Esta semana recibimos como regalo adelantado de Navidad, un nuevo apagón en todo el país; “afortunadamente” fue de madrugada, aunque no por eso deja de afectar el funcionamiento de muchas cosas, entre ellas, la operatividad en los centros de salud.
Sin embargo, es propicia la ocasión para recordar que el colapso de los servicios públicos en Venezuela es a todos los niveles (agua, aseo urbano, combustible, transporte público, vialidad, entre otros), gracias a la “gestión” del socialismo. Sin duda alguna, toda esta situación es de terror, pero de ahí a que sea “terrorismo” como lo quieren hacer ver una vez más desde el gobierno, hay un largo trecho.
No puede ser que con cada situación que lamentablemente nos afecte como ciudadanos la respuesta del régimen sea siempre evadir su responsabilidad. Es público, notorio y comunicacional que no solo la Represa Simón Bolívar (Guri) tiene el acceso restringido, sino que esta zona está militarizada.
No podemos olvidar, ni pasar por alto que la crisis eléctrica comenzó en el año 2009, motivado a que en el Plan de Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional (2003-2007) solo se añadió 20% de los megavatios planificados, situación que llevó a que el presidente Hugo Chávez declarara la emergencia eléctrica y creara el Ministerio de Energía, afirmando en aquel momento que para 2011 tendríamos el mejor sistema eléctrico del continente. Doce años después y habiendo “invertido” más de 100.000 millones de dólares, lamentablemente la corrupción nos mantiene sin un sistema energético eficiente, así como la falta de mantenimiento, sumado a la ineficiencia por falta de profesionalismo.
Todo esto ocurrió mucho antes de que Nicolás Maduro tomara el poder, de que cayeran los precios del petróleo y de la llegada de las sanciones.
Es hora de que el gobierno asuma su responsabilidad, que tome el toro por los cachos y dejen de una vez todos esos cuentos y novelas que ni siquiera su propia gente se cree. A lo largo de todos estos años nunca han mostrado pruebas que confirmen alguna de todas esas historias a las que nos tienen acostumbrados. Ya no resulta -por decir lo menos penoso- ese papel del gobierno de querer endosar siempre toda su responsabilidad a terceros.
Por otro lado, recuerdo que fuimos pocos que en el año 2018 –entre ellos el hoy rector Enrique Márquez- los que desde la Asamblea Nacional pasada alzamos nuestra voz y nos opusimos al veto de la mayoría de ese Parlamento que decidió negar el crédito de 350 millones de dólares que la Corporación Andina de Fomento y el Banco de Desarrollo de América Latina aprobó para ir recuperando el Sistema Eléctrico Nacional en estados como el Zulia, Nueva Esparta, Mérida y Táchira; se negó bajo el alegato de que aprobar ese proyecto sería “darle oxígeno al gobierno”. Lo cierto es que resulta inaudito que algunos “líderes” continúen pensando en que hay que ahorcar a nuestro pueblo y ayudar a la destrucción del país para poder lograr un cambio político. Definitivamente la torpeza política y la miopía son cada vez más grandes.
Desde Unidad Visión Venezuela tenemos claro que es prioridad la recuperación del Sistema Eléctrico Nacional, entendiendo que sin energía es imposible la recuperación económica y por ende solo habrá cada vez más pobreza, por ello nuestra apuesta continua siendo a que podamos llegar a los acuerdos mínimos que el país reclama.
No se puede seguir desconectados de los problemas de la gente, ni continuar difiriendo más las soluciones, no más excusas. La victimización ya no conmueve a nadie. Nosotros vamos a seguir insistiendo en la urgencia de llegar a un punto intermedio entre el “vete ya” y “la revolución llegó para quedarse para siempre”.
@OmarAvilaVzla