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“No nos rendiremos jamás”

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Foto: National Portrait Gallery

 

El 5 de junio de 1940 Sir Winston Churchill, primer ministro del Reino Unido, pronunció ante la Cámara de los Comunes un discurso histórico, en cuyas palabras, de absoluta y cruda vigencia, los venezolanos podemos encontrar más fuerza si cabe para la impostergable tarea de recuperar la libertad y la democracia, como mandato soberano de las elecciones del 28 de julio de 2024.

Pongamos en contexto el discurso de Churchill. Se estaba al comienzo aún de la Segunda Guerra Mundial. Más de 300.000 soldados ingleses, franceses y belgas estaban aislados en las playas de Dunkerque, ciudad portuaria del norte de Francia, a merced del ejército alemán y su poderosa aviación. Cuando se presagiaba un desastre bélico de proporciones incalculables, se lanzó la Operación Dinamo para rescatar a la mayor cantidad de hombres de la tropa. La evacuación fue tan exitosa que pasó a la historia como “El milagro de Dunkerque”. El director cinematográfico Christopher Nolan contó esta historia en la que es considerada su mejor película, Dunkerque (2017), por la cual Gary Oldman, que interpretó a Churchill, se alzó con el Oscar al mejor actor. 

El líder británico ya era célebre por un discurso anterior pronunciado el 13 de mayo de 1940, unos días después de haber asumido el cargo de primer ministro, cuando ofreció a su pueblo “sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor”.  Tres semanas más tarde, con Francia bajo dominio alemán, sin que Estados Unidos decidiera su participación en el conflicto, pero con la operación de salvamento completada, Churchill en una intervención de media hora mostró la determinación del gobierno y del pueblo para enfrentar la  descomunal y terrible agresión nazi. Dice:

“Personalmente, tengo completa confianza en que, si todos cumplen con su deber, si no se descuida nada, y si se llevan a cabo los preparativos, tal como se está haciendo, una vez más demostraremos que somos capaces de defender nuestra isla natal, de alejar la tormenta de la guerra, y de sobrevivir a la amenaza de la tiranía, si es necesario durante años, si es necesario, solos”.

 

Y continúa: “A pesar de que grandes territorios de Europa y muchos antiguos y famosos Estados hayan caído o vayan a caer en las garras de la Gestapo y de todo el odioso aparato nazi, no flaquearemos ni fracasaremos”.

Churchill remata con la parte más emotiva que resume en pocas palabras la decisión de lucha por encima de las enormes dificultades que supone:

“Llegaremos hasta el final, lucharemos en Francia, lucharemos en los mares y océanos, lucharemos con creciente confianza y creciente fuerza en el aire, defenderemos nuestra isla, no importa cuán alto sea el precio, lucharemos en las playas, lucharemos en los aeródromos, lucharemos en los campos y en las calles, lucharemos en las colinas. No nos rendiremos jamás”.

Las circunstancias y los escenarios son otros. También las armas. Las del pueblo venezolano son la razón, la voluntad mayoritaria de la gente y la convicción firme de que todos unidos lograremos el anhelo de la libertad y la democracia por la que tanto hemos luchado. No nos rendiremos jamás.

 

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