Este análisis es una aproximación a los hechos en desarrollo desde una perspectiva crítica. Comencemos por unas afirmaciones preliminares que precisan parte del contexto:
La estrategia del régimen está basada en la necesidad de más músculo para la negociación con los gringos y la permanencia en el poder a todo costo. Eso les permitiría seguir cosechando triunfos ya que entregando muy poco lograron el cese de las sanciones y enseguida adquirieron nuevas fichas de canje apuntando ahora al entorno inmediato de MCM. El movimiento del Esequibo no era algo que seriamente pudiese intentar un régimen que sabe que su ejército es un partido armado y que militarmente hablando es muy débil, pues no está debidamente entrenado ni su apresto se encuentra a punto. Así que la intención nunca fue bélica sino política y básicamente para fortalecer su posición en la negociación. Además, esta estrategia parte del principio de que por encima de cualquier otra cosa, los norteamericanos tienen interés claro en sacudirse el tema Venezuela antes de las elecciones en Estados Unidos y eso les da una ventaja en la mesa.
María Corina Machado (MCM) creció como real dirigente de oposición sin jugar con las armas del régimen: en efecto, la ruta seguida durante el desarrollo de su liderazgo jamás ha sido la delineada por el status quo. De allí el factor sorpresa. Recordemos: “Es una locura que enfrente a Chávez directamente”, lo hizo cara a cara. “¿Competir en unas primarias con Capriles? Está loca”, se presentó y llegó hasta el final hace 11 años. “Solo un suicida se iría de la MUD”, decidió irse a un largo tránsito por el desierto antes que claudicar. “Enfrentar al régimen en las calles es imposible”, a las calles se fue. “Marcar diferencias públicas con el interinato la retrataría como divisionista y hasta traidora”, con contundencia se desmarcó del Cucutazo, Monómeros y otros sonados affaires y hasta impuso una frase histórica: “Conmigo no cuenten para eso”. “Retar a unas primarias la desdibuja… no se va a atrever”, los llevó a eso y les pulverizó. MCM luce cómoda peleando en las situaciones extremas porque no ha temido morir en su ley. Los intentos por “domesticarla” han fracasado. Insistieron nuevamente, pero esta vez con el procedimiento tortuoso y engañoso de una rehabilitación hipotética que se resumía en algo como esto: que MCM subiera al cadalso por sí misma y pusiera su cabeza allí mientras sus peores enemigos deliberaban con la guillotina pendiendo sobre su cuello. Nuevo intento con intenciones de domesticarla empujándola al camino de inmolación diseñado para redimir a Capriles y otros, forzarla a ser la enterradora del TSJ en el exilio y finalmente sacrificarla con suficiente anticipación como para contener la reacción popular venezolana, así como la de los americanos usando la bandera de la separación de poderes.
MCM se hizo grande como campeona del anti-status quo y no como campeona de la unidad politico-partidista: recordemos bien, creció diferenciándose de boliburgueses, colaboracionistas, timoratos y alacranes, estuviesen en la frontera política donde estuviesen. Se negó a fotos y hasta que le alzaran la mano junto a quienes eran parte de ese status quo independientemente de que algunos se autocalificaran de oficialistas u opositores. Su discurso jamás fue de unidad político-partidista sino de la “unidad del país desde abajo” y, por ende, de contraste.
MCM nunca ha sido la opción preferida del gobierno norteamericano de turno: por el contrario, fue objeto de innegable subestimación por parte de quienes decidían las políticas con respecto a Venezuela y se tomaban animadas fotos con el mismo status quo que ella combatía. Incluso un embajador americano fue quien la desautorizó públicamente. Otros le cerraron acceso a la Casa Blanca para abrírselo a quienes propugnaban el cese de las sanciones y la revisión de los casos de connotados boliburgueses. Eso no hizo mella en su ascenso, sino que la propulsó con independencia suficiente para no ser señalada como «representante del imperio».
