OPINIÓN

¡No conviertan en la Venezuela de hoy a la España del futuro!

por Héctor Manrique Héctor Manrique

A propósito del clima de crispación que se vive en España.

Cada vez que voy a ese extraordinario país, le digo a mis amigos de allá: «Yo vengo de Venezuela, yo vengo del futuro». Venezuela fue un país maravilloso y tuve la dicha de vivirlo. Un país potente no sólo en lo económico, sino en muchos otros aspectos de la vida. Un país donde teníamos la oportunidad de ver los más importantes espectáculos teatrales del mundo a través del Festival Internacional de Teatro de Caracas, museos de arte moderno a la cabeza de los mejores del mundo, una industria televisiva que daba trabajo a miles de personas, en Caracas nada más habían más de 60 salas teatrales, una editorial como Monte Ávila, que publicaba maravillas a precios accesibles, un sistema de educación pública de primera que atendía a millones. En esos años se crearon universidades que apostaban a la excelencia.

Venezuela, por su clima de tolerancia y su democracia -que a pesar de sus errores funcionaba-, era el refugio de miles de emigrantes de otras tierras que nos ayudaron a enriquecernos desde todo punto de vista. Argentinos, españoles, italianos, chilenos, portugueses, uruguayos, etc., etc., etc., encontraron en nuestra tierra el espacio posible para seguir con sus vidas. Muchos de ellos huyeron de sus países por el clima de intolerancia que allí reinaba o simplemente huyendo de dictaduras criminales. Todo eso era posible en Venezuela, porque habíamos decidido dirimir nuestras diferencias dentro de la Constitución y la legalidad. Eso que fortalece y le da sentido a la democracia. Hasta que llegó el germen de la intolerancia. Ese al que no le basta criticar los errores, que los había y muchos, sino que califica al distinto como un enemigo. Chávez lo resumió en una frase: «O estás conmigo o estás contra mí». Eso es una declaración de guerra. Y nos fracturamos, nos quebramos y por supuesto, nos jodimos.

Eso es lo que hoy me preocupa de España. Un país que he visto crecer maravillosamente en los últimos 50 años. Con sus problemas, como todos. Pero logrando un clima de posibilidades envidiables. No por nada son miles los que deciden de muchos países del mundo irse a vivir allí. Pero veo con miedo y desasosiego lo que allí está pasando. Los intolerantes de izquierdas y de derechas van poco a poco cargándose la Constitución, queriéndose apropiar de ella para sus beneficios particulares. Allí van poco a poco dividiendo ese país, como si no recordaran que hace casi 90 años lo dividieron, lo arruinaron y con miles de muertos en una guerra civil que todavía avergüenza al género humano. Sólo les digo una vaina. Venezuela era un país hace 40 años más extraordinario que la España de hoy en día, y nosotros nos encargamos de volverlo mierda. No defendimos la democracia como ella se merecía y acá estamos a la cola del mundo, viendo cómo millones de nuestros hijos abandonan el país con arrechera y frustración. Por favor españoles, no conviertan en la Venezuela de hoy a la España del futuro.

Sus hijos no se lo van a perdonar ¡y yo tampoco!

 

Texto publicado por el actor y director de teatro Héctor Manrique en su cuenta de X, @manriquehector