OPINIÓN

Nina Novak, todo se mide en el escenario

por Carlos Paolillo Carlos Paolillo

Nina Novak, maestra fundamental

Nina Novak (Varsovia 1923-Filadelfia 2022) vivió con intensidad su pasión por el ballet clásico. Fue formada por Nijinska y Woizikowsky. Venezuela estuvo en su destino para fortuna de la danza clásica nacional y sus artistas, a los que se dedicó con persistencia y compromiso ejemplares.

En agosto de 1952, llegó por primera vez al país para actuar con los célebres Ballets Rusos de Montecarlo -a los que ingresó en 1948 y donde se desempeñaba como bailarina solista- en el Teatro Municipal de Caracas, el Estadio de la Ciudad Universitaria y el Teatro Municipal de Valencia, dirigidos promotor moscovita Sergei Denham, quien definía al conjunto como “la más establecida organización de ballet del mundo”.

La propia Novak, quien al año siguiente fuera ascendida a primera bailarina de la compañía, recordó las incidencias de esa gira:

“Todos estábamos excitados ante la perspectiva de conocer un país de América Latina. El Caribe me parecía lejano y misterioso. De inmediato comenzaron los preparativos para el viaje. Por barco viajaríamos al Puerto de la Guaira los solistas, la orquesta, los vestuaristas con todos los trajes y el decorado, mientras que el cuerpo de ballet viajaría en avión. Al desembarcar aguardaba un transporte que debía llevarnos a un hotel en San Bernardino. Al día siguiente visitamos el bello Teatro Municipal que ya anunciaba la presentación del Ballet Ruso de Montecarlo. Las entradas se habían agotado y había gran expectativa por vernos bailar. Nos presentamos tres semanas con funciones diarias y un repertorio impresionante: Coppelia, Cascanueces, el Lago de los Cisnes Acto II, Gaité Parisienne, Raymonda, Baile de Graduación y, de Pugni (…) Tengo buenos recuerdos de esa primera visita a Venezuela. Cuando embarcamos de nuevo no podíaprever que algún día regresaría a Venezuela a vivir y formar nuevas generaciones de bailarines”.

Nina Novak regresa al país en 1963. Comienza a dictar clases de ballet en el Ateneo de Caracas. Luego, crea su propia escuela y su agrupación, el Ballet Clásico Venezolano Nina Novak. La avalaba su sólida formación y su trayectoria artística internacional. Cultora de la rigurosa técnica corporal y de los específicos principios estéticos del ballet académico, logró forjar numerosos talentos y buscó proyectarlos en el ámbito mundial de este arte escénico.

En el libro de sus Memorias, Novak se refirió a sus propósitos formativos y creativos al establecerse en Caracas: “Vengo de la escuela rusa. Mi técnica y mi método de enseñanza se fueron enriqueciendo con mi propia experiencia profesional. Traté de mejorarles a mis alumnos las posiciones y la condición general del cuerpo, inculcarles la importancia de la musicalidad y la expresión artística (…) Poco a poco fui haciendo una selección de los mejores y empezamos a hacer funciones. Al final, todo se mide en el escenario y con el público”.

El magisterio de Nina Novak formó cuerpos, elevó espíritus y buscó engrandecer el arte del ballet en el medio venezolano con fe inquebrantable, por sobre cualquier obstáculo o circunstancia. Reconocimiento a su obra y honor a su memoria.