El equipo original de María Corina ha sido inexpugnable: el régimen y sus colaboracionistas jamás pudieron acceder a su equipo más cercano. Fui testigo de excepción de que ni siquiera lo intentaron abordándolos directamente. Sabían que allí no podrían infiltrarse. Por eso, desmantelarlo es un deseo permanente.
Le ha ido mejor cuando la subestiman: por años escuchamos afirmaciones tales como: “¿Tú crees que la gente va a pensar en una mujer para salir de esta crisis tan dura?” y ya eso no es ni tema electoral ni existe duda alguna de su reciedumbre. “No tiene ni 1% en las encuestas”… pensar que el mismo encuestador que decía eso tuvo que advertir que se había convertido en un fenómeno arrollador. La Chamorro ganó cuando no la tomaban en serio, Bolsonaro se coló en la recta final apenas después de la puñalada, Milei era el hazmerreír de la casta.
Nadie ha ganado como ella: hagamos memoria y veremos que ni siquiera Chávez ganó alguna vez con magnitudes como las del arrase del 22 de octubre. Es más, comparando con otra victoria rutilante en primarias, Oswaldo Álvarez Paz, que fue en su momento un palo a la lámpara, no alcanzó los registros recientes de Machado ni por asomo.
Sin embargo, aún no se ha ganado el campeonato mundial. Solo se venció en una pelea por vía de nocaut fulminante para asumir el rol de principal aspirante. Esto no se puede olvidar porque en Venezuela el cementerio de la política está lleno de urnas blancas donde yacen triunfalistas históricos.
Ahora bien, el status quo ¿ya está liquidado? ¡No! De hecho planea una tormenta perfecta para entre todos intentar liquidarla electoralmente. Una suerte de Fuenteovejuna, ¡todos a una!
¿Cómo? Veamos.
Intentarán desnaturalizar su liderazgo: para ello tratarán de mitigar su discurso original en favor del unitario y menoscabar su autoridad moral asimilándola a la MUD y sus personeros. A Henrique Salas lo fulminó Alfredo Peña en una entrevista el último día de campaña al llamarle 17 veces al aire “el candidato de AD y Copei”. A Guaidó lo retrataron sistemáticamente con las caras más cuestionadas de la política opositora venezolana desde el principio. Se ve venir la misma intención. Para ello se valdrán de acciones específicas tales como intentar rodearla de pasado, venderle que el rupturismo ya no es necesario sino que es momento de dar paso solo a los «mensajes de Estado», que el jean y la camisa blanca deben alternarse con el traje elegante… porque Rocky ya no es tan presentable en sociedad como una Thatcher y que la diferenciación ya no es necesaria en razón de la magnitud de la victoria. Quien así cree sólo cabe recordarle que Milei no mitigó su discurso ni apariencia hasta la semana final de la segunda vuelta, por ejemplo. Pero se pondrán manos a la obra para lograr eso aprovechando los egos de los grandes mariscales de trágicas derrotas que disfrutan de «pescuecear» para lograr fotos que a ellos les puedan dar aire pero que a ella le pesarían como un collar de bolas criollas. Carmona y Carlos Ortega podrían escribir un libro al respecto. Entonces: ¿una coalición? No parece buena idea. Rocky llevaba un pelotón de espontáneos detrás pero no iba acompañado de nadie al frente. Sencillo. Las encuestas demuestran que justificadamente o no, la confianza la depositó la gente en ella… y en nadie más. Eludir el abrazo del oso y el contagio del uranio enriquecido es tarea precisa al día de hoy y nadie tiene suficiente entidad electoral como para molestarse por ello.
Tratarán de infiltrarla: de múltiples formas, por la vía de los fondos, por vía de gente cercana, por vía de oportunistas recién incorporados. Y es que en un tiempo donde los oficialistas están detrás de muchas jugadas opositoras y son los pulmones financieros de diversos liderazgos de este lado, parece sencillo acercarse al nuevo centro de poder. Y hay gente con presencia radioactiva que al acercarse hace caer presos a amigos, cercanos y todo se llega a saber. Siquiera contactarlos es peligroso. Aprovecharse de la confusión es algo que siempre tratan de hacer, pero rígidos controles internos habían funcionado hasta ahora.
