OPINIÓN

No es traición, es agotamiento

por Marcos Hernández López Marcos Hernández López

Es evidente, la cifra de 10,5 millones de votos está en oposición con la percepción ciudadana de cuántos electores participaron en el evento del referéndum consultivo. El chavismo se movió con sus objetivos políticos, pero demostró escasa movilización electoral. No solo ha quedado mal parado el régimen, también la institucionalidad electoral en su primera acción formal desde su renovación por parte de la Asamblea Nacional de mayoría oficialista, en agosto. Los resultados del referéndum consultivo en Venezuela sobre el Esequibo arrojan nuevas sombras sobre la transparencia del nuevo Consejo Nacional Electoral de cara a las presidenciales de 2024.

Los resultados del referéndum consultivo se conectan con el estado actual del país, es una verdad verdadera la revolución bolivariana hasta el momento ha fracasado en su objetivo de atender las necesidades de la población, caso concreto el aumento de salario. Es necesario un nuevo plan de desarrollo que logre una mejor articulación entre gobierno y la gente, y a la vez refunde el país en procura del bien colectivo. Esta realidad transita de pasar de las protestas a las propuestas, y demostrar que es posible, con la participación ciudadana, construir una mejor Venezuela, tarea nada fácil por sus actuales protagonistas. Refundar el país desterrando un gobierno que se convirtió en “un verdadero peligro” para muchos países democráticos,

La naturaleza de la crisis política, económica y social convoca cualquier escenario electoral incluso por adelantado para salir de esta pesadilla que lleva 24 años, no se puede descartar con garantía del voto y elecciones competitivas: comicios generales, para refundar el Estado. En el país se observa el agotamiento de su clase política /dirigentes. El ciudadano en su mayoría se identifica más con un escenario de cambios de gobierno municipal, regional y nacional, a través de la vía democrática y constitucional. Las elecciones generales, una propuesta para refundar el país, son una alternativa para resolver la problemática política inmediatas, frente a un discurso ideológico trasnochado, sin visión de futuro, deslizándose en lo aburrido y repetitivos que encuentran rechazo casi unánime por parte de 85%, es decir, la mayoría de los venezolanos. La situación de Venezuela está conectada a una crisis económica en ascenso por ahora indetenible, como consecuencia de un modelo económico reconfigurado sobre la base de un incomprensible neomarxismo, articulado en su dinámica a la ingobernabilidad y la corrupción, teniendo como consecuencia inevitable el fracaso en lo económico y social.

La votación del domingo 3 de diciembre evidenció votación sin sorpresas, que la influencia electoral del chavismo se ha concentrado únicamente en las instituciones, un reducto de políticos y algunas personas que se ven obligadas a votar a través de la manipulación de sus necesidades básicas e intereses particulares. El chavismo está acabado según los resultados como proyecto político; no desgastado, sino que está muriendo, emergió el desamor hacia la revolución, ilusionó, pero no concretó los sueños de los millones de venezolanos invisibles por las crisis… en síntesis,  el gobierno de Maduro incluso ha perdido su capacidad de manipulación electoral del venezolano y ello, insiste, podría ser un tema determinante no solo para las mejoras de las garantías electorales de las elecciones presidenciales de 2024.

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