunca formaron parte de esa ecuación? ¡Es que acaso no importan! ¿Nos rendimos por no poder cobrar? Nos deprimimos o le seguimos echando bolas cuando tenemos al equipo ganador, a los mejores jugadores, al mejor manager y nada más y nada menos que a quien tiene todas las
barajitas para que la gente entre a vitorear el triunfo en el juego.
¡No me parece! Juego ganado no se tranca.
Ah bueno. Sí, es cierto. Nos pueden hacer triquiñuelas y desconocer resultados. Corremos el riesgo de perder la libertad. Tal vez si ganamos y nos reconozcan la victoria nos limiten los recursos y logren minimizar nuestro apoyo a los ciudadanos. Sí, es lo más probable. ¿Y qué? ¿Es que las regiones y la provincia no son parte de la lucha por
rescatar nuestra institucionalidad? Y qué. ¿Es que los ciudadanos y el pueblo del interior de la república tiene menor peso específico que los capitalinos? Me niego a creerlo.
Considero que se debe participar siempre. Es nuestro derecho y nuestro deber. Quienes participen en política tienen la obligación de colocar por encima de su bienestar personal el bienestar colectivo. No puede un político anteponer su orgullo por encima de todo un pueblo. Los votos son como los hijos. Hoy están… mañana no.
El gobierno de Estados Unidos recientemente envió a un negociador para lograr la libertad de sus ciudadanos norteamericanos. ¿Con quién negocio? Les digo claro y raspao: con quien ejerce el poder de hecho, con Nicolás Maduro. Luego de estar sus ciudadanos libres el gobierno norteamericano no lo reconoció como presidente. Gran vaina, pero si fue el mismo Nicolás Maduro, a quien acudió para poder liberar a varios de sus ciudadanos americanos. Nadie del equipo ganador se ha preocupado ni por sus propios generales en la batalla del 28 de julio.
María Oropeza sigue privada de libertad, aun cuando el mismísimo jefe de la OEA le concedió privilegios. ¿Quién será que entiende de una vez por todas que?
“La guerra es la continuación de la política, por otros medios”. No lo digo yo, es una frase de Carl von Clausewitz.
Me informaron que en el pleno de UNT se acordó. 1.- Solicitar la liberación de los presos políticos. 2.- Defender y luchar por el respeto a las condiciones electorales. 3.- Exhortar a los partidos que consulten a su militancia sobre la participación. No me parece descabellado. Creo firmemente en la ruta electoral.
No voy a participar. No tengo temor por ser vilipendiado, difamado, hostigado y hasta calificado de colaboracionista o alacrán. Le temo a que todos los que lo harían luego no aceptarían lo mucho que les recordaría su progenitora, y la manera impecable como les devolvería sus “palabristas ofensas”. No tengo rabo de paja. No soy ladrón ni
estafador y si piensan ofenderme les diré como el chiste. … ¡A mí se me pasa mañana!
Por favor María, piénsalo, evalúalo, decídete. Llama a que los ciudadanos participen y voten. Tal vez podrías lograr que ellos se sintieran sorprendidos y tuvieras nuevos aliados en las regiones. Es solo una súplica… bastante sustanciada.
Aún tenemos elecciones “Arranquémosles el brazo a quienes nos pretenden coartar nuestras libertades y nuestras ideas”. El idealismo es a prueba de balas.
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