¿Por qué el anuncio contra Alviarez, Urruchurtu y Macero lo hicieron exactamente a la misma hora en la cual los imputados estaban sentados en la rueda de prensa de Machado en la que anunciaría la no aceptación de la via de rehabilitación ofrecida por el régimen? Sencillo. Ya sabían que esa era la decisión que anunciaría MCM y quisieron que ella supiera que lo sabían de antemano. Le llegaron.
Buscarán inmovilizarla: cuando Oswaldo ganó holgadamente las primarias de 1993 se fue a descansar por unos días y la plana mayor de su comando de campaña se instaló por semanas en la playa. Grave error. La explicación de ese inmovilismo era sencilla: «No pasa nada… estamos a la espera de que varios procesos que no dependen de nosotros se terminen de decidir¨. Mientras, Caldera aprovechó aquellos días con intensidad. Así comenzó el principio del fin y este error nos privó de quien hubiese sido un gran presidente. Inmovilizar a MCM es tanto como mantenerla ajena a los centros de toma de decisión, llámese mesa de negociación en Barbados, llámese acceso a la agenda americana, llámese como se quiera llamar. Eso la deja en una situación similar a Tom Cruise en Misión Imposible 1: guindada y a la espera, cuando debería ser ella quien liderara todos los espacios de diálogo, negociación y decisión. Más de un mes después de aquel 22 de octubre, a eso juega el régimen al negarse a negociar con ella, a eso contribuyen los mediadores cuando no imponen a rajatabla su participación y eso transmiten los del pasado opositor al optar por no separarse motu proprio del proceso y tratar de mantener el escenario con la MUD como protagonista. Inmovilizarla también es acorralar su esquema operativo cotidiano. Molestar, amedrentar y lograr temor paralizante, lo cual es una consecuencia perfectamente humana. No es el caso de ella, a quien este tipo de acciones termina por enervar y catapultar hacia la acción… pero sí de muchos otros mortales.
Harán lo posible por deslegitimar su participación: por ello la inhabilitación la tendrán como debate recurrente aunque de planificada resolución. Es más, intentarán seguramente fortalecerla con algún testigo estrella para relanzarla agregando algo relacionado con el referendo sobre el Esequibo. Seguramente lo decidirán antes de culminar el primer trimestre del próximo año para contar con tiempo suficiente para aquietar las aguas durante el resto del año y a la vez, colar el tema en los debates iniciales de la campaña de Estados Unidos en términos de solucionar la ausencia sobrevenida de candidato presidencial opositor en Venezuela y no para insistir en la rehabilitación de MCM. Igualmente, aparecerán nuevas bombas para explotarlas públicamente y tratar de redirigir la agenda política, lo cual es típico del chavismo. A la par, la historia política de Venezuela debe estar haciendo lo suyo. Mientras usted lee esto, el chavismo con seguridad está trabajando el ego de algún oculto aspirante a suceder como outsider a MCM en la candidatura presidencial convenciéndole de salir al ruedo apenas haya claridad total en que el régimen no dará paso atrás en su rehabilitación. También se servirán de algunos «ultra radicales suicidas» que desde el extremismo celebran cualquier traspiés del liderazgo de MCM.
