OPINIÓN

Nicolás Maduro nos conduce a la guerra

por Fernando Ochoa Antich Fernando Ochoa Antich

La descabellada y peligrosa orientación de la política exterior madurista se origina en la ligera e irresponsable forma de apreciar los hechos internacionales de los gobiernos de Hugo Chávez: exacerbado personalismo, dogmatismo ideológico, adhesión a un  antinorteamericanismo radical, propensión a involucrarse en los asuntos internos de otros países, desprecio por las normas del Derecho Internacional e incumplimiento de los principios que rigen a  las Naciones Unidas y a  la Organización de Estados Americanos.

Entre algunos ejemplos de esa desafiante conducta podemos citar: el paseo en automóvil de Hugo Chávez con Saddam Hussein en medio de la crisis que condujo a la invasión de Irak, el insulto al presidente George Bush en la Asamblea General de las Naciones Unidas, el ataque verbal al Estado de Israel y un largo etcétera.

El objetivo de ese absurdo comportamiento era su pretensión de transformarse en un líder internacional, al estilo de Fidel Castro, mediante la utilización irresponsable de nuestra riqueza petrolera sin importarle el destino de Venezuela y el bienestar de sus futuras generaciones.

La estrecha e incondicional relación del régimen madurista con Rusia e Irán podría acarrear delicadas consecuencias para Venezuela. Si bien es verdad que esa relación data desde 1998, no es menos cierto que la situación internacional actual es de considerable gravedad.

La creciente tensión en las relaciones de la Unión Europea y Rusia, derivadas de la agresiva política expansionista de Putin, orientada a subvertir el orden interno de Polonia y Ucrania, es una dramática amenaza para la paz en esa región europea. La reciente polémica entre el primer ministro polaco Mateusz Morawieck y Vladimir Putin, así como el permanente acoso que realiza la armada rusa contra barcos ucranianos en el estrecho de Kerch, en la península de Crimea, lo muestran claramente.

Estos enfrentamientos, hasta ahora, en el campo diplomático, se pueden transformar en acciones militares limitadas. Así lo han entendido los Estados Unidos y Europa. De allí, el fortalecimiento de la OTAN  en misiles de corto alcance y el retiro de Estados Unidos  del Tratado Nuclear de Rango Intermedio firmado con Rusia.

La muerte del teniente general Qasem Soleimani, según declaraciones del secretario de Estado, Mike Pompeo, forma parte de una estrategia de mayor alcance: “Dicha acción busca restablecer los elementos disuasivos reales contra la República de Irán y nuestros enemigos”. Este hecho ocurrió en respuesta al ataque contra la Embajada de Estados Unidos en Bagdad por grupos terroristas de la fuerza Quds, así como una serie de ataques menores con misiles a bases militares estadounidenses en Irak y numerosos actos terroristas realizados por ese grupo, como fue el ataque a las instalaciones petroleras sauditas.

El resultado de estas acciones conducirá a un significativo incremento de las tensiones entre Irán y Estados Unidos. Creo que, en vista del desbalance en la capacidad bélica entre los dos contendientes, existe la posibilidad de una guerra asimétrica caracterizada por acciones terroristas contra blancos norteamericanos. La respuesta de Estados Unidos consistirá en ataques, contra objetivos específicos, mediante el empleo de armamento sofisticado de última generación.

La Cancillería de Venezuela, en lugar de utilizar las vías discretas de la diplomacia, hizo público un comunicado que vincula directamente su gobierno con el régimen iraní, uno de los principales actores de una guerra que ya comenzó. Para colmo, el gobierno madurista envió a un acto, en la Embajada de Irán, en honor del teniente general Qasem Soleimani,  al ministro de la Defensa, general Vladimir Padrino López, y al presidente de la írrita asamblea nacional constituyente, Diosdado Cabello.

El general Padrino, de manera inexplicable, dijo lo siguiente: “Venimos en nombre del pueblo de Venezuela y de la FANB  a rendir honor y gloria al mártir revolucionario de Irán, teniente general Soleimani, un hombre que enseñó con la virtud de la humildad; siempre a través del ejemplo moral. Siempre junto a su pueblo por las causas justas, luchó contra el terrorismo en todas sus expresiones. Hombres como él deben ser referentes para la humanidad”.

Diosdado Cabello, escribió: “Este es el único camino contra el imperialismo; su muerte será vengada”. ¿Han valorado las consecuencias de sus palabras? Creo que no.

No  se puede justificar la posición de Nicolás Maduro y su camarilla. Pienso, y lo digo con dolor, que Venezuela se puede ver envuelta, sin justificación alguna, en una situación de guerra. Espero que no sea así, pero el riesgo existe y es muy grave.

Son demasiadas las imprudencias y los innecesarios ataques a Estados Unidos, los cuales colocan a Venezuela en la lista de sus enemigos. ¿Han valorado lo que significa geopolíticamente encontrarse en el hemisferio occidental y a tan pocos kilómetros del territorio norteamericano? Parece que no.

A Irán le han impuesto muy graves sanciones económicas. A Venezuela también. Si existían límites en su aplicación, posiblemente, después de tantas imprudencias juntas, se dejen a un lado. Esta realidad, la cual veo muy cercana, podrá ser utilizada para justificar los errores cometidos por el régimen de Nicolás Maduro; pero él y su camarilla deberían reflexionar sobre las graves consecuencias que tendría para nuestro pueblo un enfrentamiento militar con Estados Unidos. De no hacerlo, tendrán que responder ante la historia de tan dolorosa tragedia.

fochoaantich@gmail.com