Desconocerán cualquier acuerdo, tratarán de amedrentar todo su entorno usando sus 3 controles máximos: el cinismo les ha funcionado de tal manera que tratarán nuevamente de hilar fino y por los laditos desconocer cualquier acuerdo refugiándose en una aparente separación de poder. El fin último es elevar el costo de cualquier negociación con ellos para finalmente conservar la posibilidad de matar cualquier peligro en los varios altares de sacrificios con los cuales cuentan: el TSJ, la justicia militar y el CNE. Ante esto es importante recordar algo: ¿qué ha sucedido en la historia cuando se cierra cualquier salida a una crisis y hay un liderazgo sólido y en alza encabezado por un adversario anti-status quo? Hasta el agua atrapada en el concreto consigue salida y mucho más cuando del lado de ellos hay 3 realidades que han quedado evidenciadas en la parodia del referendo: ya no los quieren, ya no tienen poder de convocatoria y están tan contra las cuerdas que para ganar tiempo no pueden guardar las apariencias como antes. Son indefendibles e impresentables y al frente tienen un liderazgo inobjetable que mientras más se cierra la opción electoral, más es convocado a volver a la arena de la cual viene: el boxeo. Se trata de Rocky, a fin de cuentas.
Como es fácil advertir, MCM tiene ante sí un reto como el de Indiana Jones en el Templo de la perdición cuando atravesó una cueva en la cual debía evadir una sierra que salía de la nada, un piso que caía, un techo que se le venía encima y una gigantesca bola de piedra que buscaba aplastarlo, pero al final reaccionó adecuadamente y venció.
En este sentido, ¿cuál entonces debe ser su estrategia de lucha para coronar ante este intento de tormenta perfecta?
La única estrategia de lucha viable y exitosa se resume en 5 principios sencillos:
- Mantener su estilo y generar la percepción de que nunca se cambiará
- No olvidar cómo se llegó a este punto y de dónde se viene
- Seguir haciendo las cosas como se hicieron antes
- No dejarse envolver por nadie y
- Hacer política siempre diferente, jugando Caribe y con factor sorpresa
Ejemplos: en el discurso hay que seguir llamando al pan pan y al vino vino en el mismo tono mesurado de las internas, pero con la contundencia que la hizo grande, la apariencia debe continuar igual, la estrategia de diferenciación debe ser eje transversal manteniendo distancia de aquello que dañó la imagen pública opositora y la política hay que jugarla no por el librito sino como jugaba al beisbol Billy Martin, quien siempre salía con algo que nadie esperaba. Ahhh y a los americanos hay que tratarlos con la independencia de siempre, el inner circle restante debe seguir incólume, se deben copar todos los espacios de diálogo y negociación, así como negarse a jugar con las armas del régimen.
¿El gran acierto de Bukele? Hacer lo que nadie cree que se debe hacer, lograr resultados y mantener a todas las potencias a raya. Sorprender a cada rato. Diferenciarse incluso de su propio gabinete.
¿El logro de Milei? Mantener su posición pública, a veces hasta de manera brutal para diferenciarse.
¿El éxito de Wilders? Diferenciarse hasta de los aliados. Finalicemos recordando realidades políticas de pacífica aceptación:
El primer combate ganado fue distinto del que viene, pues la lucha por el título mundial es más compleja, aunque hay que pelearla sin perder el estilo ganador. En el primer combate el adversario era tan débil que se desvaneció en pleno cuadrilátero, incluso antes de comenzar la pelea. El combate por el título es contra unos tipos que compran jueces, echan sal a las heridas, muerden orejas en el clinch y se especializan en golpes bajos.
Rocky es un fajador no un estilista y con este adversario final hay que fajarse. Así arrasó. Cuando mucho, el ajuste necesario es adquirir un poco de la movilidad de Cassius Clay para aprovechar la creciente reciedumbre de la pegada y moverse como mariposa y picar como una abeja. Tal cual Rocky cuando comenzó a ser entrenado por Apollo Creed, sin dejar de ser Rocky Balboa.
Los momentos dulces no son eternos y eso es una realidad que hasta Clark Kent descubrió cuando le acercaron la kriptonita.
La maravilla es que a MCM solo le falta mantener puesto el sombrero y el látigo de Indiana Jones, porque tiene con qué ganar este tremendo desafío y ya costaría mucho que dejara de ser Rocky, el fajador que atrapó el corazón popular.
Apostamos a ella.